Historias de un Cuenco Tibetano y su resonancia

El cuenco tibetano es un tipo de campana, específicamente clasificado como campana de pie. En lugar de colgar invertida, o estar sujeta a un mango, este tipo de campanas descansan en el suelo, con la oquedad orientada hacia arriba. Para producir su sonido característico, se desliza un martillo en círculos a lo largo del borde superior circular, produciendo fricción, y haciendo que el cuenco vibre a una frecuencia determinada. También puede producirse sonido del modo clásico de usar las campanas, dando un golpe seco en su superficie.

Aquí podemos contemplar un vídeo acerca de este fenómeno, en el que se aprecia cómo distintos tamaños y tipos de cuencos, producen sonidos diferentes, y juntos crean una atmósfera y melodía características:

Ese sonido se caracteriza por una frecuencia fundamental (primer armónico) y por lo general dos tonos audibles armónicos (que son el segundo y tercer armónico). Fueron tradicionalmente utilizados en Asia, aunque el crear sonidos a partir de cuencos se cree que sea una actividad proveniente de la edad de bronce. Actualmente, se siguen produciendo estos cuencos (tanto de la forma tradicional, como con nuevos métodos de fabricación y producción).

Otro vídeo muy ilustrativo sobre este fenómeno nos lo envía Francisco Villatoro, del fantástico blog Francis (th)E mule Science’s News (más que recomendable si eres un apasionado de la física). El vídeo fue creado por Science Magazine, y haciendo click aquí podrán ver la publicación original.

 

Se utiliza mucho, por ejemplo, en las prácticas budistas para empezar y terminar la meditación. En cualquier caso, además del significado e importancia que pueda tener en términos religiosos para muchas poblaciones asiáticas, el asunto que realmente ocupa es el siguiente: ¿A qué se debe el sonido que producen? ¿Por qué al deslizar el martillo sobre la superficie, producen ese sonido que va aumentando de intensidad en función del transcurso del tiempo, y de la magnitud de la fuerza que ejercemos?

Al igual que en el caso del puente de Tacoma, la razón de que estos cuencos suenen de la manera en que lo hacen, reside en la resonancia mecánica.

La resonancia mecánica consiste en que un cuerpo en reposo con capacidad para vibrar, entra en contacto con una fuerza periódica cuyo periodo de vibración coincide con el de dicho cuerpo, por las características que tengan sus materiales y la circunstancia en que se encuentre. El recurrente ejemplo del vaso que se rompe a causa del canto de una soprano, que alcanza y mantiene la frecuencia de resonancia de aquél, es ideal para representar este fenómeno de manera gráfica.

Seguramente alguna vez han cogido una copa de cristal y han deslizado por el borde un dedo humedecido. Sienten que empieza a vibrar (incluso produce un ligero cosquilleo en la yema del dedo), y a la segunda vuelta se empieza a escuchar un pitido muy, muy agudo. Este fenómeno es exactamente el mismo que ocurre con el cuenco, y lo pueden poner en práctica en sus mismas casas.

Así que, si alguna vez se encuentran con alguna persona en la calle tocando este tipo de instrumentos, ya saben que el fenómeno que hace posible que funcione es la resonancia mecánica, y podrán gritarlo con emoción y con los brazos en alto.

Rubén Lijó

Imágenes de Wikimedia Commons: 1, 2

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