Desde la Revolución industrial hasta el Desarrollo Sostenible
Desde que el hombre es hombre ha tenido la necesidad de valerse de las materias primas que encontraba en su entorno para construir herramientas como lanzas con las que cazar o prensas con las que moler el grano, y para llevar a cabo distintos procesos como el de encender una hoguera para calentarse o para cocinar.
En ese sentido, entendiendo el concepto de “industria” como el procesado de las materias primas para construir un bien útil, podemos considerar que el ser humano se ha visto siempre envuelto en actividades industriales. Sin embargo, cuando llegó la Revolución Industrial allá por los siglos XVIII y XIX, la manera en que este tipo de actividades se llevaban a cabo sufrió un cambio radical, motivado por un giro completo en la concepción de progreso.
Hasta entonces, el saber y la técnica se transmitían de una generación a otra casi sin sufrir cambios. Los procesos artesanales de fabricación tenían una fuerte tendencia conservadora. Sin embargo, con la llegada de la Revolución Industrial llegó el cambio de mentalidad que hizo posible que la vida moderna sea tal cual la conocemos. Se instauró una concepción científica y tecnológica en los procesos de fabricación (además de en otros muchos ámbitos como el económico), por la cual ahora el objetivo primario no era conservar los conocimientos por el simple “a mí me funciona”, sino que se buscaba innovar; concepto que no existiría si no lleva asociada la idea de desechar y sustituir.
Las técnicas cada vez más eficientes fueron apoderándose del sistema de producción, con la adición de maquinaria cada vez más sofisticada. Por otra parte, también la obsolescencia de los bienes fue cada vez apareciendo en tiempos más breves (motivado por el desarrollo tecnológico exponencial).
Se llegó, pasado un siglo, a una capacidad de producción desbordante. Esto, unido a otras causas, hizo que el ser humano moderno llegara a una situación insostenible. Desde luego que esta situación se ha creado a causa de un descontrolado desarrollo del impacto de la tecnología, fundamentalmente debido a la ignorancia en materias ambientales. Pero también es en la tecnología (ingeniería) donde podemos hallar una solución, y revertir esta preocupante situación.
En el llamado Informe Bruntland, elaborado en el año 1987, se formalizó por primera vez el concepto “Desarrollo Sostenible”, como una propuesta de cambio de modelo. Con esta propuesta, no se pretendía ni mucho menos volver a la época pre-industrial, sino en continuar con el desarrollo de nuestra especie siendo conscientes de que los recursos son finitos, y de que el mundo natural en el que vivimos debe ser conservado. Así, desde entonces a la actualidad se ha planteado un cambio radical en la manera de desarrollar nuestras actividades industriales (entre otras). Nacen así conceptos como Ingeniería verde, ecología ambiental, etc. que son herramientas para implementar las medidas de desarrollo sostenible en el conjunto de las actividades socioeconómicas. Con esto, se busca minimizar al máximo su impacto ambiental negativo, y así frenar la destrucción del lugar que un día el conocido divulgador científico Carl Sagan llamó “Ese pequeño punto azul pálido”.
Ana
Publicado el 08:57h, 27 noviembreEn ingeniería industrial,el desarrollo sostenible solo entra dentro del temario de la asignatura de medioambiente que se tiene en quinto.Hasta entonces,escuchas una y otra vez la palabra producir…Es más,muchos profesores se mofan de todo esto.
Me temo que la nueva generación tampoco nos traerá el desarrollo sostenible.Tendrá que venir la UE como siempre a decirnos que lo hacemos mal…
Rubén Lijó
Publicado el 11:45h, 27 noviembre¡Muy buenos días!
Antes que nada, gracias por comentar 🙂
Eso ya es cuestión de la mentalidad de cada uno, si es más conservadora o concienciada respecto de estos asuntos. Sí que es verdad que muchos profesores pasan por encima de estos temas sin siquiera preocuparse lo más mínimo. De todas formas, a lo que me refiero es que en la ingeniería está la solución siempre y cuando se quiera solucionar el problema.
Por mi parte estudio también Ingeniería Industrial en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y nuestro temario tiene una fuerte carga en términos medioambientales (también en cantidades razonables con respecto a lo que necesita un ingeniero del resto de materias).
En cualquier caso, con lo de antes me refiero a ramas ya más especializadas como por ejemplo puede ser la rama de las energías (para el desarrollo de modelos energéticos sostenibles).
¡Un saludo!
Ana
Publicado el 23:09h, 27 noviembreGracias a ti por hablar sobre esto que a mi me parece un tema muy importante. Yo estudio ingeniería industrial en Vigo, pero el año pasado estuve en la UPM y allí asistí a charlas sobre desarrollo sostenible en las que solo éramos 20 personas y porque daban créditos de libre elección. Ya sé que esto no determina el grado de interés de la gente, pero no deja de ser una realidad que en nuestra carrera nosotros somos los «raros». En Vigo, ni siquiera tenemos charlas, solo medioambiente en quinto. Incluso la asignatura de libre elección de medioambiente la da alguien que no cree en el agujero de la capa de Ozono y piensa que todo son exageraciones… Concuerdo en que la ingeniería es la solución, pero también es parte del problema. La solución, como siempre parte de la educación y si no somos concienciados para acabar con este problema, seguiremos aportando herramientas a nuestros jefes para que aumenten su producción y con ello el gasto de recursos. Las herramientas para empezar a solucionarlo ya llevan tiempo sobre la mesa, pero en una sociedad en la que el capital es lo único que determina la grandeza de una empresa, poca gente las usa.
