Los dinosaurios también sufrían cáncer
Los dinosaurios, al igual que los seres humanos y el resto de animales, sufrían de diferentes enfermedades. Gracias al registro fósil, la única vía a partir de la cual podemos obtener información sobre la salud de los dinosaurios, sabemos que este grupo de reptiles sufrían de artritis, infecciones bacterianas y víricas, alteraciones en el desarrollo o cáncer. Durante el mes de abril de 2020 se describió en la revista The Lancet el primer caso confirmado de cáncer óseo en un dinosaurio. En el yacimiento paleontológico Dinosaur Park, situado en la provincia de Alberta en Canadá, se halló una fíbula (uno de los huesos largos de las patas posteriores de los tetrápodos) de un ceratópsido y que databa de hace unos 76 millones de años. Concretamente, la fíbula hallada perteneció a un Centrosaurus apertus.
Cuando los investigadores observaron esta fíbula, pudieron ver que su parte superior estaba deformada. En un inicio, esta deformación les llevó a pensar que se trataba de una fractura que sufrió este Centrosaurus apertus y que no osificó correctamente. Sin embargo, la realidad resultó ser muy distinta: se trataba de un osteosarcoma. El osteosarcoma es un tipo de cáncer óseo que afecta, por norma general, a huesos largos como la fíbula y en donde los osteoblastos (las células encargadas de sintetizar la matriz ósea de los huesos) se diferencian en células malignas, que derivan en neoplasia. Los investigadores llegaron a esta conclusión tras comparar la estructura interna de la fíbula fósil con huesos de pacientes que sufren actualmente esta y otras enfermedades óseas. En dichas comparaciones se usaron tanto técnicas radiográficas como histológicas, y aquí se halla la verdadera novedad de este hallazgo: por primera vez se ha podido confirmar un cáncer en un dinosaurio gracias a técnicas histológicas, es decir, a partir de tejido orgánico. De hecho, cuando se compararon ambos huesos (dinosaurio vs humanos) se encontraron numerosos vestigios óseos de este cáncer en la fíbula de Centrosaurus apertus: formación de neocórtex alrededor del tumor, presencia de múltiples vasos sanguíneos típica de los osteosarcomas, morfología semiporosa en el tumor, etc.
Con todo, y aunque parezca increíble, no es el primer caso de cáncer que se detecta en huesos de dinosaurios. En 2003 se describieron indicios de tumores óseos en diferentes especies de dinosaurios, incluidos hadrosaurios o Tyrannosaurus rex. En 2016 se describió la presencia de artritis en un radio y una ulna de un hadrosaurio. Sin embargo, estos estudios solo usaron la radiografía para describir estas enfermedades, que quedaron como meras descripciones. Como dije en el párrafo anterior, este nuevo estudio con Centrosaurus apertus usó, además de la radiografía, la histología para confirmar el osteosarcoma. Además, este nuevo estudio confirmó que el osteosarcoma que sufría este individuo se encontraba probablemente una fase avanzada y que había entrado en metástasis, extendiéndose por todo el cuerpo. Por último, los investigadores propusieron que este ejemplar de Centrosaurus apertus probablemente no falleció a causa del cáncer sino por ahogamiento: sus restos fósiles se encontraban rodeados por restos de otros Centrosaurus situados encima de una cama de piedras sedimentarias.
Referencias:
1. Ekhtiari et al. (2020). First case of osteosarcoma in a dinosaur: a multimodal diagnosis. The Lancet, 21: 1021-1022.
2. Anné et al. (2016). First diagnosis of septic arthritis in a dinosaur. Royal Society Open Science, 3: 160222.
3. Rothschild et al. (2003). Epidemiologic study of tumors in dinosaurs. Naturwissenschaften, 90: 495-500.
4. Do we know anything about the kinds of diseases that affected dinosaurs? Scientific American (21/10/1999).
Investigador predoctoral en el grupo Evolutionary Ecology of Mediterranean Fauna, realizando la tesis doctoral en el campo de la ecología evolutiva. Creador y administrador de El Pulgar del Panda. Socio y colaborador en Hablando de Ciencia, Mustela CEM y Hidden Nature.
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