Aprende a escribir… aprende a pensar

Algo que para nosotros es tan evidente, como leer y escribir, implican procesos profundamente sociales y psicológicos que conectan los pensamientos, las percepciones, las experiencias y los proyectos de la gente con colectividades más amplias de acción y creencias organizadas. En concreto, la escritura es un medio de comunicación entre las personas, que trasciende el tiempo y el espacio.

Jack Goody, antropólogo inglés del siglo pasado, realizó un trabajo pionero acerca de las consecuencias de la lectura y la escritura en la conformación del pensamiento. Goody tenía claro que las prácticas culturales afectan, no solo el desarrollo de los individuos y a sus modos de pensar, sino también la vida comunitaria. Por esta razón, estaba dispuesto a contribuir a la discusión de las consecuencias cognitivas del uso del lenguaje escrito, sin por ello olvidar las importantes consecuencias sociales y culturales de estas prácticas. Su descripción de cómo la alfabetización ha influenciado la organización de la sociedad provee el punto de partida para la comprensión tanto de la complejidad de la vida social moderna, como de la manera en que ésta se mantiene y evoluciona a través de las prácticas escriturales. Las palabras escritas mueven las mentes, las mentes mueven a las personas y las personas mueven el mundo, social y material.

 

Entrando en harina

La conciencia depende del conocimiento externo. El conocimiento externo depende de las acciones que el sujeto realiza y ensaya sobre su entorno. Piaget dixit. Ese conocimiento es mediado y organizado en parte por el lenguaje, conforme éste es adquirido, y por cualesquiera recursos que se empleen para la comunicación y la representación. Entre estos recursos destaca con autoridad la escritura. La posesión o no de la escritura es un factor determinante de las formas del pensamiento.

Goody rechaza que las construcciones intelectuales de las culturas llamadas “primitivas” tengan como único objeto orientar a los seres humanos en la satisfacción de sus necesidades materiales o pragmáticas. Dice que la distinción entre estas necesidades es una distinción occidental y que en realidad curar un dolor de muelas es una tarea intelectual que en muchas culturas requiere ajustar tanto las relaciones del hombre con su entorno como con el universo moral y sobrenatural. Curioso.

Para Goody, no sólo hay que considerar los modos de comunicación, sino la manera como esos medios son explotados y dominados socialmente. Marx andaba por ahí cerca cual musa juguetona inspirándole, ya que el paralelismo con los medios de producción es evidente. Esto qué significa, un ejemplo muy claro, ¿has leído alguna vez un documento jurídico? Los juristas no cuentan para responder a esta pregunta. Habrás comprobado que el lenguaje, escrito, utilizado es realmente farragoso y críptico. Con el uso de este tipo de lenguaje se establece una barrera para separar diferentes grupos sociales. Las condiciones sociales del uso de la escritura son muy variadas, y la diversidad de sistemas de escritura permitirían diferentes procesos cognitivos.

Goody trata de explicar diferentes características atribuidas al pensamiento concreto o prelógico recurriendo a diferencias en el modo de comunicación. Hablamos de características como la inferencia lógica, el razonamiento aritmético y en cierto sentido, la clasificación.

Para Goody más que tradicional y moderno, los términos que deberían oponerse son oral y escrito. Según Horton, el pensamiento tradicional carecía de alternativas intelectuales. Pero es un hecho evidente que la conciencia de las alternativas es más verosimil en culturas con escritura, donde se puede proporcionar un acceso individual al conocimiento, no sólo de tu cultura, sino de otras culturas y otras épocas. Esto es lo que hace a uno verdaderamente consciente de las diferencias y de las alternativas.

Bondades del lenguaje escrito

Cuando una expresión se pone por escrito, puede ser inspeccionada con mucho mayor detalle, tanto en sus partes como en conjunto, tanto fuera de su contexto como en su lugar. El lenguaje escrito puede ser escrutado y criticado de manera bastante diferente a cómo puede serlo el lenguaje verbal. La escritura hace al habla objetiva, al convertirla en un trozo de inspección tanto visual como auditiva.

Es aquí donde se encuentra, al menos de manera parcial, el origen de la lógica y de la filosofía. La lógica está estrechamente unida a la escritura en su sentido formal, ya que la formalización de proposiciones, abstraída desde el flujo del habla y dada en letras o números, nos conduce al silogismo. La lógica simbólica y el álgebra, dejando a parte el cálculo, son inconcebibles sin la existencia previa de la escritura. Las sociedades tradicionales no están marcadas tanto por la ausencia de pensamiento reflexivo como por la ausencia de herramientas propias de la meditación constructiva.

