Esta Navidad regala ciencia
Ya estamos en plenas fechas navideñas y no hay nada mejor que regalar ciencia a tus seres queridos. El amigo invisible, los Reyes o el día de Navidad es una buena ocasión, como cualquier otra para colarles a tu gente lo mejorcito de la divulgación que tenemos hoy en día.
Disfrutadlos y recomendad vosotros vuestros favoritos o los que vas a regalar a los tuyos.
Os voy a contar un secreto, resulta que existe el teletransporte, aunque algunos eso ya lo sabéis, porque habéis encontrado más de una puerta a otras coordenadas espacio-temporales. Natalia Ruiz Zelmanovitch y Silbia López de Lacalle, ayudadas por Nextdoor Publishers, han creado una de esas puertas, una que te lleva directamente al corazón de las “Galápagos, Las islas que caminan”. Para mí esta es la única forma de comprender cómo en este pequeño cuaderno de viajes cabe tanta belleza.
De Nextdoor Publishers es también uno de mis libros favoritos, y aunque ya tiene algunos años, este 2019 han sacado una versión actualizada: “Las mujeres de la Luna” de Daniel Roberto Altschuler y Fernando J. Ballesteros. En él se cuenta la historia de 31 mujeres increíbles, tanto, que han conseguido superar la barrera de la invisibilidad y conseguir un cráter en la Luna. Ojalá se siga actualizando y dentro de unos años pueda recomendaros una enciclopedia de 10 volúmenes.
Ni que decir tiene que Nextdoor Publishers ha publicado muchos más libros maravillosos, aunque no puedo hablar de ellos de primera mano, pero “Orgas(mitos)” de Laura Morán y “Un mundo microscópico” de José Ramón Alonso descansan en mi mesita de noche esperando su momento. De lo poquito que he podido leer del libro de Laura sólo puedo decir que demuestra una sensibilidad y un cariño que desborda las páginas del libro, algo que me parece importantísimo para hablar de sexo. El de José Ramón Alonso es un precioso libro ilustrado que hará las delicias de niños curiosos de 8 a 99 años. Está repleto de explicaciones, consejos y experimentos con los que descubrir el mundo microscópico que no podemos ver.
Mi madre es una persona sin estudios pero con una sed inagotable de conocimientos, así que no es la primera vez que le regalo un libro de divulgación científica. Este año, he decidido obsequiarle con uno sobre alimentación, después de que casi se dejase engañar por uno pseudocientífico que mostraba alegremente en su escaparate una librería. Aunque hay muchos y muy buenos, me he decantado por “El jamón de York no existe” de la Dra. Marián García, más conocida como Boticaria García. Todavía no he tenido ocasión de hincarle yo el diente, pero me ha venido muy bien recomendado y nada más abrirlo se nota que es un libro de muy fácil lectura adaptado a todos los públicos.
Otro gran descubrimiento de este año 2019 ha sido el cómic biográfico de “Marie Curie”, el de Alice Milani. En él se cuentan los avatares personales y científicos de la gran Marie a través de bellísimas ilustraciones. Ni que decir tiene que estoy deseando echarle mano a “Radiactivo. Una historia de amor y efectos colaterales” de Lauren Redniss, otro cómic biográfico de Marie y Pierre Curie, que espero poder recomendar de primera mano en breve.
Siguiendo con el formato cómic, recientemente descubrí uno muy peculiar llamado “Neurocomic” del Dr. Matteo Farinella y la Dra. Hana Ros. En él podemos adentrarnos en el cerebro del protagonista para desentrañar sus misterios y hacer un recorrido por la historia de la neurociencia.
Y si buscáis un regalo muy especial, para niños de cualquier edad (como tú o como yo), que ya estén hartos de princesas y futbolistas, os recomiendo el albúm de “La extraordinaria Liga de la Ciencia” de Principia Magazine. El objetivo es completar todos los equipos (Astronomía, Biología, Biomedicina…) con los científicos y científicas que los componen. Y lo mejor es que somos toda una comunidad deseosa de intercambiar cromos 😉
Por último, para acabar con algo más lúdico, no quiero dejar pasar la oportunidad de hablaros de un curioso juego que he descubierto este año: “Copérnico”. En él, el mismísimo Copérnico nos anima a presentarle un nuevo sistema planetario con la promesa de poder trabajar como ayudante suyo si somos lo suficientemente sabios. Y no será nada fácil, porque el sistema tendrás que montarlo en una plantilla de 3×3 con las cartas que te toquen, adaptándote a una hipótesis y siguiendo una serie de consejos. ¿Habrá alguien en la mesa a la altura del gran Copérnico?
