Un fin de semana de ciencia por el centro de Málaga

He de confesar que, cuando los amigos de Empyria me dijeron que iban a montar un stand con experimentos científicos en pleno centro de Málaga, pensé que estaban locos. Es más, ni siquiera pensaba que iban a conseguir permiso para ese emplazamiento, e iban a quedar relegados a una calle periférica. La calle Larios es el centro neurálgico de la ciudad y, aunque es normal que se celebren actos sociales, políticos o religiosos, no recuerdo que allí hubiera cabida para este tipo de eventos de ciencia.

Pero mi falta de fe resulta molesta en esta ocasión. Allí estaban el jueves por la mañana los de Empyria -fácilmente reconocibles porque lucen camiseta negra con el logo de la asociación- organizando el stand con sus experimentos y los módulos que el Centro Principia les había prestado para tan grande ocasión; grande por la oportunidad única y por el talento derrochado allí, aunque pequeña en recursos ¡Difícilmente puede salir más económico organizar un evento así!
Ese jueves llegué con mis alumnos del Colegio CUME y mi compañera Raquel, que había diseñado un conjunto de experimentos muy sencillos de realizar, con productos que se pueden encontrar en cualquier cocina o cuarto de baño. Así, el taller “química de andar por casa” llevaba una coletilla que obligaba a los asistentes a repetir los experimentos a la vuelta. Solo necesitaban agua, palillos de dientes, sal, aceite, jarabe de fresa, colutorio bucal, lejía, y poco más.

La prueba de fuego se pasó con nota, pero aún quedaban los dos días grandes: el viernes y el sábado. Para ello conté con la colaboración de nuestros compañeros Aníbal Bueno y José Luis Moreno. Toda ayuda fue poca ante la constante oleada de curiosos que se iban acercando al stand ¡Y qué decir del sábado! Esa noche tuvimos que decir con todo nuestro dolor a la gente allí congregada que no podíamos seguir: Habíamos estado desde las 10 de la mañana hasta más allá de las 21 horas los tres días.

La ciencia en la calle era también la calle en la ciencia. Lo que ocurrió en el centro ese fin de semana tuvo su incidencia en el stand. Así, era curioso ver la afluencia de turistas entre las 13 y las 17 horas, coincidiendo con los horarios de visita de los cruceros que atracan a pocos metros de allí. Más de una explicación en inglés, e incluso un guía se ofreció a explicar los experimentos a los congregados. También era más nutrida la afluencia por la tarde, sobre todo a la caída del sol, que es cuando los malagueños suelen pasear “con la fresca” (sí, y eso que era octubre, pero hacía tanto calor que solo Aníbal se atrevió a ponerse la bata).

Pero fue el sábado el día más curioso: Delante de nuestras mesas desfilaron dos manifestaciones, un payaso, un mago, un mimo (que nos llamó la atención porque le quitábamos público), una reunión de ultraderecha (por suerte eran muy pocos), unos “hare krishna” tocando música, y una demostración de colonias de la perfumería de enfrente. Bueno, y un jubilado alemán que no paró de felicitarnos por este trabajo, que él consideraba fundamental, y que reconocía que no veía en su ciudad… ¡olé!

Una de las anécdotas divertidas tuvo que ver con la urna que pusimos para que la gente depositara su “pregunta a HdC”. Aunque pusimos varios carteles indicando su utilidad, y en la propia urna lo ponía bien clarito, llegaron a depositar hasta 3 euros en total, que donamos a la organización para la realización de futuros experimentos. No tenemos constancia de cuándo se echaron esas monedas, pero sí sé que una señora quería dar un donativo al sentirse maravillada por las explicaciones de un compañero de Empyria.

Sobre las respuestas enviadas, la mayoría fueron solucionadas en el mismo stand. Bueno, a mí me preguntó una señora si existía algún brebaje que pudiera echar a su marido para dejarlo fiambre y que la policía no se enterara. Esa pregunta la dejaremos sin contestar, pero ya estamos trabajando para resolver las que depositaron en la urna. Recordad que los miércoles es el día de “Pregunta a HdC”.

Mientras escribo estas palabras aún me duele todo el cuerpo, pero con la satisfacción de haber disfrutado de un largo fin de semana de ciencia. Desde aquí mi enhorabuena a Empyria, a los que habrá que prestar mucha atención en la semana cultural de la Facultad de Ciencias de Málaga – y hasta aquí puedo leer.

¡Ciencia para todos y en el centro de las ciudades! ¡por supuesto!

Jorge J. Frías

jorgejfrias