Antenas, radiación y salud

¿Qué es una antena? ¿Qué es la radiación? ¿Hay pacientes que padecen hipersensibilidad electromagnética? En este post quiero dar cabida a algunas preguntas y explicaciones sobre el electromagnetismo y las comunicaciones radioeléctricas. Empecemos por la última pregunta, ¿hay pacientes que padecen hipersensibilidad electromagnética? NO. Hay pacientes que padecen algún tipo de dolencia intermitente que no ha sido identificada correctamente pero que han sido diagnosticados de forma incorrecta por algunos médicos y muchos ciudadanos sin conocimientos médicos ni científicos. 

Las investigaciones sobre pacientes que indican que padecen sensibilidad electromagnética han revelado que su sufrimiento aparece de forma aleatoria independientemente de que estén expuestos a radiación no ionizante.  

La OMS certifica que no existe correlación entre la radiación electromagnética y las dolencias de dichos pacientes. Vuelvo a subrayar que estas personas sufren una dolencia que en muchos casos les incapacita para tener una vida normal, pero que este malestar no está relacionado con la radiación. Desgraciadamente se sigue sin saber qué les pasa, las investigaciones médicas se centran en descubrir la causa de dichas dolencias. Una de las posibles causas -en algunos pacientes- se puede deber al efecto malcebo -la némesis del efecto placebo-.

He indicado que la radiación no tiene nada que ver con las dolencias, pero no he dicho nada de las antenas. Estos pacientes pueden estar condicionados por el simple hecho de pensar que las antenas que tienen a su alrededor pueden afectarles de alguna manera, aunque estas estén apagadas o sólo sean antenas de recepción. Reducir el impacto visual y realizar campañas de concienciación podría reducir el número de casos de personas que sufren esta dolencia por cuestiones de malcebo. 

Sigamos con la segunda pregunta planteada, ¿qué es la radiación? Hay que diferenciar entre radiación ionizante (alta energía) y no ionizante (baja energía). La radiación ionizante es capaz de desplazar electrones de las capas superiores de los átomos generando diferentes tipos de reacciones. La radiación ionizante es capaz de actuar con la materia viva y se utiliza habitualmente en medicina (rayos X, radioterapia…). La cantidad de energía necesaria para que una radiación sea ionizante es elevada (orden de decenas de electrovoltios), por ello, los niveles de máxima radiación de los dispositivos de comunicación se encuentran muy alejados de dichos valores. Aún así, que seas expuesto a radiación ionizante no significa que te vayas a morir por ello, nuestros tejidos se curan con el tiempo, por ello los niveles máximos de radiación que somos capaces de soportar son acumulativos. Aquí os dejo un documento del Ministerio de Trabajo en el que podéis ver los niveles máximos legislados de radiación acumulada que podemos soportar para estar fuera de riesgo. 

Hay asociaciones e investigadores que consideran que los niveles energía para que una radiación considerada no ionizante lo sea, son mucho más bajos que los legislados. Por el momento, los estudios determinan que los parámetros de radiación son seguros y están alejados de los niveles de radiación ionizante. Las investigaciones deben continuar, de eso no hay duda, pero hay que ser conscientes de que hay un miedo bastante generalizado en la población sobre esto, provocando un efecto malcebo masivo, y de que las personas con predisposición a sufrir este tipo de males están sintiendo sus consecuencias por el simple hecho de ver una antena cada vez que miran por la ventana, aunque esta esté apagada. Parece ser que el miedo generalizado que relaciona la telefonía móvil y las enfermedades, cáncer por ejemplo, comenzó a principios de 1993 en el show de Larry King. Un magnífico artículo sobre el malcebo lo podéis encontrar en el libro ¿Qué ven los astronautas cuando cierran los ojos? de Antonio Martínez Ron.

Esquema antena de transmisión. A la izquierda tenemos un generador perfecto con una impedancia asociada al generador y a la línea de transmisión. A la derecha tenemos la impedancia asociada a la antena en cuestión. Para que la transmisión sea máxima, las impedancias deben estar conjugadas, es decir, Z_in = Z*_out

Y por último: ¿qué es una antena? A grandes rasgos en un trozo de un metal con cualidades de buen conductor eléctrico. Cuando una onda electromagnética (ionizante o no ionizante) incide sobre un metal, en la superficie de éste se generan diferencias de potencial proporcionales a las diferencias de campo de la onda. Del mismo modo, cuando aplicas al metal una corriente eléctrica variable, el metal emite parte de esta energía en forma de radiación electromagnética coherente y otra parte la emite en forma de calor. Entonces, ¿todos los metales pueden funcionar como antenas? SÍ, otra cosa es que funcionen bien. 

