Fin del 2011. El Año Internacional de la Quimica

La Química es la ciencia que se encuentra en la vanguardia del cambio. Todo lo que nos rodea es fruto del trabajo de investigadores y científicos que han utilizado esta ciencia para mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Sin sus aportes, no existirían medicamentos, no habría alimentos suficientes para todos, ni agua potable; y la informática, la aeronáutica o las telecomunicaciones serían tan solo sueños.

Química para todos

La Química está en todas partes, sin que nos percatemos de su existencia. Veamos un ejemplo muy gráfico de la presencia de la Química en todo momento y lugar:  

En la mañana, cuando nos levantamos, lo primero que hacemos es ir al baño. Nuestros fluidos  contienen principalmente sales y urea disueltas en agua. El agua es la molécula más frecuente en nuestro planeta. Normalmente la consideramos corriente, pero en realidad es una de las más extraordinarias. Pero nuestro interior también genera otras sorpresas menos agradables. El mal olor de las heces se debe principalmente a una molécula llamada escatol (3-metil Indol), que por otro lado es una delicia para las moscas.

Luego vamos a asearnos, utilizando jabones, geles, pasta de dientes, champús; es decir, sales de ácidos grasos o surfactantes. La siguiente actividad es el vestido. Siempre estamos rodeados de ropa, que son los tejidos hechos a partir de fibras naturales como algodón, lana, seda; o con fibras sintéticas como las poliamidas (nylon), o poliésteres sintéticos. Luego viene el desayuno; la Química en la nutrición, cualquier alimento está compuesto por hidratos de carbono, lípidos o proteínas, todas ellas moléculas esenciales para nuestro metabolismo

Tras desayunar, seguramente salimos a la calle para acudir a nuestro trabajo o lugar de estudio. Cuando respiramos aire fresco, el oxígeno atmosférico se nos viene a la cabeza. Ya en la jornada necesitas de un descanso. Tomas café, una bebida que contiene cafeína, un alcaloide natural, usado como estimulante; o probablemente prefieres una bebida gaseosa o agua embotellada. Nuevamente agua, pero ahora contenida en un envase plástico hecho de polietilentereftalato (conocido como PET), un polímero que permite que el agua no pierda su contenido de CO₂ y que además es el más fácil de reciclar. ¡Química por todas partes!

Año internacional de la Química

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 2011 como el Año Internacional de la Química. Conmemoramos el centenario del primer Premio Nobel de Química otorgado a una mujer. Este gran logro pertenece a Maria Sklodowska, mejor conocida como Marie Curie.

Varsovia a fines de 1890

María Sklodowska nació en 1867 en la ciudad de Varsovia, en Polonia. Su padre era un  maestro de escuela especializado en matemáticas y física. Su madre era la directora del mejor colegio privado femenino de Varsovia. Sin embargo, tras el levantamiento generalizado y fracasado de 1863, el control opresor de la Rusia zarista se radicalizó totalmente. Cuando María tenía la tierna edad de 10 años, su padre fue despedido de la escuela por enseñar los principios nacionalistas y su madre murió por una tuberculosis contraída años atrás. Se las tuvieron que arreglar convirtiendo su casa en una pensión. Después de graduarse a los quince años y obtener una medalla, María tomó el peso de sacar adelante a su familia y se puso a trabajar como profesora para aportar a las arcas familiares. En aquella época leyó de todo y en varios idiomas. Era capaz de leer a Marx en alemán, a Dostoyevski en ruso, y su afición, la poesía, en francés y polaco. Gracias a su trabajo en una revista clandestina, que entre otras cosas se dedicaba a exponer los nuevos saberes de la ciencia, Maria encontró la senda de su vida. Cambió la poesía por las matemáticas y el romanticismo por los descubrimientos científicos.

Como una forma de apoyar a los suyos y mantener sus sueños, María hizo un pacto con su hermana Bronia. Inicialmente María financiaría los estudios en medicina de Bronia, trabajando como institutriz; luego sería Maria quien podría estudiar gracias a su hermana.

Curie para la Historia

En 1891, María, ahora con 24 años de edad, partió hacia París. En la Universidad más famosa de Francia, La Sorbona, tuvo a los profesores más destacados en biología, física y matemáticas. Hacia finales de 1893, por invitación de su profesor de física, Gabriel Lippmann, Maria ya se encontraba trabajando en las propiedades magnéticas del acero. Al año siguiente conoció a Pierre Curie, un físico con cierto renombre entre los científicos franceses. Los dos se casaron en 1895, como regalo de bodas compraron dos bicicletas con las cuales recorrieron buena parte del noroeste de Francia en su luna de miel.

También en 1895, el Alemán Wilhelm Röntgen había encontrado por accidente los Rayos X, y enseguida, el Francés Henri Becquerel descubrió una radiación con capacidad muy superior a la de los rayos X para atravesar la materia. Este sería el punto de partida de quien ahora afrancesando su nombre se llamaba Marie Curie. Partió con sus experimentos en 1897, solo tres meses después de haber dado a luz a su primera hija: Irene. Comenzó repitiendo los experimentos de Becquerel y estableció el término radiactividad para la radiación estudiada por el francés. Usando compuestos de uranio, Marie junto con Pierre, determinaron que la cantidad de radiación es siempre proporcional al número de átomos de uranio que contiene la muestra. Los datos sugerían algo asombroso: ¡la radiactividad era una propiedad intrínseca a los átomos!

Un buen día de 1898, los Curie dieron con un trozo de mineral, denominado pechblenda, que era mucho más radiactivo que el propio uranio. Asombrados, los Curie llegaron a la única conclusión posible: en la pechblenda existían elementos aún más radiactivos que el uranio. Como esos elementos no se conocían, tenía que tratarse de algún elemento todavía no descubierto. Si esto era cierto, tal elemento debería ser además muy radiactivo. Hacia el mes de Julio de 1898 lograron aislar una pequeña muestra de polvo gris que era 400 veces más radiactiva que el uranio. Este polvo tenía un elemento que se comportaba como el no radiactivo teluro, al que decidieron llamar Polonio, en honor a la patria de Marie. No obstante, al fraccionar el nuevo material todavía encontraron radiactividad remanente. Con paciencia absoluta siguieron trabajando sin tregua y en diciembre de ese año obtuvieron un nuevo elemento más radiactivo aún que el polonio y al que, en virtud de su poder radioactivo, dieron el nombre de radio.