32 años sin Félix
Hoy, 14 de marzo, se conmemora el 32º aniversario de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, uno de los personajes más famosos de su época y cuyo legado no debemos dejar caer en el olvido. Cuando se habla de este popular personaje no sólo hay que hacerlo de conservación ya que cuando uno se adentra en la vida de Félix percibe rápidamente que el tema no eran los animales como muchos creerán si no, más bien, modificar nuestra relación con el planeta, entender que este camino que el hombre ha tomado no llega a buen fin, que para alcanzar nuestro desarrollo integral necesitamos el contacto desde la infancia con la naturaleza…en modo resumido, que lo importante era el hombre y su manera de vivir.
Es curioso, yo nací después de que él muriera, soy una muestra de que su mensaje es atemporal y su obra vista por niños de otras generaciones puede igualmente marcar profundamente. La obra de Félix es el recuerdo de un tiempo con una televisión más sana, con una apuesta más decidida por ciertos contenidos. Hablar de él nunca es fácil, a veces me parece que ya está todo dicho. Me conformo con que lo lean personas que no conocen a este hombre y de este modo sientan curiosidad para adentrarse en su obra, o que alguno de esos niños que crecieron con sus documentales recuerde su tierna infancia con emoción. Solo con eso ya habrá merecido la pena.
La infancia de Félix transcurrió en los páramos de su Poza de la Sal natal, en la provincia de Burgos. Creció en un ambiente rural castellano en contacto directo con la naturaleza, en una vida a la que él mismo se referiría como «su agreste infancia paleolítica». Los animales siempre estuvieron ahí, las especies que posteriormente le harían popular ya aparecieron en sus primeros años de un modo o de otro. En Castilla y León había, hay, y por desgracia seguirá habiendo, un conflicto con el lobo. Fue en una batida para matar a un ejemplar que había devorado varias cabezas de ganado cuando Félix contempló por primera vez a la bestia… y comprobó que no era tal, que era un animal precioso y mágico. Muchos dicen con cierta razón que de no ser por Félix ya no quedarían lobos y la verdad es que la regresión de nuestro gran carnívoro ha sido inmensa en el siglo XX. Félix no quería el mal para los pastores, es más, él fue un gran defensor de la cultura milenaria de las gentes del campo, y del respeto hacia esa otra cultura que hoy perdemos a pasos agigantados. Pero desde luego tampoco quería perder a esta joya faunística. Muchos de sus esfuerzos se centraron en dar a conocer el comportamiento del lobo y desmitificar esa imagen perversa, casi demoníaca, que pesaba sobre el cánido. Basándose en los métodos del premio Nobel Konrad Lorenz logró adentrarse en el mundo del comportamiento de los lobos llegando a ser jefe de una manada, algo nunca visto, un acto que a la vista de cualquier mortal podría ser calificado como de locura.
Otro de los ejes importantes de su vida fueron los halcones y de nuevo tenemos que remontarnos a su infancia.
Una vez estaba agazapado con unos amigos viendo patos y se sorprendieron de que no echaran a volar como era habitual (al parecer había un halcón sobrevolando la zona). Tanto se acercaron a los patos que ya no les quedó otra opción que volar y el halcón se lanzó como el proyectil viviente que es a cazar a uno de ellos. Félix quedó impactado por aquella secuencia de caza y durante el resto de su vida sería un total enamorado de las aves de presa.
Ya en sus años universitarios empezó a hacerse un nombre por haber resucitado el arte muerto de la cetrería. Compró una ingente cantidad de libros medievales de muchos países y junto a otros jóvenes inquietos dieron vida de nuevo a esta forma de caza. A raíz de su amor por la cetrería desarrolló un método aún empleado de erradicar aves en los aeropuertos, el más eficaz conocido hasta la fecha: emplear aves rapaces. Esto se llamó operación Baharí y lo que empezó en el aeropuerto de Barajas se ha extendido posteriormente a otros lugares. Son pocas las aves que mueren con estas técnicas ya que huyen a nuevos territorios al ser hostigadas diariamente por las rapaces. Desde luego, un método eficaz y limpio.
