Recreo de curiosidades: ¿locura?
Hoy en el recreo de curiosidades hemos hablado de la locura, en concreto, de quiénes nos parecen locas o locos y de si, en realidad, lo son.
¿Qué es la locura?
Creo que usamos la palabra locura a la ligera. Nos resulta llamativa, en ocasiones, deseable y, es posible, que la usemos para calificar o más bien descalificar a algunas personas.
¿Qué es la locura? Según la RAE: “privación del juicio o del uso de la razón”
Frente a ciertas situaciones solemos creer que la persona protagonista está loca. Sin embargo, ¿están privados de razón? O, tal vez, ¿tienen razones para actuar así? Unos bocados de realidad para ver hasta qué punto usamos la palabra “locura o loca o loco” sin más, simplemente, por no profundizar.
Por si acaso he preguntado: “¿qué pensáis que es un loco o una loca?” Me han dicho que alguien que se comporta de forma extraña, que parece peligroso y cualquiera que haga algo que no esperamos. Diría que esto engloba a toda la población mundial en algunos o en muchos momentos de la vida.
¿Es locura todo lo que lo parece?
Cuatro historias y, tras cada una, una petición: “decidme qué os parece la actitud de estas personas y qué diríais de ellas”. Lo primero que han preguntado: “¿son personas reales?” Sí, los son, aunque no sus nombres.
El primero, Juan, 23 años. Todo el verano de “fiesta” y, cuando digo “fiesta”, quiero decir que no se privó de nada. Al empezar a trabajar, en septiembre, su jefe le llamó al despacho para hablar de un nuevo proyecto. Juan escuchó al jefe, se enfadó y le empezó a gritar. Le dijo que sus compañeros no le valoran, pero que no le importa que él sabe que es el mejor. Incluso que supera a los jefes del departamento, a los que considera unos idiotas. La única persona capacitada de la empresa es él, es un dios, el tío más listo del mundo y el resto son escoria.
Ha habido algunos resoplidos y murmullos diciendo que estaba loco. Espero que no haya sido por mi interpretación de la situación. ¡No tengo talento como actriz!
El segundo es Pablo, 30 años. Se sube torpemente al autobús y, tan pronto como arranca, le empieza a contar al chófer un montón de cosas sobre lo que van viendo, no habla claro y, en ocasiones, cuesta entenderle. Habla todo el rato, le cuenta al chófer a dónde va, de dónde viene, le hace millones de preguntas. El chófer hace un gesto al resto de pasajeros tocándose la sien.
Algunas preguntas: “¿no para nunca de hablar?, ¿no se da cuenta de que está hablando de cosas que todo el mundo ve?” Sí, le han calificado de loco.
La tercera es Antonia, 44 años. Acaba de aparcar en el trabajo. Ha apagado el motor del coche, pero todavía no se ha bajado. Tiene la ventanilla abierta y mira a los que van aparcando cerca o pasan por su lado, y les dice: “¡vais a morir, todo el mundo va a morir!” Después de gritar un rato se queda quieta en el coche durante 5 horas.
Los comentarios ante esta historia han sido claros: “se le ha ido la olla” o “está pirada”. Sí, de nuevo, dirían que está loca.
Ramón es el cuarto protagonista, 55 años, alto, pelo largo y vestido de motero. Su cuerpo se agita, se le mueve el brazo derecho, la cabeza se le inclina hacia la izquierda rápidamente y cada pocos segundos grita: “tíooooo”. No sé si lo he interpretado muy bien, pero creo que han captado lo esencial.
Una de las recreistas más mayores, me ha mirado y ha susurrado Tourette. ¡Cuántas cosas saben!
¿Quién diríais que está loco o loca?
Sin toda la información, es muy probable que tachemos de loca a cualquiera de estas personas. Hemos visto un pequeño fragmento de su vida, pero ¿qué ocurre si ampliamos la información?, ¿cambiaremos nuestro diagnóstico?
Juan padece esquizofrenia. El verano, tras acabar la carrera, estuvo disfrutando. Probó de todo y, entre ello, alguna sustancia que pudo desencadenar la esquizofrenia. El día que gritó a su jefe estaba en pleno brote psicótico. Delirios de grandeza, manía persecutoria y una visión de la realidad distorsionada. No, no está loco, tiene un trastorno mental.
