El cambio climático y la falacia del punto medio
Todos conocemos lo que es la tolerancia, el valor o la generosidad. Son virtudes que cualquier sociedad intenta inculcar a sus ciudadanos, pues se encuentran a medio camino entre dos extremos no deseables. Por ejemplo, la persona valiente es alguien que no se acobarda, pero no es temerario; y el generoso dista de ser un manirroto, pero nunca es acusado de tacaño. Aristóteles fue el primero en enaltecer estas virtudes. Él decía que el hombre prudente es aquel capaz de reconocer el punto medio en cada situación. Estaremos de acuerdo en que una persona prudente come con mesura, conduce respetando las señales de tráfico, pero sin ir demasiado lento, vota a partidos de centro y no se ve en el campo de fútbol gritando improperios al árbitro.
Ser prudente será aburrido, pero parece una forma de vida acertada. Sin embargo, la prudencia llevada al extremo conduce al error. Por ejemplo, hay quien cree que no es malo tomar homeopatía, siempre y cuando no se deje el tratamiento médico. O quien reenvía, por si acaso, uno de esos emails en cadena falsos que piden ayuda a un niño malito del Congo. Pero en este caso uno de los dos extremos sí es deseable. Es más, es la opción verdadera. Por ello, aquel que pretende tomar un punto medio entre la verdad y la mentira está cayendo en la falacia del punto medio: O la homeopatía funciona, o no. O la cadena es falsa o verdadera. No hay medias tintas.
Todo esto viene a colación de la segunda edición de El Ser Creativo, II congreso de mentes brillantes, celebrado en el Palacio de Deportes de Madrid el pasado mes de octubre con la participación de destacadas personalidades del mundo de la ciencia, la cultura y la política. En un escenario en el centro del graderío, como un ring de boxeo, se encontraban el premio Nobel de química Mario Molina y el meteorólogo Piers Corbin. Y como en un combate Manuel Campo Vidal moderaba el debate en el que Corbin pretendía hacernos creer que la acción del hombre no está detrás del cambio climático, sino que es producto de fluctuaciones solares contra las que nada podemos hacer, en contra de la tesis del IPCC que defendía Molina. Recordemos que esta institución representa a la gran mayoría de científicos especialistas en el tema.
Ambos habían traído sendas presentaciones con numerosas gráficas para justificar su punto de vista. Pero desgraciadamente el foro no era el adecuado para esta ocasión: ni tenían el tiempo necesario, ni el público – de muy diversa procedencia – estaba formado para ello. Solo les quedaba como armas el debate, que fue muy acalorado. Molina, muy contundente, explicó cómo funciona el método científico, pidió referencias bibliográficas y evidencias a su contrincante, y lo ridiculizó dejando entrever su ignorancia al interpretar las estadísticas que mostraba. ¿Qué hizo Corbin? Hablar con muy buenas palabras y defenderse como lo haría un inocente en un tribunal de inquisición.
El señor Campo Vidal apaciguó los ánimos dejando abierto el debate. Su labor como moderador no fue para inquirir a Corbin que respondiera con precisión a los requerimientos de su oponente, sino para procurar que todos los ponentes salieran airosos del lance. Así, el público lo tuvo muy fácil para caer en la falacia del punto medio y llegar a la conclusión de que el hombre tiene parte de culpa en el cambio climático, pero es tan potente la acción del sol que apenas va a importar las medidas de corrección que hagamos para evitarlo.
¿Cómo podemos identificar y eludir la falacia del punto medio en ciencia? Planteando preguntas concretas y simples donde solo cabe responder sí o no. Solo con el aporte de pruebas, y evitando valoraciones éticas, hay que llegar a una de las dos conclusiones. Y, por supuesto, en los debates hay que ser cortés con los ponentes, pero son éstos los que tienen que ganarse la respetabilidad de sus ideas.
Jorge J. Frías
Germán Tortosa
Publicado el 19:47h, 14 diciembreMuchas veces es difícil hacer afirmaciones (si) o negaciones (no) contundentes sobre ciertos temas en ciencia, ya que se necesita mucho trabajo y datos para construir teorías que las apoyen y defiendas de las dudas. En el caso del Cambio Climático hay que reconocer que ha habido mucho «sensacionalismo» sobre el tema (incluso ha habido episodios típicos de un capítulo de una serie de Ciencia Ficción como el conocido como «ClimeGate»), sobre todo con el papel del CO2. Si bien es cierto que hay muchos indicios sobre el Cambio Climático, lo que realmente se critica es el papel del CO2 en todo esto y las emisiones antropogénicas. Es cierto que ha aumentado la cantidad del CO2 producida por el hombre, ¿pero es tan significativa como para producir un cambio climático, con todo lo que eso conlleva? Como muestra un ejemplo: compara la concentración que ha aumentado el CO2 con la que que generaría cualquier persona durante unas horas en una habitación cerrada. (te recomiendo que leas el interesante blog http://antonuriarte.blogspot.com/).
