¿Camello o reno? ¿Y tú de qué eres?

Estamos en Navidad, tiempo de paz, amor, reuniones familiares, consumismo desenfrenado, y comilonas, entre otras cosas.  Todo el mundo pregunta en estas fechas si eres de Papá Noel o de los Reyes Magos. Pues bien, aquí en Hablando de Ciencia tenemos otra pregunta: ¿de qué eres más? ¿de camellos o de renos? Así que vamos a dar una serie de razones y cada cual que elija su favorito.

Lo primero es decir qué es un reno y qué es un camello.

Ambos son mamíferos artiodáctilos (con pezuñas que se apoyan sobre un número par de dedos) domesticados por el hombre para obtener de ellos tanto una forma de transporte como su piel, carne, leche y huesos o incluso sus excrementos secos como combustible.

Reno es un término muy amplio que se aplica a una serie de subespecies distribuidas en Eurasia y América, donde se les llama caribú. 

Camello es el nombre vulgar que recibe el mamífero de dos jorobas. Si solo tiene una, se llama dromedario. Los camellos propiamente dichos habitan en Asia en zonas donde hay grandes diferencias de temperatura, desde varios grados bajo cero hasta temperaturas de más de 40-50°C. Los dromedarios son originarios de la Península de Arabia desde donde fueron introducidos en lugares como el Sahara y Australia.

Los primeros camellos son originarios de América de Norte, donde aun quedan algunos de sus parientes: las llamas, alpacas, guanacos y vicuñas, que emigraron a Sudamérica. De América pasaron a Eurasia por el estrecho de Bering y se establecieron para dar las especies actuales y unas cuantas ya extintas. Los dromedarios que hoy en día conocemos son todos domésticos o en estado de semilibertad y derivan de ejemplares domesticados. Los camellos salvajes están en peligro crítico y la mayoría de los que se pueden ver en zoos son domésticos. Los salvajes son más esbeltos, con el pelo más corto, pies más pequeños y jorobas de menos tamaño que los domésticos.

Los renos también pasaron libremente de América a Eurasia por el estrecho de Bering. Se encuentran tanto en libertad como semidomesticados.

Ambos viven en hábitats extremos. Los renos en la tundra y las taigas árticas donde están expuestos a los fríos y oscuros inviernos aunque también pueden encontrarse en bosques. Son animales que viven en grandes grupos y que al cambiar las estaciones emigran a terrenos más propicios. Los camellos viven en desiertos rocosos, mientras que los dromedarios son de desiertos arenosos.

Los ojos del camello suelen ser pequeños y poseen unas largas pestañas en una doble fila entrelazada que les protege del sol y el resplandor e impiden que entre la arena arrastrada por el viento y también pueden cerrar los orificios nasales. Los ojos de los renos están adaptados para ver en el espectro del ultravioleta (son los únicos mamíferos con esta capacidad) lo que les permite ver y distinguir a sus posibles predadores y fuentes de alimento en la blancura de la nieve ártica. Además sus ojos están preparados para resistir a las fuertes radiaciones UV que se producen en estas zonas. 

Los renos macho y hembra poseen cuernos. Esto es un hecho poco común en las especies de ciervos, donde sólo los poseen los machos.

Los camellos acumulan grasa en las jorobas, y no agua como se suele pensar, que es metabolizada cuando el animal la necesita para obtener energía y agua. En verano los camellos pueden aguantar el calor del desierto durante 8 días sin agua y perder hasta el 25% de su peso (un tercio de su fluido corporal). En humanos, perder el 5% de agua supone un estrés severo y el 12%, la muerte. Al perder agua, la sangre se hace más densa y la circulación se ralentiza, lo que hace que no se disipe el calor y suba la temperatura interna. Los camellos evitan la muerte porque el volumen de su sangre no cambia. Sus glóbulos rojos o eritrocitos poseen núcleo (algo único entre los mamíferos) y tienen forma ovalada y elíptica que pierden agua muy lentamente y no se entorpecen al circular por los vasos sanguíneos. Además tienen la orina muy concentrada para perder menos agua. Cuando encuentran agua para beber, son capaces de tomar grandes cantidades que almacenan en una de las cámaras del estómago, el rumen.

Los camellos poseen además un tipo especial de anticuerpos, de menor tamaño, resistentes a altas temperaturas y cambios de pH lo que los hace muy interesantes para su producción y uso en la industria biotecnológica. Y en Canarias se usan los dromedarios de allí para producirlos.