Siguiendo con la relación de Félix con las aves y la cetrería se puede contar otra historia. Allá por 1952 España trataba de comprar petróleo a los árabes. El rey Saud de Arabia se había comportado amablemente en sus viajes a nuestro país por lo que a los diplomáticos españoles les tocaba devolver la hospitalidad viajando a Oriente con algún regalo. El rey Saúd se podía considerar el último rey cetrero del mundo y soñaba con tener un halcón baharí (subespecie mediterránea del peregrino) como así lo hizo saber a los políticos de Franco. Félix conocía el viejo código cetrero y sabía que antaño la entrega de animales como este había sido símbolo de paz y confraternización. Tenía que capturar una pareja de estos halcones, entrenarlos y viajar en misión diplomática a Arabia. En la recepción oficial ya en el país asiático aún no se habían mostrado los halcones hasta que uno de ellos se movió sonando de ese modo los cascabeles. Todos miraron, y el rey, bajando del trono, se lanzó hacia los halcones mientras exclamaba: ¡Baharí, Baharí!
El objetivo empresarial del viaje se cumplió en breves días pero Félix permaneció una semana más en el palacio de Nasyriya viéndose a diario con el monarca para debatir durante horas sobre cetrería. Fue un encuentro enriquecedor para ambos, Rodríguez de la Fuente amplió sus técnicas y conocimientos al conocer de primera mano el modo de entender la cetrería en tan lejanas tierras, una de las cunas de tan antigua disciplina.
Gracias a la cetrería empezó a aparecer en los medios incluso con una pequeña aparición en TVE. La gente inundó de cartas al director de la televisión pidiendo que volviera el hombre de los pájaros y así fue ganando cada vez más y más minutos hasta lograr ser quien fue. Además por estas fechas comenzó a trabajar escribiendo artículos sobre expediciones por África para algunas revistas de la época. Si ya había sido pionero por resucitar un mundo muerto como era la cetrería estaba a punto de convertirse en inmortal por la realización durante los años que sucederían a ese momento de casi toda su obra de mayor envergadura.
Es evidente, no obstante, que antes de El hombre y la Tierra el doctor Rodríguez de la Fuente ya era muy popular y valorado. La mítica serie fue el culmen, lo que perduró, pero antes de eso existieron programas de radio, otros programas de televisión igualmente admirables, colecciones de libros, artículos en revistas y periódicos,etc. No puedo olvidar mencionar la enciclopedia Fauna con sus preciosas ilustraciones y millones de ejemplares vendidos, ni tampoco puedo olvidar los cuadernos de campo, 60 joyas que tengo el orgullo de tener en mi poder y que cuido como si fuesen oro. No sabría decir cuántos artículos en revistas de la época sobre viajes a África, cetrería o etología del lobo pudo publicar. Por desgracia buena parte del archivo radiofónico se ha perdido pero muchos afirman que en este medio se vio al Félix más puro ya que ante los micrófonos sólo estaba su inolvidable voz dando forma al rico castellano con que se expresaba (le propusieron para la Real Academia Española de la lengua).
Una persona que había estudiado medicina para luego especializarse en estomatología había hecho nacer en España el ecologismo, había puesto el conocimiento de la naturaleza en el centro de las vidas de infinidad de niños que quedaban boquiabiertos frente al televisor ante cada nueva emisión de las aventuras de su amigo Félix. Su papel en la sociedad era el de una estrella, posiblemente era la persona más popular del país, llegó a llenar estadios y sacaron multitud de productos con su nombre. Imaginad todo esto hoy, qué lejos parecen esos tiempos…¡una persona hablando de temas culturales y constructivos siendo líder de masas!
