Conspiración para no curar el cáncer [2/2]
Estos resultados hicieron que ese año el grupo del Dr. Michelakis recibiera el permiso para empezar un ensayo clínico en humanos con 50 pacientes que tenían un tipo de tumor cerebral llamado glioblastoma. En el artículo publicado en 2010 se presentan los resultados obtenidos con 5 pacientes en este ensayo clínico de fase I. Para los que no estéis familiarizados con los distintos tipos de ensayos clínicos (los hay de fase I, II, III y IV), la fase I es en la que estudia cual es la dosis adecuada que no produce toxicidad y en ellos no se suele estudiar la eficacia.
Ya que el DCA se ha utilizado para tratar otras enfermedades, ya se sabe que puede utilizarse en humanos de una forma segura (aunque produce efectos secundarios a nivel nervioso), pero esta es la primera vez que se ensaya en enfermos con cáncer. Así a cinco pacientes con glioblastoma avanzado se les dio DCA en combinación con radioterapia, otro medicamento llamado temozolomida y ciertos procedimientos quirúrgicos. Cuatro de los pacientes estaban todavía vivos después de dieciocho meses y tres de ellos mostraron una reducción del tumor. Sin embargo, con un estudio tan pequeño (solo cinco pacientes, cuando lo normal en ensayos clínicos es de diez a veinte) es difícil saber si este efecto es estadísticamente significativo, y además como los pacientes estaban recibiendo otros tratamientos no podemos saber si el efecto producido es debido al DCA. Una cosa interesante en este estudio es que los investigadores tomaron muestras antes y después del tratamiento y vieron que el DCA estaba ayudando a “encender” las mitocondrias de nuevo.
El principal problema de este estudio es que no está claro cómo funciona el DCA. Normalmente los cánceres están compuestos por dos tipos de células: las células madre cancerosas que se dividen mucho y son resistentes a la quimioterapia tradicional, y las células cancerosas “normales” que son las que la quimioterapia mata. Los investigadores sugieren que el medicamento puede estar afectando a las células madre cancerosas previniendo así el crecimiento del tumor. De hecho otro artículo ha sido publicado recientemente (mayo de 2011) con los resultados de un estudio de la acción del DCA en cultivos celulares de otro tipo de cáncer, el neuroblastoma. En principio, este cáncer no tendría que verse afectado por el DCA por las características de sus mitocondrias, sin embargo, estos investigadores muestran que sí produce un efecto. El DCA afecta a las células del neuroblastoma de una forma similar a la descrita por el grupo del Dr. Machelakis, pero sólo a las células madre cancerosas de este tumor, no a las normales. En este estudio muestran de nuevo, que el DCA no es capaz de erradicar los tumores por completo.
Como podéis comprobar, las cosas no son tan simples como las presentan en ciertos medios de comunicación. De hecho, los cánceres son bastante complicados y para tratarlos eficazmente hay que tener en cuenta muchos factores. Por ejemplo, hay que tener en cuenta que las células cancerosas no están aisladas, sino que están rodeadas de otras células y que interaccionan con ellas. A este respecto, el año pasado se publicó otro artículo en el que se estudiaban diferentes cosas relacionadas con las mitocondrias de las células de cáncer de mama. Y este artículo es interesante porque muestran que el hecho de que las células cancerígenas “apaguen” sus mitocondrias y utilicen la glicolisis para producir energía no es cierto del todo. Estos investigadores pusieron juntas células de cáncer de mama (con las mitocondrias apagadas) y células que normalmente están alrededor de las células cancerosas (con las mitocondrias normales encendidas) y vieron que el final del experimento las células cancerosas volvían a tener las mitocondrias encendidas.
Todavía quedan muchas cosas que investigar en lo relacionado con el posible uso del DCA como medicamento para tratar el cáncer y todavía no podemos decir que va a mejorar el tratamiento de ciertos tipos de cáncer. Así que os doy un consejo. Si leéis en la prensa o en internet, o escucháis en la radio o la televisión que se ha encontrado “la cura para el cáncer” sed precavidos y no os lo creáis de primeras. Todavía hay un largo camino por recorrer y no es sencillo.
Marisa Alonso Núñez
Pingback:Conspiración para no curar el cáncer [1/2] | Hablando de Ciencia
Publicado el 11:34h, 01 septiembre[…] · Ir a Parte 2 > […]
Francisco Luna
Publicado el 15:09h, 14 febreroSeñorita Alonso:
Gracias por su interesante artículo. Permitame preguntarle si usted tiene la suficiente fuerza de voluntad como para continuar con las investigaciones que el Doctor Michelakis emprendió. Tal vez su respuesta sea negativa; tal vez no tiene el suficiente apoyo pecuniario, no lo sé. Estoy seguro que Usted en su fuero interno sí lo sabe. Ya sucedió en el pasado con muchas otras cosas; por ejemplo la energía libre, su descubrimiento y utilización práctica, la cual se vio frenada por la gente de poder y secundada por científicos «pagados» por estos grupos, que en mayor o menor medida hablaban como lo hace usted al final del artículo. Entiendo que es un mundo que desgraciadamente ha sido hecho para la competencia y estoy seguro que usted no desea quedarse sin trabajo. Como ve, son muchas las dudas e interrogantes que este tipo de hecho denotan la perspicacia en las personas. Se como sea, al final, solo usted sabe. ¿Qué le parece agregar a su comentario final algo así: «Aunque también reconozco que soy ser humano y puedo equivocarme en mis investigaciones como científica. Lo que más deseo es erradicar esta cruel enfermedad de la faz de la tierra y por supuesto que pondré mi granito de arena a la investigación de mi colega canadiense para que ese día llegue más temprano que tarde». Acaso le resulta muy esperanzador desear algo bueno para alguien más? o tal vez ¿usted se ha convertido en esa clase de científicos autómatas y sin corazón que solo saben lo que los hechos muestran en el sentido más radical de la palabra?