Los camellos y dromedarios han sido utilizados por el hombre desde antiguo. Hay grabados egipcios donde se pueden ver a estos animales. Además han sido utilizados con uso militar debido a su capacidad de asustar a los caballos y su resistencia, ya que son capaces de transportar grandes pesos y podían llevar provisiones y armas. Los renos son utilizados por los sami o lapones y debido a su carácter migrador, han obligado a estos pueblos a llevar una vida nómada. 

Y después de saber todo esto, ¿has cambiado tu preferencia? ¿cuál te parece más molón? 

Víctor Tagua

14 Comentarios
  • felixdiaz
    Publicado el 10:06h, 28 diciembre Responder

    A mí me van los camellos. Me refiero, claro está, a los de cuatro patas. O más bien los dromedarios: esas dos jorobas del camello bactriano no me gustan.
    Y esos cuernos de los renos tampoco me hacen gracia. Me recuerdan no se que cosa…

  • victortagua
    Publicado el 10:57h, 28 diciembre Responder

    Yo creo que a mí los que me han ganado son los renos y su visión ultravioleta. Pero lo de los anticuerpos de los camellos también me ha sorprendido mucho

  • Rubén Lijó
    Publicado el 12:43h, 28 diciembre Responder

    ¡Me quedo con los renos!
    Los ambientes fríos, nevados, etc. en los que viven me chiflan (desde lejos al menos… no me imagino yo cómo estaría a temperaturas bajo cero, jeje)

    • victortagua
      Publicado el 13:44h, 29 diciembre Responder

      Pues mira que a ti te pillan más cerca los camellos, que allí en Canarias hay muchos!!

  • Bitacoras.com
    Publicado el 12:45h, 28 diciembre Responder

    Información Bitacoras.com…
    Valora en Bitacoras.com: Estamos en Navidad, tiempo de paz, amor, reuniones familiares, consumismo desenfrenado, y comilonas, entre otras cosas.  Todo el mundo pregunta en estas fechas si eres de Papá Noel o de los Reyes Magos. Pues bien, aquí en Hab…..

  • Luis Tovar (@Luis_Tovar)
    Publicado el 14:17h, 28 diciembre Responder

    «Los camellos y dromedarios han sido utilizados por el hombre desde antiguo.»
    Eso es cierto. Y siguen siendo utilizados actualmente. Al igual que otros animales no humanos. La cuestión de fondo sería si es moralmente aceptable que utilicemos a otros animales para nuestros beneficio. Teniendo en cuenta que ellos no nos han dado su consentimiento y que usarlos implica limitar su libertad, perjudicar su salud, o quitarles la vida. Algo que en ningún caso querríamos que otros hicieran sin nuestro consentimiento para su propio beneficio.
    Esa cuestión no le corresponde a la ciencia resolverla, sino a la ética. Pero aplicando la misma base del método científico, es decir, la razón (los hechos y la lógica) entiendo que deberíamos llegar a conclusiones iguales o similares.

    • victortagua
      Publicado el 13:59h, 29 diciembre Responder

      ¿Hasta qué punto ha sido necesaria o incluso indispensable el uso de animales para el avance de nuestra civilización? Sin ellos no hubiera sido nada fácil el transporte y expansión de la raza humana, el trabajo en el campo, han sido indispensables como fuente de alimento…
      Pero no creo que haya sido sólo desventajas para ellos. Gracias a su domesticación se aumentó su población, diversidad genética, se les curan enfermedades, se les aisló de depredadores, e incluso los animales en cautividad o semicautividad tienen una vida más larga que los animales en estado salvaje.
      Puede que desde cierto punto de vista parezca que les explotamos (cosa que no dudo), pero es cierto que ellos también han tenido ciertas ventajas y no sé hasta qué punto se podría vivir actualmente sin animales.

      • Luis Tovar
        Publicado el 22:18h, 30 diciembre Responder

        Los beneficios que se obtienen de un acto no lo justifican moralmente. La esclavitud beneficia mucho a los esclavistas y eso no implica que la esclavitud sea éticamente correcta. Las supuestas, y discutibles, ventajas que los esclavos puedan obtener de su situación de esclavitud tampoco justifica que se les esclavice.
        El hecho de que utilicemos el término «animales» para referirnos a otros animales que no son humanos entiendo que es indicativo del hecho de que nos hemos tradicionalmente considerado diferentes y superiores a los demás animales. Pero nosotros también somos animales, aunque no nos guste recordar este hecho porque nos pone en un plano de igualdad con aquellos a los que consideramos inferiores.
        Nuestra relación actual con los demás animales se basa en la explotación. Explotación es utilizar a otro ser para nuestro beneficio sin tener en cuenta su consentimiento ni sus propios intereses. Esta relación de explotación está principalmente basada en la ideología y la tradición. Puesto que no tenemos necesidad de utilizar a otros animales como comida, ni como vestimenta ni como entretenimiento.