Quiero pensar que por suerte cada vez somos más los que pensamos en esto, tanto en el ámbito ingenieril como en todos los grados de la sociedad y si no es así, tenemos que hacernos oír.
Un saludo!
Jorge Fdez.
Publicado el 15:13h, 27 noviembreMucho me temo que durante muchos años más seguiremos reacios a tomarnos este tema en serio y promover cambios realmente radicales. La inercia del sistema es demasiado fuerte, y aquéllos que tienen verdaderas opciones de cambio en sus manos están demasiado cómodos con la situación actual. Como tantas otras veces, hará falta que la situación nos explote en la cara antes de mover un dedo.
Como anécdota, te diré que una vez tuve ocasión de charlar en un ambiente distendido sobre cambio climático y desarrollo sostenible con un catedrático de la escuela de ingenieros. Este hombre no veía inconveniente alguno en el crecimiento indefinido. Ni siquiera recordándole que la Tierra tiene un tamaño finito. Debe ser que como la gente no alcanza a imaginar la cantidad de recursos que hay en la Tierra, ya lo asocian directamente con el concepto de infinito e inagotable. Y si esto lo piensa un catedrático, imagínate.
Rubén Lijó
Publicado el 19:02h, 27 noviembreSí… Hay gente para todo.
Lo bueno es que el cambio de mentalidad es evidente si lo comparamos con la situación que había unas décadas atrás. Lo que sí es cierto que no tan rápido como debería.
¡Un abrazo! 😉
Bitacoras.com
Publicado el 19:16h, 27 noviembreInformación Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Desde que el hombre es hombre ha tenido la necesidad de valerse de las materias primas que encontraba en su entorno para construir herramientas como lanzas con las que cazar o prensas con las que moler el grano, y para llevar…..
Cabezón
Publicado el 22:31h, 27 noviembreHay dos grandes revoluciones en el desarrollo humano que han tenido a la vez grandes beneficios y grandes perjuicios.
La primera fue la agricultura; junto con la capacidad de producir mucha comida, trajo el trabajo intensivo, la esclavitud, los hacinamientos en las ciudades, las religiones patriarcales y las sociedades piramidales, entre otras cosas.
La segunda fue la revolución industrial, que trajo el consumismo y el capitalismo radical, ambos como consecuencia de la estructura existente en la sociedad agrícola.
Si tomamos como referencia el mundo pre-agrícola, el de los cazadores-recolectores, tenemos un objetivo a imitar. No podemos volver a esos tiempos, pues la Tierra no puede mantener a 6.000 millones de cazadores-recolectores, por lo que hemos de mantener las estructuras agrícola e industriales. Pero tenemos que pensar como los cazadores y recolectores, que viven de la Tierra, están integrados en ella; no consideran a la Tierra como un bien a explotar, del que hay que sacar el máximo provecho (¿para después abandonarlo?). Hemos llegado al límite de la explotación irracional. Los agricultores agostaron las tierras del Creciente Fértil, donde empezó la agricultura; luego fueron acabando con una tierra tras otra. Pero apenas quedan tierras vírgenes para cultivar…
Lo mismo sucede con los recursos que consume la industria: carbón, petróleo, agua, hierro, … No podemos seguir gastándolos como si fueran infinitos.
Hay que hacer una nueva revolución. Un cambio de paradigma.
Cabezón
Publicado el 22:35h, 27 noviembreEn la trilogía de Marte Rojo, Marte Verde, Marte Azul, se menciona dos formas de entender la economía a nivel planetario: la de mundo vacío y la de mundo lleno. Por mundo vacío se entiende disponer de recursos ilimitados, sin preocuparse por su agotamiento. Por mundo lleno, se entiende lo contrario: un planeta con recursos limitados, donde no es permisible el despilfarro.
Seguimos pensando en el mundo vacío, cuando ya vivimos en un mundo lleno. Ese es el problema.
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Publicado el 19:04h, 01 diciembre[…] Desde la Revolución industrial hasta el Desarrollo Sostenible […]
Emilio
Publicado el 16:24h, 01 eneroPara relacionar el desarrollo humano con la Ingeniería Industrial y al mismo tiempo dar vigor a las alternativas, te recomiendo utilizar los modelos Ford y Toyota uno como simplificación del trabajo con deterioro de la carga intelectual, lo que nos lleva a la robótica y el otro modelo Toyota, como una explotación tanto física como intelectual de los individuos para beneficio de las corporaciones, pero con ventajas sobre la economía y la ecología.
