Grafos y astrocopla en la Universidad de Almería

Los viernes son todavía mejores si los terminas con las matemáticas de Clara Grima y la astrocopla de Natalia Ruiz Zelmanovitch y Manuel González. Eso fue lo que hicimos en Almería el pasado 18 de febrero, gracias a una actividad organizada por el Aula de Divulgación Científica de la Universidad de Almería (UAL).

Primero disfrutamos de la intervención de Clara Grima, que vino a presentarnos su nuevo libro, En busca del grafo perdido. Con la gracia que le caracteriza nos fue desgranando primero cómo nació su carrera divulgadora para después pasar a contagiarnos su amor por las matemáticas. Y, por supuesto, por los grafos.

En el público había almerienses de todas las edades, desde niños pequeños hasta personas mayores. Todos escucharon con atención y, a buen seguro, salieron de allí deseando contar a sus familiares todo lo que habían aprendido sobre esos circulitos unidos por líneas que lo mismo te ayudan a organizar las mesas de un banquete de boda que te explican cómo funcionan las redes sociales. Y es que si hay algo que marca la mayoría de charlas de Clara Grima es precisamente eso. Que sales de ellas orgulloso de haber aprendido. Puedo decir que he hablado con varias personas que asistieron, a pesar de no estar familiarizadas con la divulgación científica, y me han contado emocionadas lo mucho que disfrutaron.

Pero por si fuera poco, después llegaron Natalia y Manuel con su astrocopla. Primero Natalia, la más grande cantando por la más grande. Después Manolo se unió a la actuación para iniciar su ya famoso duelo de copleras. Un duelo que, como siempre, ganaron la ciencia, el arte y la reivindicación. Porque, como bien dicen ellos, en astronomía no conviene pelear si los resultados de ambos nos permiten avanzar. 

Fue una noche perfecta en la que también sorprendieron los entremeses protagonizados por Manuel González y el director del Aula de Divulgación Científica, José Antonio Garrido, quien nos sorprendió a todos los que le conocemos con sus dotes interpretativas.

En general todos hicieron un equipazo que hizo temblar el Auditorio Maestro Padilla bajo los aplausos de una sala llena de personas agradecidas de poder disfrutar de la ciencia de una forma tan rigurosa como amena. Sin duda, el Aula de Divulgación Científica de la Universidad de Almería está haciendo una labor magnífica este curso. Y, ojo, porque esto no ha hecho más que empezar. Aún les queda mucha ciencia que mostrar.

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