El Hombre y la Tierra fue no obstante el programa que le dio reconocimiento mundial con más de 800 millones de espectadores por todo el globo. Nadie olvida aún pasado el tiempo su media melena, su particular voz o las vestimentas campestres con las que presentaba sus documentales entre jaras y encinas. ¿Quién no recuerda la sintonía? Y tantas escenas memorables: el águila llevándose al cabrito, la anaconda lanzándose al cuello, los presagios sobre el lince y el estado alarmante de los humedales, el interior de nidos de abejaruco, el cerro Autana en Venezuela, el cormorán Rafael, el experimento con el alimoche, la demostración del efecto de los venenos en el campo, los pastores tras los lobos…y podría seguir dando ejemplos hasta mañana. Algunos críticos se han cebado al saber que algunas escenas -el 40 % o menos del total de la serie- se filmaron en terrenos controlados con animales troquelados. La técnica del troquelado consiste en tener en semicautividad animales salvajes intentando que no pierdan sus conductas naturales, se emplea en muchos más documentales de los que podríais imaginar, lo que pasa es que no lo sabéis. Hay que darle a esta serie el enorme mérito que tuvo, está filmada en formato cine y el equipo era realmente complejo de transportar por la naturaleza. El ritmo de rodaje era frenético con varios equipos repartidos por la península. Félix era tozudo, llevaba a todo su equipo humano al límite, exigía mucho, algunos abandonaban el rodaje a las pocas semanas…pero todo tiene su parte positiva y negativa. En este caso la positiva fue que inventaron técnicas de filmación de documentales innovadoras que marcaron un antes y un después, secuencias que mostraban el comportamiento natural de los animales lo cual hasta entonces no siempre se conseguía. Félix había conseguido en unos años cambiar la mentalidad de un país en la manera de afrontar su relación con el medio ambiente además de dar a conocer sobre todo a los más jóvenes (siempre consideró que los niños eran el futuro y todos los esfuerzos debían centrarse en ellos) las maravillas que la naturaleza podía ofrecernos si acudíamos al campo con una mirada rica.
El 14 de marzo de 1980 España se levantaba con la trágica noticia del fallecimiento en accidente de avioneta de Félix Rodríguez de la Fuente, Teodoro Roa y Alberto Mariano. Filmaban una carrera de perros de trineo en Alaska. Era el 52 cumpleaños de Félix quien esa misma mañana había afirmado que “aquel era un lugar maravilloso para morir”. Doce horas antes de su muerte se hallaba en plena forma y haciendo ya planes para nuevas filmaciones. Se dice que quería hacer un documental sobre el mundo taurino (tenía una primera escena ya rodada), otro sobre los perros del planeta y otra gran serie en Asia. El gran biólogo J.A. Valverde afirmó que antes del último viaje del popular» amigo de los animales» habían hablado de filmar documentales para cine explicando las teorías del origen del hombre de este biólogo castellano haciendo Félix las labores de narrador y director.
España se quedó helada, he sabido de muchísima gente que lloró ese día (e incluyo adultos), también padres diciéndoles a sus hijos que Félix había muerto como si se tratara de un familiar, algo que me parece increíble. Desde luego no hemos tenido a otra persona como él, un referente tan grande para los niños, y fijáos que curioso, un referente al que los niños podían seguir en televisión y que los padres pudieran estar tranquilos de que lo que veían era educativo.
Antes de Félix se premiaba la caza de todo tipo de animales carnívoros (entonces llamados alimañas) y gracias a su labor se protegieron cantidad de especies y áreas enteras. Él fue portavoz de muchas causas que pretendían que el ser humano estuviera a la altura de lo que como especie podemos ofrecer, era todo un adelantado a su tiempo. Cuesta hoy imaginar una apuesta tan grande de los medios por este tipo de causas y el seguimiento mediático de la sociedad a un personaje que promueva algo como la ciencia o la naturaleza. Tablas de Daimiel, archipiélago de Cabrera…son solo dos ejemplos de espacios naturales donde el burgalés tuvo mucho que decir y que sin la presión ejercida en esos tiempos hoy quizás solo serían conocidos por fotografías en blanco y negro.
Quién sabe qué habría sido de Félix de seguir vivo muchos años más, pero dicen quienes le conocen y así mismo lo afirmó él que su mente y su vida cada vez evolucionaban más hacia la antropología para posiblemente acabar abrazando la filosofía. Sea como sea los hechos están ahí, su obra no solo no ha envejecido sino que sigue siendo referencia para muchos. Su magnetismo, ese don para hipnotizar a las masas y troquelar las mentes de niños y jóvenes, sigue provocando el mismo efecto.