Artículos como el suyo me recuerdan un pasaje de la película «Despertares» con Robert de Niro y Robin Williams, http://es.wikipedia.org/wiki/Despertares
en donde se decía un químico farmacéutico al doctor: Doctor, usted quiere curar la encefalitis letárgica con la droga L-Dopa? Pues, no me pregunte a mi. Dejaré que usted haga el daño primero que yo».
Espero que no se ofenda con mi comentario y que por el contrario se el impulso y la fe que necesita para trabajar por tanto dolor y padecimiento que muchas personas en el mundo -yo incluido y el primero- tenemos a flor de piel.
Que Dios le asista y le proteja.
Sinceramente,
Francisco Luna
Marisa Alonso Núñez
Publicado el 16:00h, 14 febreroEstimado Francisco,
me impresiona cuantas cosas ha inferido de mi personalidad leyendo el articulo. Sinceramente, ninguna es correcta. Lo que soy es una cientifica que le fastidia mucho que se le den falsas esperanzas a la gente. Y con el probelma del dinero. Con esos resultados tiene razon suficiente para escribir un proyecto y presentarlo a organizaciones publicas para financiarlo… asi que no veo el problema. Tendra los problemas que todos los cientificos tenemos hoy en dia con la financiacion. Y para su informacion hay muchos cientificos que estan trabajando para curar el cancer (yo soy una de ellas) y que no dan falsas esperanzas a la gente inventandose una conspiracion. Otro ejemplo de estos cientificos lo tiene aqui https://www.hablandodeciencia.com/articulos/2012/01/27/conseguir-buenos-modelos-para-investigar-el-cancer-no-es-moco-de-pavo/
le recomiendo que no haga suposiciones sobre algo que no conoce extrapolandolas de un simple articulo que analiza los experimentos cientificos hechos sobre un tema determinado
un saludo
Marisa
Jon
Publicado el 03:37h, 15 febreroAl Sr. Francisco Luna:
Ciertamente, si yo hubiera sido el destinatario de su comentario, me hubiera sentido ofendido. De un artículo tan interesante, pulcro y moderado, vd. extrae una conclusión hiriente: que Marisa podría estar ocultando al mundo una hipotética cura para el cáncer. Es decir, que pone en entredicho su sinceridad. Posteriormente, utiliza como ejemplo el conspiranóico argumento de la «energía libre», fenómeno sólo mencionado por ignorantes y charlatanes de feria incapaces de demostrar su existencia. Y finalmente, desea a Marisa que un «dios» le asista y proteja, sin preguntarle si ella es creyente o no, o es musulmana, o adora a Manitú. Si yo le deseara a vd. que Satanás le guarde muchos años, entenderá lo que quiero decir.
Si está tan interesado en que se descubra una cura para el cáncer, deje de pedir a los demás que actúen como vd. desea, y póngase a estudiar biología o farmacia por su cuenta, hágase un doctorado, gánese una plaza en un laboratorio de prestigio y finalmente, descubra la cura definitiva.
Hugo
Publicado el 10:41h, 16 febreroHace mucho tiempo, me llegó una cadena al correo donde se aseguraba que un fruto (graviola) cuyo componente activo era 10.000 veces más potente que la quimioterapia, es más decía no ser tóxico y se acusaba una conspiración de las grandes farmacéuticas. Pero ¿quienes decían eso? claro, eran pequeñas industrias que extraían el ingrediente activo y lo vendían en forma de píldoras directamente a través de sus páginas. Así es fácil vender cualquier cosa acusando un encubrimiento del poderoso monopolio farmacéutico.
Me causa cierta frustración que un buen artículo como este apenas haya sido compartido en 3 ocasiones, mientras que la conspiración tenga más de 100.000 personas crédulas. Sagan tenía razón, la ciencia es una vela en la oscuridad.
Saludos
Sonia
Publicado el 19:39h, 16 febreroCreo q Marisa ha hecho una reflexiòn certera. Tanto los investigadores como los periodistas tienen la misma responsabilidad: no crear falsas expectativas en la sociedad cuando se habla de logros y avances en la cura de enfermedades, como por ejemplo, el cáncer. Los medios deberían informar adecuadamente sobre las fases en las q se encuentran los estudios realizados pero para ello es necesario que los científicos no publiciten resultados poco significativos.
Oscar Moreno-Loaiza
Publicado el 01:38h, 02 junioEl cáncer es una enfermedad delicada, y los pacientes con dicha enfermedad son personas vulnerables, en las que se debe de tener muchísimas consideraciones éticas antes de intervenir. POr ello es que los comités de ética tienen bastante rigor con los estudios que se realizan en pacientes con cáncer. De todos modos no debe de pararse la búsqueda de nuevos tratamientos para estos pacientes.