Grandes divulgadores de la ciencia

Este título se presta a engaño, porque no voy a hablar de Carl Sagan, ni de Isaac Asimov, ni de Martin Gardner. Tampoco de ningún bloguero de alto copete. Es más, pretendo bajar los humos a todos los que, desde un medio digital, estamos haciendo –o creyendo que lo hacemos– divulgación científica.

Hay gente que escribe artículos sobre el efecto coriolis. Estos chicos del IES Botánico, además, lo llevan a la práctica.

Hoy voy a hablar de grandes divulgadores de la ciencia, aunque en realidad son bastante pequeños -algunos no han terminado la primaria-. Sin embargo, disfrutan viviendo la ciencia y, sobre todo, contándola. Me refiero a jóvenes alumnos que, ya sea en clase o sacando horas de su tiempo libre, realizan un trabajo de investigación donde, como punto final e importantísimo, aparece la divulgación de su trabajo.

Yo he tenido la suerte de vivirlo en persona. En pocas semanas he estado en el VIII Encuentro de Alumnado Investigador de la provincia de Cádiz, y en la XVI Feria de la Ciencia en el Parque de las Ciencias de Granada. Allí, alumnos de primaria a bachillerato han defendido de forma brillante su trabajo, una lección sobre divulgación a aprender por parte de todos nosotros.

Congreso con “grasia”

El encuentro gaditano sorprende por la calidad y cantidad de los trabajos. Algunos de ellos han sido premiados en certámenes tan conocidos como “ciencia en acción”. Sin embargo, la finalidad de este encuentro es muy distinta. Como en un congreso real, es de carácter participativo. Los alumnos redactan su resumen, y defienden el trabajo en una ponencia ante más de 200 personas; y cuando digo “defender” estoy hablando de responder a cualquier pregunta que se le haga, y el moderador de la mesa ya se encarga de que esto ocurra en todas las ponencias. En la jornada siguiente se celebra una feria de la ciencia, con la presentación de los pósters que han realizado para la ocasión, y el material que han procurado para explicar al público su trabajo (en la web alumnadoinvestigador.com están todos los resúmenes y paneles participantes). Sin duda esta característica hace que este congreso se diferencie del resto precisamente en la divulgación de la investigación, objetivo que tiene muy presente el colectivo Eureka, los organizadores del evento.

Defensa del proyecto durante el congreso… ¿Quién dijo miedo?

Además, se persigue fomentar la vertiente lúdica de la ciencia. Por ello, podemos leer nombres como «No te hagas el gallito», «bendita sea tu impureza», «el tamaño es lo que importa», «no te rebotes», o «el sueño del Dr. Curt Connors». Si en cualquiera de estos trabajos los chicos han aprendido cosas de ciencia, estupendo. Si han conocido y practicado el método científico, genial. Pero si además son capaces de darle difusión y divulgarlo entre quiénes lo pregunten, con explicaciones sencillas y prácticas… Señores y señoras, creo que estos estudiantes nos están dando sopas con honda a todos.

¡Que empiece el espectáculo!

Coincidí con varios de los colegios que participaron en este encuentro en otro evento mucho más multitudinario y lúdico: la XVI Feria de la Ciencia que organiza el Parque de las Ciencias coincidiendo con su aniversario –y van 18, una estupendísima mayoría de edad–. En esta cita, el Parque abre las puertas de forma gratuita a todo el mundo que quiera acercarse no solo a sus pabellones, sino a las actividades adicionales de magia y música. Todo ello, junto a la Feria de la Ciencia, un espacio donde centros de enseñanza e instituciones mostrábamos nuestro trabajo.

Hacer madrugar a un grupo de adolescentes un sábado no parece el camino más adecuado para plantar en ellos la semilla de la curiosidad por la ciencia. Sin embargo, el Parque es  bien temprano un hervidero de chavales que van de un lado para otro preparando con ilusión su stand antes de que lleguen los visitantes más madrugadores, sobre las 10 de la mañana. Son, también, las primeras explicaciones a los visitantes, y se nota porque con los nervios les cuesta explicar bien sus proyectos. La anécdota ocurre antes de la parada para comer, cuando se nos avería uno de nuestros inventos: la lanzadera de cohetes. Entonces es cuando se nota que mis alumnos forman un equipo, y se coordinan para repararlo. Me dicen una y otra vez que no quieren recoger el stand y marcharse. Efectivamente, cuando se reanuda la feria la lanzadera funciona como al principio.  No querían que terminara la fiesta de la ciencia.

El tamaño es lo que importa

En el Parque de las Ciencias, a punto de lanzar un cohete

Aun no he comentado nada sobre nuestros proyectos. Por un lado, recuperamos el proyecto de lanzamiento de cohetes de agua que habíamos presentado durante el Street Alicante Science el año pasado. La idea es conseguir que una botella de plástico con agua se eleve lo más alto posible mediante uno de estos dos métodos: O bien conseguir una reacción de vinagre y bicarbonato que genere gran cantidad de dióxido de carbono gaseoso, o bien insuflando el aire directamente con una bomba. ¿Tenemos entonces un problema de física o de química? Estamos ante un problema de tecnología, y usaremos nuestros conocimientos de estas y otras disciplinas para resolverlo.

Nuestro nuevo proyecto se llama “El tamaño es lo que importa”. Parte de la idea de decorar una de las vallas de nuestro centro con un sistema solar a escala. Así que nuestro trabajo va de eso, de escala; pero no una cualquiera, sino una tan vasta como la que rige el universo. Mi motivación inicial era que los chicos se dieran cuenta de lo tremendamente grandes – y pequeños – que son los objetos celestes, pese a que muchas veces los vemos representados del mismo tamaño. Durante varios meses un quinteto de alumnos que se presentaron voluntarios estuvo buscando la forma de representarlos de la mejor forma posible, conciliando rigurosidad y plasticidad. La solución final fue decorar los 8 planetas del sistema solar (de 1,30 m de diámetro) con una circunferencia que indica el tamaño relativo de ese planeta respecto a Júpiter. Por ejemplo, Mercurio lleva inscrito una circunferencia de apenas 6 cm. La actividad se complementa con una serie de curiosidades sobre cada uno de los planetas.

El equipo que viajó hasta Algeciras, antes de comenzar a lanzar cohetes. Se pueden observar las circunferencias que indican el tamaño relativo de los planetas.

La semilla está echada

Una de las cosas que más me gusta de estos encuentros es la forma en que se difunde la ciencia. Sí, es verdad que aquellos que van expresamente al evento van a aprender muchas cosas, pero en estos casos, los chicos actúan como propagadores involuntarios en muchos otros ámbitos. No solo cuentan a los profesores, compañeros, padres, familiares y amigos qué hacen y cómo disfrutan de ello, sino que también se entera el carpintero o el ferretero al que le compramos los materiales, el señor de la imprenta que nos hace los pósters… Por eso tengo la certeza de que estos chicos son grandes divulgadores de la ciencia, por delante de todos nosotros. 

Jorge J. Frías

PD: Si algún día tenéis la ocasión de visitar una exposición realizada por alumnos de cualquier edad, preguntadles por su proyecto. Saben más de lo que uno imagina.

jorgejfrias