Un saludo y muy interesante tu artículo. ¡¡Te felicito!!
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Publicado el 16:24h, 18 diciembre[…] El cambio climático y la falacia del punto medio http://www.hablandodeciencia.com/articulos/2011/12/14/el-cambio-… por adnandez hace nada […]
Elena Ramírez
Publicado el 19:39h, 18 diciembreLa verdad es que te quedas pensando… Lo que dices de la falacia del punto medio es cierto: blanco o negro, existe el gris y la tan famosa frase de «nada es verdad o mentira, todo es según el color del cristal con el que se mira». La prudencia es buena, eso es innegable, pero a veces ser prudente no es bueno: hay situaciones que requieren agilidad, mental o física y una buena dosis de adrenalina. Si eres demasiado prudente, a veces, no llegas o mientras lo piensas, se te va el momento.
Del cambio climático no entiendo a nivel científico. No sé si es el sol o la horrible mano del hombre, pero sí tengo claro una cosa: si no es 100% uno, ni 100% otro, como lo solar no está en mi mano, hace años que intento colaborar con un grano de arena (ya somos 4 granos, algo más) a que si el hombre tiene que ver aunque sea un 1% ESO HAY QUE ARREGLARLO.
¿Sabes mi pena? que odio los programas de corazón que son los que abarcan los horarios «normales» y lo mejor de lo mejor, lo interesante para mí lo ponen en cadenas «secundarias» a horas intempestivas. ¿Será que no interesa que pensemos? ¿Que preguntemos? Quizás ni los mismos expertos se ponen de acuerdo y así no hay ninguna determinación que tomar…que siempre es mucho más fácil…
Felicidades por el artículo. Da que pensar y eso me gusta!!
Víctor Pascual del Olmo
Publicado el 10:06h, 28 abrilMuy buena reflexión!!!!
Guille
Publicado el 14:31h, 09 marzoCuidado, que todos cometemos falacias. Citar al IPCC para defender tu argumento es falaz, y no sólo eso, sino que el IPCC también utiliza muchas falacias y tretas para seguir adelante. En mi opinión, es un lobby que se aprovecha del temor de la gente (¡oh, la tierra se calienta, moriremos quemados!) cuando precisamente en épocas del pasado en las que se alcanzaron mayores temperaturas, hubo una prosperidad económica y biológica muy importante. Y además, el IPCC, ha implantado, mediante sus engaños (principalmente el argumento de autoridad), la idea de que tienen la razón absoluta. El IPCC y sus promotores consiguen mogollón de dinero y poder de todas las naciones del mundo con sus chanchullos, y de ciencia, la justa.
El IPCC no es distinto de otros hoax para aprovecharse de los incautos, disfrazado de organismo serio, y que trabaja a otro nivel. Funciona igual que las religiones, primero se inventan que algo es malísimo (que la tierra se caliente, que la gente practique sexo prematrimonial…) y luego te echan la culpa a tí. Es una combinación de las falacias ad ignorantiam (no se sabe si que se caliente la tierra es bueno, así que debe ser malo), ad baculum (temor a algo malo, que se caliente la tierra) y apelación a los sentimientos (es por tu culpa). Además, para sus demostraciones incurren continuamente en argumentos de falsa causa o parte de la inducción. También suelen usar argumentos de autoridad, bastante patentes: ¿Por qué envían a un nobel de una especialidad relacianada de refilón con la meteorología, en lugar de enviar a un experto meteorólogo? Porque el Nobel da más autoridad, aunque no esté relacionado, y el ponente probablemente sepa menos de lo que habla. ¿No tienen meteorólogos en el IPCC? No me extrañaría, teniendo en cuenta que la mayoría de sus doctores «expertos en el tema» no saben nada relacionado con climatología. Muchos de ellos son doctores en ciencias cociales y otras disciplinas no relacionadas, además de que muchos otros de los «firmantes» ni siquiera habían tenido relación con la asociación, y usaron su nombre sin permiso.
Por último también está la falacia del falso dilema, que es la que aplicas tú para defender que «o el hombre provoca enteramente el cambio climático, o no lo provoca en absoluto».
