ALBA: primer acelerador de alta energía español
ALBA es el primer acelerador de partículas de alta energía que se construye en España. Está localizado en Cataluña, concretamente en Cerdanyola del Vallès, dentro del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona. Dentro de los tipos de aceleradores, es un sincrotrón (acelerador de partículas cargadas previamente en un recipiente de forma toroidal).
Es uno de los cerca de 20 sincrotrones que hay en Europa, y fue inaugurado el día 22 de marzo de 2010. “Este laboratorio es la mayor infraestructura para la investigación construida en nuestro país y en todo el suroeste de Europa, y atraerá a investigadores europeos y de todo el mundo”, anunció Zapatero durante la inauguración del centro. Se espera que funcione a pleno rendimiento durante el presente año.
La ministra de Innovación, Cristina Garmendia, comentó también que el sincrotrón hace que España se encuentre «en la liga de los campeones» del desarrollo tecnológico.
El proyecto está siendo gestionado por CELLS (Consorcio para la Construcción, Equipamiento y Explotación del Laboratorio de Luz de Sincrotrón), y cofinanciado por la Generalitat de Cataluña y el Gobierno de España. Su coste gira en torno a los 201 millones de euros.
El sincrotrón ALBA consta de tres aceleradores: un acelerador inicial, un propulsor, y un anillo de almacenamiento. En las dos primeras partes de la estructura, los electrones serán acelerados hasta velocidades muy cercanas a la de la luz (99,999999% de ésta), ya que alcanzarán una energía cinética de 3 gigaelectronesvoltio (3 GeV). Posteriormente, serán introducidos en el anillo de almacenamiento (de 270 metros de perímetro), en el que se emitirá radiación electromagnética de un continuo de longitudes de onda (desde la luz visible hasta los rayos X). También dispondrá de plantas subterráneas donde se ubicarán talleres y centros de producción energética.
Tiene diversas aplicaciones en los campos de la Física, Química, Medicina, Geología, Farmacología, etc.
Ya en las pruebas realizadas a principios de 2010, en las que se pretendía optimizar todo el proceso hasta adquirir los resultados finales esperados, se consiguió llegar hasta 2.7 GeV, utilizando una corriente de 0.7 miliamperios (mA). Esto implica que se había logrado el 90% y el 70% de los valores que finalmente se esperan obtener.
Durante el presente año 2011, el sincrotrón ALBA comienza su andadura oficial con 7 distintas investigaciones llevadas en paralelo, aunque poco a poco se irán añadiendo más hasta llegar a las 33 investigaciones que, por lo pronto, se prevé que tendrán lugar en él. Son instalaciones que van a dar trabajo a unas 140 personas.
Daniel Pastor
Publicado el 18:53h, 01 septiembreTambién tiene aplicaciones en el campo de la geología, ¡que aunque seamos pocos y menos glamurosos, también tenemos derecho a salir!
rubenlijo
Publicado el 08:52h, 02 septiembreYa mismo lo incluyo. Por supuesto que tienen derecho, jaja, nosotros tenemos una sección dedicada a la geología, aunque sólo contamos con una redactora en ese campo por ahora…
Un saludo 😉
Manuel50
Publicado el 23:35h, 04 mayoLHCs, aceleradores de energía, aceleradores de partículas, bosones de dios….. ¿estamos seguros de que no se están gastando enormes cantidades de dinero en un montón de trastos inútiles, buscando lo que solo es una elucubración mental de alguien que se le trastornó la mente imaginando mas allá de sus limites?
¿puede la ciencia buscar una solución a la actual crisis ? por que es lo que mas falta nos hace.
paulohernandez
Publicado el 22:52h, 05 mayoHola, Manuel.
Yo creo que los aceleradores de partículas no se construyen para buscar «elucubraciones mentales» de carácter imaginario. La ciencia no funciona en base a especulación pura o a lo primero que se le ocurra a alguien, sino que hay un fuerte bagaje teórico y experimental detrás de estos formidables aparatos. El LHC, por ejemplo, se diseñó, entre otras cosas, para testar nuestro actual modelo estándar de partículas y examinarlo hasta sus últimas consecuencias (y más allá de él). Y si se detecta el bosón de Higgs, mejor. Estamos hablando de una máquina que a un coste no estratosférico -comparativamente, se gasta mucho más en otras cosas- podría revelarnos algunos de los secretos del universo. Tanto si se descubre el bosón de Higgs como si no lo hace (lo cual, por cierto, sería muy interesante). No es cualquier cacharro.
Es comprensible que en un contexto de crisis algunas personas piensen que está mal que se gaste dinero en la investigación científica. Pero ésta nos proporciona grandes beneficios -también económicos- a largo plazo. Apostar por potenciar la ciencia básica y la tecnología deriva en desarrollo, competitividad internacional y riqueza. Quizá algunas investigaciones parezcan a día de hoy «inútiles» o inaplicables, pero lo mismo se pensó en su momento de las ecuaciones de Maxwell (que fue considerado una especie de «friki»), de la teoría de la relatividad o de la mecánica cuántica que permite la existencia de nuestros microprocesadores.
Un saludo.