Las operaciones aritméticas se realizan de manera diferente en las culturas que poseen un sistema para la representación gráfica de las operaciones que en aquellas que carecen de él, y en particular la división es prácticamente imposible en culturas ágrafas. Las operaciones aritméticas en las culturas orales están especialmente ligadas a la naturaleza de los objetos sobre los que se busca el resultado aritmético. No se cuentan o suman igual conchas de cauri que vacas. De este modo se puede decir que la aritmética de estas culturas consta de ejercicios de pensamiento concreto.

Según Goody, la actitud mágica hacia las palabras es más fácil de encontrar en las culturas orales porque el lenguaje está más próximo a las ocasiones materiales de uso, mientras que en un texto escrito, en el cual la palabra está divorciada de la ocasión, es más fácil apreciar que carece de poder sobre la materia. Aunque en algunos “sistemas” la palabra escrita tiene mayor poder sobre la materia que la palabra hablada. Volvemos al ámbito jurídico. Las multas, decretos, etc. parecen tener un gran poder sobre la materia y no tiene nada de particular que a partir de esto haya quien forme la creencia de que se puede extender ese poder a voluntad de ciertas personas, como así ocurre de hecho, aunque no de la manera como imaginan los clientes o usuarios del mago.

Lenguaje escrito y ciencia

El uso reflexivo de los conceptos que facilita la escritura, tiene un gran papel en la ciencia. Kuhn dice, entre otras cosas, que el lenguaje de la ciencia sí está conectado a las ocasiones de uso, y que éstas no se pueden descomponer, sino que poseen la estructura que alguna teoría permite describir, de manera que un vocabulario altamente teórico puede estar ligado a ocasiones y ejemplos muy concretos.

La importancia de la situación concreta en el uso de las palabras está ilustrada por la importancia que tienen los instrumentos y las representaciones gráficas en la ciencia. Cuando existe una teoría explicativa de un instrumento o de una situación experimental, ésta se puede representar mediante diagramas muy idealizados y simplificados. A este tipo de ocasiones se refiere Kuhn cuando habla de cómo se adquiere el compromiso con un paradigma durante la educación del científico. Pero cuando la situación experimental o el instrumento no están explicados por una teoría compartida, el realismo de las representaciones se acentúa, y la materialidad de los objetos cobra mayor importancia en quienes se comprometen con ellos, por ejemplo en su uso como instrumentos científicos.

Episodios de este tipo han ocurrido en la historia de la ciencia. Durante algún tiempo la óptica de Newton dependía según sus detractores de los prismas particulares que Newton usaba. No se podía pedir a un óptico que se comprometiera con una representación esquemática de un prisma óptico.

Por otro lado, en las culturas “frías”, como las llama Lévi-Strauss, no parece existir una especulación sobre las entidades que componen el mundo sobrenatural. Se trata de aquellas sociedades que organizan sistemas de clasificación y de concepción con los cuales se resisten al paso del tiempo, tratan de contener, de exorcizar el transcurrir del tiempo a partir de determinados conceptos y determinados rituales que están destinados a preservar la estructura y el orden que la comunidad se ha dado más allá de los cambios que el tiempo impone.

Goody no discute las relaciones de la teorización científica con la tecnología ni con el mundo empírico como un rasgo especial de la ciencia moderna, y por lo tanto tampoco se siente obligado a decir nada sobre las relaciones entre las entidades sobrenaturales y el mundo en el que viven quienes las invocan con ocasión de enfermedades o parentesco o lo que sea. Goody declara que no es relativista radical, pero relativista o no, no basta con decir que las entidades sobrenaturales simplemente forman parte de ese mundo, es necesario mostrar qué papel desempeñan en la curación de enfermedades, en el inicio de las guerras, en el castigo del crimen, en los ritos de paso, etc.

Aunque Goody reconoce que la escritura no es el único factor a tener en cuenta en el origen de la ciencia, ni las diferencias entre culturas con y sin escritura explican todas las diferencias, en la medida en que pretende excluir otras explicaciones dadas por antropólogos anteriores, a su trabajo le falta para ser convincente explorar el papel del mundo de lo invisible en las culturas orales.

@filotecnologa

1 Comment
  • Bitacoras.com
    Publicado el 15:39h, 17 diciembre Responder

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