El cambio climático está relacionado (como bien está demostrado) con las fluctuaciones de la actividad solar. Este es el primer motivo. El efecto invernadero contribuye como es lógico al calentamiento global. También como de sobra sabrás, este fenómeno es absoluamente necesario para la existencia de vida y no es, en absoluto, «malo». El CO2 representa una parte nimia de los gases de efecto invernadero, y de este CO2, una parte nimia es producida por el hombre. A lo largo de la historia, ha habido muchas ocasiones en las que las temperaturas han sido más elevadas (por acción de la actividad solar, principalmente) y sí que es cierto que las concentraciones de CO2 han aumentado en esos casos. Pero esto ocurre a posteriori, por un motivo bien claro: Con el aumento de actividad solar, aumentan los incendios, que liberan el CO2 que las plantas, que crecen más por el sol, fijaron previamente de la atmósfera. Además, también hay mayor cantidad de animales respirando a ritmos más altos por las altas temperaturas.
Como siempre, hay que ser escépticos respecto a todo, y tener en cuenta que aunque la mona se vista de bata, mona se queda.
Por cierto, un placer leer esta página, llevo desde ayer que no paro. Te quedas en mis favoritos y en mi RSS 😀
jorgejfrias
Publicado el 19:14h, 09 marzoEn primer lugar, Guille, agradecer tu tiempo. Creo que dudar del IPCC, pensando que tantos científicos están compinchados para un oscuro fin requiere de pruebas extraordinarias. Por otro lado, Corbin lidera un gabinete de meteorología donde ofrece sus servicios. ¿No es esto más sospechoso?
Por mi parte solo puedo decirte que mi ignorancia en los temas de sistemas dinámicos es tan grande como para echarme a temblar cuando las condiciones nos sacan del punto de equilibrio en el que se encuentra en ese momento. De hecho el problema es tan agudo como para requerir un consenso entre gran cantidad de expertos en lugar de una ley taxativa. No subestimaría yo la acción del CO2 ni en las «pequeñas proporciones» que, según tú, hay en la atmósfera.
Por otro lado, comentarte que Mario Molina, el Nobel de química, no fue enviado por el IPCC, sino que él y su ponente fueron invitados a instancias de la organización del evento.
Un cordial saludo
Guille
Publicado el 21:19h, 10 marzoEl problema es que no son tantos científicos como dicen (muchos de los figurantes no son en realidad científicos, y otros no dieron permiso apra que se incluyera su «firma»). Por otra parte, hay multitud de teorías psicológicas que explicarían por qué la gente daría la razón a lo que crea que la mayoría considere correcto, pero no me voy a parar ahí.
El IPCC tiene mucho interés en que el cambio climático sea producido por el hombre, principalmente por los fondos que absorbe todos los años gracias a esa idea. El IPCC fue creado por gente que tenía mucho interés en utilizar el cambio climático como herramienta política y económica. Además también diluye los esfuerzos de los activistas al ponerlos a vaciar el mar con una cuchara, distrayéndolos de otras auténticas atrocidades que se cometen diariamente contra el planeta. Ten en cuenta que el IPCC está compuesto por muchas personas, algunas con distintos intereses, otras que se lo creen, y otras (la mayoría) que están ahí simplemente porque les pagan para trabajar. Por poner un ejemplo, uno de sus principales impulsores fue el mismo Al Gore, que lo usó como arma principal en su campaña de candidatura a la presidencia de EEUU.
Por otra parte, no sé qué interés puede tener Corbin en negar
una teoría tan difundida, y en la que tanta gente cree, adoptando una postura tan controvertida. Aparte, claro, de desprestigiarse a sí mismo y perder su trabajo en el gabinete. No veo ningún motivo de sospecha.
Sigo sin entender por qué la postura del IPCC no la puede defender un climatólogo/meteorólogo, en lugar de un químico. Tal vez a la organización no le interesaba un auténtico debate, sino ofrecer unos ponentes atractivos, y por eso mismo puede que al moderador no le interesara que se llegara a alguna postura, sino que «salieran airosos del lance», como dices.
El efecto invernadero provocado por el CO2 emitido por el hombre (una pequeña parte del CO2 atmosférico total) es nimio comparado con el que produce el vapor agua, principal gas de efecto invernadero (y no hay más que verlo, en los días nublados las noches son más cálidas que en los despejados). Otros que son más potentes, y de los que no me fío tanto son los CFCs, una parte muy pequeña pero muy potente de los gases efecto invernadero. Pero no aparecen mencionados en el discurso.