        • José David
          Publicado el 00:03h, 31 diciembre Responder

          Hola.
          Amigo Luis. No estoy de acuerdo cuando dices «Nuestra relación actual con los demás animales se basa en la explotación…». Supongo que te refieres a los casos execrables que se dan de abuso y maltrato, o a una postura un tanto buenista por tu parte, porque no creo que yo explote a mis dos gatos, mi hermano a sus tres perros, el antiguo agricultor a sus animales en el campo o Jonh Wayne al caballo que montaba.
          Luego dices que «Puesto que no tenemos necesidad de utilizar a otros animales como comida, ni como vestimenta ni como entretenimiento». Prácticamente, todos los animales se alimentan de otros animales, no todos, pero la mayoría, es algo natural.
          Espero que no te moleste mi comentario, tengo animales y soy colaborador y socio de una asociación de acogida de animales en Segovia, pero veo en tu comentario el típico tono de «yo bueno» y «los demás malos».
          Saludos.

          • Luis Tovar
            Publicado el 01:37h, 31 diciembre

            Hola, José David.
            Cuando hablo de explotación me refiero al hecho de utilizar a otros individuos para nuestros propósitos, sin contar con su consentimiento ni con sus intereses básicos. Esos individuos pueden ser humanos o no humanos. Pues lo que importa no es la especie a la que pertenezcan. Como tampoco importa la raza o el sexo. Lo único que importa es que son individuos que sienten.
            Cuando hablo de explotación no me refiero a lo que en concreto cada uno de nosotros podamos hacer individualmente (yo personalmente no participo en dicha explotación) sino al comportamiento social mayoritario. Es decir, al hecho de que en nuestra sociedad utilicemos normalmente a otros animales como comida, o como vestimenta, o como sujetos forzados en experimentos. Esto es explotación. Si hiciéramos lo mismo con otros humanos no dudaríamos en calificarlo de explotación y esclavitud. Y no hay razón alguna para calificarlo de manera diferente cuando las víctimas son otros animales.
            Por otra parte, el que algo sea natural no quiere decir que sea bueno. Las enfermedades y los terremotos son naturales, y no por eso los consideramos buenos. Y ciertamente es natural que algunos animales coman a otros, pero también es natural que practiquen el canibalismo o que fuercen sexualmente a las hembras. Pero lo que otros animales hagan no justifica que nosotros imitemos su conducta. En todo caso, si otros animales comen animales lo hacen por necesidad, y porque no son conscientes moralmente de lo que hacen. Nosotros, en cambio, sí podemos darnos cuenta de que nuestros actos afectan a otros, y además tenemos la opción de elegir una alimentación, y una forma de vida, que no implique explotar a otros individuos para nuestro beneficio.
            En absoluto me molesta tu comentario. Todo lo contrario. Te agradezco tus observaciones. Y quiero asegurarte que mi propio comentario no tiene para nada la intención de culpabilizar a nadie; sino solamente intentar hacer reflexionar acerca de nuestra relación con los demás animales y lo que les estamos haciendo. Y creo que si pensar en esto nos hace sentir mal es porque algo mal estamos haciendo. Y este sentimiento no tiene por qué ser malo si nos ayuda a darnos cuenta de ello y poder cambiar para mejor.
            Un saludo.

  • josedavid
    Publicado el 14:38h, 28 diciembre Responder

    Yo, sin embargo, me quedo claramente con los camellos. Calorcito, y sus anticuerpos. 8 dias sin agua….vaya tela. Muy interesante.
    saludos.

    • victortagua
      Publicado el 13:53h, 29 diciembre Responder

      Los camellos, los de dos jorobas, están también acostumbrados al frío. que los desiertos asiáticos en invierno están nevados y hace un frío que pela, así que no os olvidéis de ese detalle :p

  • alvaro
    Publicado el 11:52h, 29 diciembre Responder

    Me quedo con los camellos y dromedarios,me llaman más la atención sus características.

  • maño profe
    Publicado el 00:29h, 30 diciembre Responder

    Camélidos! la argumentación me ha convencido… adaptaciones a todos los niveles.

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