César Valdivieso
Publicado el 20:47h, 27 eneroMUNDO SOSTENIBLE
Saludos desde Guama, Yaracuy, Venezuela.
Desde hace más de 30 años estamos trabajando en el tema de las sociedades sostenibles tanto en el aspecto ambiental, como en el humano. Sobran los datos que pronostican el colapso futuro de la humanidad debido a la contaminación y depredación de la biósfera terrestre y a los conflictos sociales. La génesis de este panorama tan poco halagador está en el descontrolado crecimiento poblacional, y en la manipulación abrumadora que todos sufrimos continuamente, proveniente de los poderes económico, político y religioso. Las importantes acciones realizadas por numerosos grupos ambientalistas y defensores de los derechos humanos especialmente en el transcurso de los siglos XX y XXI , han retardado el momento de la llegada del vaticinado fin de nuestra especie, pero no han podido detener el avance hacia ese momento fatal.
Tantos años de estudio, análisis y vivencias, nos han llevado a concluir, con toda serenidad, pero con la máxima seguridad, que solo un cambio radical en el modo en que organizamos nuestras sociedades a nivel mundial, puede llevar al ser humano a tener la esperanza de permanecer sobre el planeta tierra por los siglos de los siglos, disfrutando de condiciones de bienestar deseables.
Dichas transformaciones sustanciales, incluyen abordar sin tabúes el tema de la explosión demográfica; construir un sistema económico al servicio de las personas, moderno y sostenible; y deslastrar a la población de un cúmulo de creencias que la mantienen alejada de las formas objetivas de afrontar la existencia, y que propician confrontaciones irracionales que han causado tantos millones de muertes a lo largo de la historia.
Concretamente, proponemos trabajar en el diseño, promoción y construcción de un modelo de sociedad ideal, haciendo hincapié en las tecnologías sostenibles y en un sistema de relaciones sociales que lleve a las personas a tomar las riendas de su existencia en un sentido constructivo, y que minimice la influencia del afán de lucro empresarial, la ambición de poder gubernamental, y los dogmas que llevan a la gente a pensar en soluciones mágicas y a creer que quien no profesa su fe, es un enemigo a ser atacado o aniquilado. Sabemos que ello conlleva la renuncia a concepciones milenarias y una labor titánica, pero tenemos la certeza plena de que no hay otro camino.
Nosotros hemos realizado apenas un esbozo de lo que podría ser ese modelo de sociedad ideal, pero es indispensable que se vayan sumando cada vez más personas convencidas de la necesidad de transformar nuestras sociedades desde sus fundamentos ,y entre todos hacer los planos, las maquetas, las historietas, los videos y las presentaciones que hagan falta, para dar vida, en la mayor escala posible, a una especie de ciudadela experimental futurista, en la cual se pueda observar a personas conviviendo en un ambiente que ofrezca un nivel de vida elevado y sostenible.
Por ello estamos invitando a quienes tienen inquietudes similares a las nuestras, a visitar el sitio web http://www.benesuelo.blogspot.com para familiarizarse con las propuestas que allí se plantean, y, de estar de acuerdo con ellas, unirse al equipo de soñadores que esté dispuesto a cambiar el mundo, pese a todos los enormes obstáculos que seguramente se presentarán. Gracias.
César E. Valdivieso P.
C.I. 7312763
César Valdivieso
Publicado el 23:21h, 07 julioSaludos amigos de Hablando de Ciencia y sus lectores.
La codicia ciega representada por un sistema económico que depreda nuestro medio ambiente, el ansia de dominio que nos lleva a ejercer la violencia sobre los demás, y la ignorancia sustentada en creencias religiosas totalmente inverosímiles, han traído mucha infelicidad a nuestra especie, y la han colocado a las puertas de una extinción que puede llegar en forma de guerra o bajo la figura del colapso ambiental.
Cambiar esas tendencias del pensamiento afianzadas durante siglos es una labor titánica,pero es la única manera de alcanzar un grado de civilización aceptable y por ende garantizar la felicidad y la supervivencia de los seres humanos del presente y del futuro.
Hacer una realidad ese cambio, pasa necesariamente por la creación de una organización de carácter global, con representación en cada país, que trabaje por la transición hacia un mundo feliz y sostenible, y cuya principal tarea sería la de diseñar un modelo virtual audiovisual de sociedad ideal que funcione como herramienta básica de trabajo y como instrumento didáctico para la comprensión del proyecto por parte del público en general. A partir de dicho modelo se promoverían, entre otras cosas, el desarrollo de la ciencia y el pensamiento científico, la automatización industrial, el control de la natalidad, la libertad, la laicización de la sociedad, las tecnologías verdes, la democracia y la irreverencia.
Si ustedes están trabajando en esta línea de acción, o les gustaría hacerlo, por favor contáctenme.
Pueden leer toda la teoría de mi proyecto en el sitio web https://benesuelo.blogspot.com/
o si prefieren una breve introducción al mismo pueden ver el comic que publiqué en mi cuenta Instagram:benesuelo
Atentamente, César Valdivieso.