Cada año por Navidad hago una búsqueda de libros de divulgación científica que esté al alcance de cualquiera. Y es que tengo una tía muy fan de aprender curiosidades y entender mejor el mundo (sobre todo el cuerpo humano). Aunque ya llevo unos años haciéndolo y le he regalado varios libros, hay dos que siempre me nombra como “lectura de mesilla”. A pesar de que se los devoró cuando se los regalé, ambos libros los mantiene en la mesilla y los ojea de nuevo cada cierto tiempo. Estos libros son “El cerebro idiota” de Dean Burnett y “Vamos a comprar mentiras” de José Manuel López Nicolás. Como os podéis imaginar, no tienen nada que ver. Ni en la temática ni en el estilo, pero ambos tienen una cosa en común, soy de muy fácil lectura y están al nivel de alguien ajeno totalmente a la ciencia. El cerebro idiota se define en su portada como un libro en el que “un neurocientífico nos explica las imperfecciones de nuestra materia gris”. Es divertido, con anécdotas y muchas curiosidades que hacen que el lector se enganche desde la primera página. Por otro lado, Vamos a comprar mentiras es un libro crítico y con temas muy actuales y que preocupan mucho a la sociedad de hoy en día, los bulos relacionados con la nutrición. La verdad es que me atrevería a decir que cualquier libro de JM López Nicolás sirve con este propósito… Además que este año ha sacado libro nuevo y según he leído es de lo mejorcito. El nombre de su nuevo libro es “Un científico en el supermercado”.
Mi tía no es la única que se lleva libros de ciencia en mi familia, y es que tengo un niño pequeño al que le voy contando introduciendo en la ciencia cada vez que veo la oportunidad. Mi peque aún es bastante pequeñín pero ya me he hecho con algunos libros sobre ciencia para niños para cuando tenga un par de años más que los disfrute mucho. La verdad es que desde que buscamos un poco, encontramos contenido de divulgación adaptado casi a cualquier público. En concreto, para los peques tenemos por ejemplo los libros de la colección “Pequeña y grande” o para niños más pequeñines “Mi primer Pequeña y grande”. Son libros biográficos de personajes que han hecho historia, sobre todo mujeres. Entre ellos se encuentran Marie Curie, Ada Lovelace o Stephen Hawking. Nosotros tenemos el de Marie Curie en la versión “Mi primer Pequeña y Grande” y al peque le encanta ver los dibujos a la vez que le vas contando en modo poesía la historia de la pequeña Marie.
Otros libros que también tenemos aunque aún no se los hemos dado al peque son los de “Futuros genios” de Carlos Pazos. Tenemos el de Genética, Física cuántica, Astronáutica y Evolución, que creo que son todos los que ha sacado hasta ahora. Son geniales y estoy segurísima que en cuanto se los de al peque lo va a flipar. Están muy bien explicados y las ilustraciones son geniales. Si tenéis peques de 5-6 años yo creo que estos libros les pueden gustar muchísimo, y nunca es demasiado pronto para enseñarles ciencia de la forma más divertida.
Y hablando de cosas divertidas… la ciencia no sólo se divulga a través de libros. ¿Os sorprendería si os dijera que hay juegos de mesa con contenido científico o incluso videojuegos? Pues así es. Puede que suene friki, pero la ciencia mola y aquí tenemos un montón de ejemplos de que es cierto. En casa tenemos tres juegos de mesa con contenido científico: El Virus!, el Pandemic y el Cytosis… no sé deciros cual es más divertido. Al ser farmacéutica y dedicarme a la investigación biomédica suelo tirar para este tipo de temáticas en casa… pero juegos de mecánica, ciencias sociales, matemáticas, etc. hay a montones. Os resumo estos tres que he probado y nos encantan. El Virus! lo compramos para llevarlo a unas vacaciones. Y es que es un simple juego de cartas que no ocupa nada de espacio y además es tan sencillo, rápido y divertido que es ideal para jugar con niños desde los 5-6 años aproximadamente. La mecánica del juego es sencilla, tienes que conseguir montar un cuerpo sano (4 cartas de órganos de distinto color). Los demás intentarán infectarte los órganos y tú aplicar vacunas y tratamientos para sanearlos. El Pandemic es algo más complejo pero la idea es similar. Se juega con un tablero con el mapa del mundo y lo que debes de hacer es evitar que se propague un virus. Se reparten roles (genetista, logística, investigador…) con ciertas habilidades y tienes que viajar por el mundo erradicando brotes e intentando descubrir una cura. Es un juego colaborativo por lo que no hay piques entre los jugadores aunque igualmente es muy adictivo. Y por último, el cytosis, que es bastante evidente la temática en la que se incluye. El tablero es una célula humana en la que tenemos obtener recursos de los distintos organelos (como ATP o carbohidratos) para formar nuevos componentes celulares y aumentar la salud de la célula. Además de la estética estar chulísima, ¡¡el juego es lo más!!
Para los más tecnológicos, también tenéis contenido de divulgación científica dentro del mundo de los videojuegos. Un videojuego muy muy muy conocido y que a mi me gusta mucho es Plague Inc. Se trata de un videojuego de estrategia de Ndemic Creations disponible para consolas y dispositivos móviles. Si en el Pandemic teníamos como objetivo el tener que erradicar una enfermedad, aquí lo que debemos de hacer es todo lo contrario: debemos de crear y evolucionar un patógeno para extinguir la humanidad. ¡¡Es adictivo!!
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