Una de las curiosidades que tienen las antenas, a parte de que la mayoría no entienden bien, es la directividad de la antena, es decir, la relación entre el pico máximo de radiación y la antena isotrópica que radia en todas direcciones por igual. Puedes tener una antena cerca pero esto no significa que estés recibiendo grandes cantidades de radiación por esta. Las antenas que se colocan en los edificios no radian debajo de estos, esto sería una pérdida absoluta de energía y dinero, si no que irradian hacia las calles con más tráfico de personas ya que también es donde más tráfico de llamadas móviles se realizan. Tampoco marcan sus picos de radiación hacia los edificios cercanos, ya que estos devolverían gran parte de la energía que les irradiasen. 

La directividad de la antena está íntimamente relacionada con su forma, tamaño y frecuencia. Las antenas que trabajan en altas frecuencias son más pequeñas, pero si quieres detectar señales de baja frecuencia, necesitas antenas inmensas. En ocasiones, cuando viajáis por la carretera, os habréis encontrado con grandes postes con cables entre ellos. Esos son antenas de muy baja frecuencia.

La radiación llega perpendicular a la parabólica, se refleja cambiando la dirección incidiendo toda la energía en el punto focal que es el elemento activo.

En la imagen de abajo a la izquierda podéis ver antenas de forma parabólica, estas antenas recogen señales del espacio en diferentes longitudes de onda. Si alguno tenéis una parabólica de televisión en casa vais a identificar rápidamente los elementos. El plato parabólico es un elemento pasivo con forma, cuando la onda incide sobre esta superficie se focaliza en un punto más pequeño que se encuentra delante de la parábola y que está sujeto por un brazo que lleva los cables (normalmente cable coaxial) que es la antena, el elemento activo. Las parabólicas son muy directivas, solo se emite radiación hacia la dirección a la que el plato refleja la onda. Una antena parabólica para transmisión funciona de forma similar, el elemento activo emite la radiación pero no es necesario que sea muy directivo, solo lo suficiente para que no emita radiación más allá del plato parabólico. Esta radiación se refleja consiguiendo una alta directividad. 

Los que uséis televisión por satélite tenéis que tener en cuenta que el satélite se encuentra en el espacio y radia hacia la tierra para dar servicio a superficies de cientos o miles de kilómetros cuadrados. La cantidad de energía que llega a cada antena es ridícula, por eso es necesario aumentar esta energía y la forma más sencilla es aumentar la superficie de contacto. 

Radiotelescopio Very Large Array en las llanuras de Nuevo México, EEUU. Está formado por 27 radioantenas de 25 metros de disco cada una.

Cuando tienes varias antenas juntas, a esto se le llama array de antenas y se pueden hacer cosas muy curiosas con estas. Aunque tengas antenas poco directivas, puedes conseguir que el array será muy directivo. Este tipo de antenas se utilizan habitualmente en telefonía móvil y en radiotelescopios. Si cambias las fases de onda con que alimentas a cada antena, el pico de radiación cambiará de dirección a tu antojo. Teniendo en cuenta que las antenas están diseñadas para poder manejar relativamente bien un ancho de banda determinado, podemos hacer que cada haz de radiación, con su respectiva frecuencia, cambie su dirección. Con el software adecuado, puedes hacer que esto cambie automáticamente buscando el punto óptimo de radiación. Volviendo al ejemplo de telefonía móvil, podemos hacer que la radiación se dirija a puntos móviles -usuarios andando- y así disminuir la radiación emitida, reduciendo costes.

Así que cada vez que veas una antena por la calle, no pienses que te está provocando una enfermedad incurable, como mucho te está irradiando un poco energía que cuando atraviese tu cuerpo se disipará en forma de calor, nada más.

Todos los días estás recibiendo un porcentaje de radiación ionizante de parte del sol, y no ionizante por parte de todo cuerpo que emita calor (aunque esta no es coherente no deja de ser radiación). Cada vez que viajas en avión, estás recibiendo altas dosis de radiación. Los que viven cerca de la sierra de Madrid o en algunas zonas de Galicia reciben radiación del granito que allí se encuentra. Los plátanos también emiten radiación e incluso hacen saltar los controles en los aeropuertos. Tanto el granito como los plátanos emiten radiación ionizante.

Para acabar os dejo con una pregunta, si llevamos a un enfermo que ha sido diagnosticado con hipersensibilidad electromagnética a un ambiente natural sin antenas a la vista en medio de la sierra de Madrid y con una dieta sana que incluya plátanos, ¿sentirá el mismo malestar?

La radiación existe de forma natural, hemos vivido con ella desde siempre, solo hay que tener cuidado cuando alcanzamos algunos niveles, pero en nuestro día a día podemos estar tranquilos.

Víctor Pascual del Olmo 

Fuentes:

http://blogs.elcorreo.com/magonia/2014/01/21/el-origen-del-miedo-a-que-el-telefono-movil-cause-cancer/

 http://es.wikipedia.org/wiki/Dosis_equivalente_a_un_pl%C3%A1tano

http://www.fogonazos.es/2014/01/bajate-gratis-el-libro-de-fogonazos-en.html 

Víctor Pascual