A Pablo le tratan de loco, de pirado y de pesado. Según él mismo, no tiene amigos. Habla con la gente, pero nada más. Pablo tuvo un tumor cuando era pequeño. La enfermedad se llevó parte de su infancia y le dejó secuelas y soledad. Lo cierto, es que, si te molestas en charlar con él, es un buen conversador y te explica qué le pasó, lo cual, me parece digno de admiración. Él quiere que le entiendan, pero la gente le mira desde la distancia.
Antonia era una adolescente cuando, sin más, padeció depresión. No tenía ningún motivo para la tristeza, pero lo estaba, no se valoraba y pensaba que nada iba bien. La ansiedad también andaba cerca. Consiguió remontar, gracias a la medicación, al deporte y al apoyo que tuvo. La depresión nunca le ha abandonado, pero está controlada y sabe gestionarla. Por culpa del estrés, su cerebro no pudo más y la ansiedad llegó. En el parking sufrió una desconexión de la realidad. Le había pillado desprevenida. Sintió mucha vergüenza por lo que pensaran en el trabajo.
Ramón da un poco de miedo porque es muy grande, se mueve de forma rara y grita “tíooooo” constantemente. Quienes no le conocen se apartan a su paso. Los que le conocen saben que es una persona majísima, muy divertida y que le encantan las motos. Tiene el síndrome de Tourette y eso le produce los tics.
No todo es lo que parece
Mis recreistas han contado historias de personas que te hablan sin parar en el metro, de un vecino muy pesado que siempre grita por la ventana y algunas cosillas más. ¿Locura? Hemos llegado a la conclusión de que algunas personas hablan para no sentirse solas, el vecino gritón perdió hace poco a su mujer… todo tiene una historia detrás, ¿no?
Mientras charlábamos, he comentado que hablamos poco sobre la salud mental. Nos da vergüenza y, además, creemos que van a pensar que estamos locas o locos. He visto a muchas cabezas asentir. Espero que lo que les he contado sirva para que miren siempre un poco más allá y hablen.
Para despedirnos hemos hablado del cantante Lewis Capaldi que padece Tourette. En uno de sus conciertos los tics se apoderaron de él, sin embargo, el público le apoyó en ese momento tan duro.
Hasta aquí el recreo de esta semana. La semana que viene contaré con la ayuda de una de mis estudiantes, Grace. Entre las dos hablaremos de cine y alguna que otra cosilla.
Recomendaciones:
Hablar, es fundamental.
menteScopia, un proyecto multimedia para divulgar sobre enfermedades mentales y su prevención.
Cuando mi cerebro hizo ¡plof! Y el tiempo se paró
¿Qué es el recreo de curiosidades?
Se trata de una actividad donde estudiantes y docentes nos reunimos para charlar, jugar o hacer algún experimento relacionado con la ciencia, la cultura, el arte o cualquier cosa que nos interese. La idea es fomentar la curiosidad y que esté alejado de la rigidez del aula.
La intención es dar pinceladas sobre temas diversos y poder explicar cosas que no se explican en clase, que motiven y que fomenten las ganas de aprender, pensar y tener un espíritu crítico.
No se trata de apabullarles con grandes conocimientos y conceptos complejos, no. Son pinceladas que les guíen para buscar más, preguntar, interesarse por diferentes áreas y curiosear.
El recreo de curiosidades se realiza en el colegio El Carmen Indautxu (Bilbao) con la colaboración del Hablando de Ciencia.
En el Recreo de curiosidades anterior:
Socióloga, Master en Cultura Científica, profesora de Cultura Científica y apoyo a estudiantes con dificultades de aprendizaje.
Aquí podéis ver lo que escribo y conocerme un poco mejor.
https://darthscience666.blogspot.com
En Twitter, Instagram y BluSky me podéis encontrar como @darthscience666
Me encanta aprender y enseñar. Soy muy fan del futuro y de lo que está por llegar. Me encanta leer. Lo mismo leo un ensayo de matemáticas que una novela de vampiros. Creo que se puede aprender de todo lo que nos rodea y que todas las personas tienen algo que enseñar. Procuro hacer las cosas con humor porque aprender y enseñar no deben ser una tortura, nunca
Sin comentarios