Estas son las últimas imágenes de Félix Rodríguez de la Fuente con vida, las últimas secuencias de su obra cumbre con él como líder, unas escenas sobrecogedoras que aunque pasen los años no dejan indiferente a cuantos han creado un vínculo con la naturaleza gracias a su labor como divulgador.
Os dejo el homenaje de La rosa de los vientos:
Y también os dejo el especial que hicimos en el programa de radio Sonidos de la Tierra por el 30º aniversario:
Álvaro Luna
jaimecy
Publicado el 09:09h, 14 marzoHola. El código html no se muestra bien, por ejemplo se puede leer en la página esto, tanto en firefox como en chrome:
Javier Crespo Alvariño
Publicado el 10:25h, 14 marzoQuiero darte las gracias Alvaro Luna porque lo que has hecho hoy en su 32 aniversario es muy importante y me llena de enorme satisfacion pues me llamo Javier Crespo Alvariño y tuve la inmensa fortuna de nacer un viernes 21 de mayo de 1971 en Galicia aquel mismo año Felix Rodriguez de la Fuente pocas semanas de nacer yo estuvo a escaso kilometros de donde yo estaba con mi familia acudió a grabar a nuestro delfín gallego NINA muy conocido en 1971 cuando yo nací. Me siento muy agradecido gracias a ti amigo Alvaro Luna y es que hoy miércoles 14 de marzo del 2012 Felix Rodriguez de la Fuente hubiese cumplido 84 años pero la tragedia aérea nos lo arrebato hace hoy justamente 32 años y me siento entristecido pero profundamente agradecido amigo Alvaro Luna por esta sección tan bonita que has realizado hoy muchísimas gracias y un fuerte abrazo amigo Alvaro Luna de mi parte. Atentamente Javier Crespo Alvariño te felicita amigo muchas gracias.
Félix Díaz
Publicado el 14:01h, 14 marzoMuy buen artículo. Me ha gustado mucho recordar a mi tocayo.
nuria
Publicado el 16:19h, 14 marzoSólo darte las gracias por el excelente recordatorio del hombre que tanto hizo por la Naturaleza en nuestro país y por esos animales emblemáticos que tanto defendió. Aunque las «técnicas» no fueran del todo éticas… el fin quizás las justificó. En cualquier caso… Me has emocionado!
Victor Tagua
Publicado el 18:26h, 14 marzoPues sí. Yo diría que uno de los personajes españoles más importantes del siglo XX y al cual no se le reconoce todo lo que se debería reconocerle y agradecerle. Pero aquí queda este homenaje para que se sepa que aun se le recuerda y su legado sigue vivo
Bitacoras.com
Publicado el 23:02h, 14 marzoInformación Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Hoy, 14 de marzo, se conmemora el 32º aniversario de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, uno de los personajes más famosos de su época y cuyo legado no debemos dejar caer en el olvido. Cuando se habla de este popular…..
Pingback:Cazador cazado « Andanzas de un Trotalomas
Publicado el 23:22h, 14 marzo[…] “32 años sin Félix”, en Hablando de ciencia. Comparte esto:CompartirFacebookTwitterCorreo electrónicoStumbleUponRedditMe gusta:Me gustaSé el primero en decir que te gusta esta post. […]
@lfredo
Publicado el 03:34h, 15 marzoEl programa El hombre y la Tierra fue uno de los más populares en la tv pública aquí en Venezuela en los setenta y ochentas. Recuerdo todavía los documentales que hizo en mi país junto al biólogo venezolano-alemán Pedro Trebbau.
jaime
Publicado el 00:06h, 30 marzoSi admirais al Felix del Hombre y la Tierra, os aconsejo bajaros los podcast de la Aventura d la Vida, en la web de rtve. felix en la radio es magia pura…y sin guion.
alvaro
Publicado el 12:51h, 31 marzoEn efecto están genial. Hace 2 años con el 30 aniversario de su muerte TVE se lo curró bastante creando un espacio en su web con bastantes contenidos de Félix. Lo recomiendo.
Igualmente recomiendo la biografía que hizo Benigno Varillas.