Dices que no debemos subestimar el efecto de las pequeñas cantidades de CO2 en la atmósfera. Yo añado que lo que no puedes negar es que el reciente aumento de actividad solar ha sido mucho más determinante para el calentamiento global. Prueba de ello es que, reduciéndose las emisiones, sigue aumentando la temperatura de la tierra, que se hayan alcanzado temperaturas mucho mayores en otras épocas no industrializadas (como en la Edad Media, coincidiendo por cierto con una etapa de prosperidad de recursos abrumadora) y que en épocas donde las emisiones eran mayores, las temperaturas no fueran tan altas.
Así que, aunque no debemos despreciar el impacto de las emisiones humanas (no tanto por el CO2, también por los CFCs) en el calentamiento global, lo que no podemos es negar que éste tiene relación directa con una mayor actividad solar. Tú al principio nos hablabas de la falacia del punto medio. Yo creo que deberíamos revisar la del falso dilema.
dabulper
Publicado el 15:31h, 14 junioLe recomiendo que vea este video:
http://www.youtube.com/watch?v=2T4UF_Rmlio
Ahí queda bien clarito quién está detrás del negacionismo del calentamiento global de origen antropogénico.
Por otra parte, argumenta que «muchos» científicos del IPCC estarían interesados, de una u otra forma, a engañar o manipular investigaciones para apoyar la tesis del calentamiento global de origen antropogénico.
Es cierto que los científicos son seres humanos como los demás, pero tienen un problema cuando no son honestos; si se les descubre, dejan de tener prestigio científico y eso equivale a su «muerte» en círculos científicos (otro gallo nos cantaría si se aplicara el mismo criterio a los políticos).
Por ello, en lo que se refiere a sus disciplinas científicas, los científicos MAYORITARIAMENTE buscan el conocimiento, no la manipulación (si no fuera así, usted no estaría usando internet, seguiríamos como en la edad media).
En el IPCC hay muchos climatólogos (científicos), ¿son todos interesados? puede, pero es improbable ¿están todos confundidos? puede, pero la ciencia descarta las explicaciones no plausibles EXPERIMENTALMENTE, así que seguro que aciertan más que fallan.
Respecto al agua y su efecto invernadero asociado, hay que tener en cuenta que la quema de combustibles fósiles crea CO2 y agua, pero la proporción de agua en la atmósfera es millones de veces superior a la del CO2 (por algo llueve agua y no CO2), así que la aportación antrópica es despreciable. Podemos concluir que la concentración de agua es estable, pero la de CO2 aumenta de forma constante desde el comienzo de la revolución industrial (y no me vale que los volcanes influyen, porque el aumento es muy lineal y los volcanes son perturbaciones puntuales).
Por otra parte, las ventanas de radiación (por las que escapa la radiación desde la atmósfera al espacio) del agua están cerradas, practicamente siempre lo han estado desde que el planeta tuvo atmósfera. Las que no estaban cerradas y se van cerrando con el aumento del CO2 son las ventanas asociadas al CO2 (diferentes de las del agua, el metano tiene otras, por ejemplo). Así que si el agua nos calentaba antes y siempre, ahora también lo hace el CO2 y el metano.
Y para finalizar, usted afirma: «Prueba de ello es que, reduciéndose las emisiones, sigue aumentando la temperatura de la tierra»
Es obvio que si pongo una manta con agujeros sobre una estufa, el calor saldrá al exterior por los agujeros y se alcanzará dentro de la manta una temperatura de equilibrio entre la emisión de la estufa (constante) y lo que se escapa por los agujeros (proporcional a la temperatura interior), pero si tapo algo los agujeros, la nueva temperatura de equilibrio se eleva, y hasta que no se alcance, no verá usted que la temperatura se estabiliza. Aunque usted deje de emitir CO2, parte de los agujeros ya se han tapado y la temperatura sigue subiendo.
Se pueden analizar muchas aportaciones al calentamiento global, pero la navaja de Occam nos dice que la opción plausible más simple es la preferida. Yo prefiero apostar porque el aumento de concentración de un gas de efecto invernadero generado por el hombre es lo que calienta el planeta (plausible y simple), a pensar que una raza reptiliana está calentando el planeta a nuestras espaldas para apropiárselo (plausible pero muy sofisticada).
Un saludo
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Publicado el 14:08h, 01 febrero[…] Aprende qué es la falacia del punto medio, de manos de Jorge J. Frías […]