Depresión: ¿De qué y de quiénes estamos hablando?

El Día Mundial de la Salud [1], que se celebra el 7 de abril de cada año para conmemorar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud, ofrece una oportunidad única para movilizar la acción en torno a un tema de salud específico que preocupe a las personas de todo el mundo. Este año, la OMS ha querido dedicar este día a la depresión.

Creo que todo el mundo sabe o intuye más o menos en qué consiste esto de la depresión, pero si nos ceñimos a definiciones tenemos varios ejemplos:

  • Medline nos dice que “La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de esta manera de vez en cuando durante períodos cortos. La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más” [2].
  • Wikipedia da una definición similar y nos dice que “La depresión (del latín depressio, que significa ‘opresión’, ‘encogimiento’ o ‘abatimiento’) es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana (anhedonia). Los trastornos depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad” aunque después profundiza con bastante detalle sobre la clínica, diagnóstico, etcétera [3].
  • O la Real Academia de la Lengua que nos dice modo conciso que se trata de un “Síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos” [4].

Si siguiéramos mirando distintas definiciones de diferentes referencias, veríamos que hay poca variabilidad y todas se centran en que se trata de una enfermedad mental que se desarrolla en torno a la tristeza. La OMS, dentro de esta campaña, define la depresión como una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas. Además, las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración; indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de autolesión o suicidio.

Hay que tener muy en cuenta que existen diferentes tipos y síntomas, y que no todos los síntomas aparecen siempre. Hay algunos tipos más graves que otros, al igual que existen algunos síntomas más intensos que otros, aunque ninguno deja de ser importante.

Los tipos principales de depresión abarcan:

  • Depresión mayor. Sucede cundo los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria por semanas, o períodos más largos de tiempo.
  • Trastorno depresivo persistente. Se trata de un estado de ánimo depresivo que dura 2 años. A lo largo de ese período de tiempo, puede tener momentos de depresión mayor junto con épocas en las que los síntomas son menos graves.

Otras formas de depresión pueden ser la depresión postparto, el trastorno disfórico premenstrual (TDP), el trastorno afectivo estacional (TAE) o la depresión mayor con características psicóticas. Cabe mencionar el trastorno bipolar, que sucede cuando la depresión se alterna con la manía, aunque en este caso se trata de un tipo de enfermedad mental diferente.

Las cifras de prevalencia de la depresión varían dependiendo de los estudios, en función de la inclusión tan sólo de trastornos depresivos mayores o de otros tipos de trastornos depresivos. En general, se suelen recoger cifras de prevalencia en países occidentales de aproximadamente 3 por ciento en la población general [5], aunque se calcula que el 10-15% de la población padecerá depresión a lo largo de su vida. Según la OMS en el mundo hay actualmente más de 300 millones de personas con depresión [6].

Estudios y estadísticas parecen coincidir en que la prevalencia es casi el doble en la mujer que en el hombre, aunque no son pocos los trabajos que cuestionan esta asimétrica incidencia: existen estudios que indican que la depresión en el hombre es mucho menos admitida y su sintomatología reportada de manera diferente.

Algunos factores estresantes vitales, como el nacimiento de un hijo, las crisis de pareja, el abuso de sustancias tóxicas (principalmente alcohol) o la presencia de una enfermedad orgánica crónica se asocian con un riesgo incrementado de desarrollar un trastorno depresivo mayor. En cuanto a la asociación familiar debida a factores genéticos, la existencia de un pariente de primer grado con antecedentes de trastorno depresivo mayor aumenta el riesgo entre 2 y 3 veces frente a la población general [7], habiendo en estas personas una prevalencia del 15%, frente al 5,4% de la población general.

La depresión afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales y de todos los países. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.

¿Dónde se sitúa España en estas cifras? Según la Encuesta Nacional de Salud 2011/2012 (la última publicada en 2013) la ansiedad/depresión (no refieren cifras de depresión por sí mismas) afecta al 14,6%. Sin embargo, en la Encuesta Europea de Salud en España de 2014 [8], la prevalencia autorreferida de depresión en la población de 15 o más años es del 6,89%. El 84,39% de la población de 15 o más años no presenta ninguna sintomatología depresiva, el 9,71% presenta sintomatología leve, el 3,03% moderada, el 1,81% moderadamente grave, el 1,06% grave.

En términos absolutos, casi 5 millones de personas (4.929.400) presentan sintomatología depresiva leve o moderada (12,74%) y otro millón (1.110.600) moderadamente grave o grave (2,87%). En total, más del 15% de la población residente en España presenta sintomatología depresiva de distinta gravedad. La sintomatología depresiva es prácticamente el doble de frecuente en mujeres (20,36%) que en hombres (10,63%) en todos sus grados de severidad. Esta relación no es constante en todos los grupos de edad.

La sintomatología depresiva aumenta con la edad en todos sus grados de severidad. Solo en el grupo de hombres de 65 a 74 años se rompe este gradiente. A partir de los 75 años aumenta más bruscamente. En el grupo de 75-84 años el 25,71% presenta sintomatología depresiva, proporción que alcanza al 34,71% en la población no institucionalizada de 85+ años.

Si nos centramos en cuadros depresivos activos, vemos que el 3,52% de la población de 15 o más años presenta un cuadro depresivo mayor, el 3,84% otros cuadros depresivos (total = 7,36%) y, el resto, 92,64%, no presenta cuadro depresivo alguno.

Con toda esta información nos queda claro que la depresión puede afectar a cualquier persona. Es por esto que la campaña de la OMS va dirigida a todas las personas, independientemente de su edad, sexo o condición social. En la Organización Mundial de la Salud han optado por prestar especial atención a tres grupos afectados de manera desproporcionada: los jóvenes de 15 a 24 años, las mujeres en edad de procrear (especialmente tras el nacimiento de un hijo) y las personas de edad avanzada (más de 60).

Itahisa Marcelino

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Referencia:

[1] Organización Mundial de la Salud. Compañas mundiales de salud pública de la OMS. http://www.who.int/campaigns/world-health-day/2017/campaign-essentials/es/

[2] Medline: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003213.htm

[3] Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Depresi%C3%B3n

[4] RAE: http://dle.rae.es/?id=CG97oEp

[5] Ronald C. Kessler, Evelyn J. Bromet. The epidemiology of depression across cultures. Annu Rev Public Health. 2013; 34: 119–138.

[6] Organizacion Mundial de la Salud. Nota descriptiva Febrero 2017. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs369/es/

[7] Marina Mitjans, et al. La genética de la depresión: ¿qué información aportan las nuevas aproximaciones metodológicas? Actas Esp Psiquiatr 2012;40(2):70-83.

[8]Subdirección General de Información Sanitaria e Innovación Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Encuesta Europea de Salud en España 2014. https://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/EncuestaEuropea/Tend_salud_30_indic.pdf

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