La vinagrera arácnida

Los uropigios son un orden de arácnidos de los que se conocen alrededor de cien especies cuyo tamaño varía entre uno y ocho centímetros y que habitan principalmente el sudeste asiático, aunque hay unas pocas especies en el sur de los Estados Unidos, América del Sur y África.

Su forma recuerda a la de un escorpión y, al igual que éstos, son cazadores nocturnos que viven de pequeños invertebrados. Su largo flagelo en forma de fusta a final del del opistosoma, nombre que recibe el abdomen en los arácnidos, no es un aguijón, aunque puede parecerlo a primera vista. Camina con seis patas, utilizando el primer par como una especie de antenas. Los pedipalpos son grandes y están rematados en una pinza que les sirve para agarrar a las presas, además de ayudar a los quelíceros (el primer par de apéndices que también funciona como un órgano prensor) a la hora de despedazarla mientras se alimenta.

Thomas Eisner, entomólogo estadounidense y fundador de la ecología química, estudió el comportamiento defensivo de los uropigios a finales de los años 50 (sus experiencias con estos arácnidos y otros grupos de artrópodos las relata en su maravilloso For love of insects, Harvard University Press, 2003) y descubrió que cuando se le molesta, dispara un chorro defensivo producido por dos glándulas situadas en la parte posterior del opistosoma. Las glándulas se abren en la base del flagelo y pueden apuntar en cualquier dirección con gran precisión. La secreción defensiva funciona muy bien como repelente frente a hormigas, ratones y otros depredadores y un sólo uropigio puede realizar hasta diecinueve descargas seguidas.

Mastigoproctus giganteus

Las sustancias expulsadas contienen ácido acético (el compuesto que le da al vinagre su sabor ácido) y ácido caprílico. Sin embargo, a diferencia del vinagre, que contiene entre un 3% y un 5% de ácido acético, la concentración en la secreción defensiva de los uropigios alcanza el 84%. Aunque el ácido acético es un potente repelente de por sí, sobre todo esa concentración, tiene poca afinidad por los lípidos, por lo que tiende a deslizarse en la cutícula de los insectos. Aquí es donde interviene el ácido caprílico, que facilita su expansión y su penetración en la cutícula. En México, los uropigios reciben el apropiado nombre de vinagrillos.

Mastigoproctus giganteus dirige con gran precisión su secreción defensiva, que se puede ver como un chorro blanco frente al fondo rosáceo de un papel de filtro impregnado con una solución de fenolftaleína e hidróxido de potasio.

Las secreciones defensivas se han estudiado en unas pocas especies, casi todas del género Mastigoproctus. En el caso de M. giganteus, la secreción defensiva consiste en un 84% de ácido acético, un 5% de ácido caprílico y un 11% de agua.

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Referencia

For love of insects, Thomas Eisner. Harvard University Press, 2003.

Jesús Espí

4 Comentarios
  • Bitacoras.com
    Publicado el 10:20h, 16 julio Responder

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  • Victor Tagua
    Publicado el 13:09h, 17 julio Responder

    Una duda que me ha surgido, o algunas, más bien
    – Con ese tamaño no habrá muchos insectos que los molesten, ¿no? ¿Entonces por qué usan el caprílico si los que más les incordien serán vertebrados?
    – ¿Cómo resiste el uropigio a esas altas concentraciones de acético en su interior?
    – La secreción es puramente defensiva o se podría usar para cazar. Es decir, me molestas, te echo el chorro y te hago polvo, así que ahora voy y te despedazo con los pedipalpos y te como.
    – ¿Qué comen? ¿Lo hacen como algunas arañas regurgitando los jugos gástricos y sorbiendo el contenido ya digerido?
    Es que ya me ha entrado curiosidad por estos bichos a los que no veo desde la carrera :p

    • Jesús
      Publicado el 10:15h, 18 julio Responder

      El caprílico facilita la penetración del ácido acético. Da igual que sea frente a un vertebrado o un invertebrado.
      Lo puede almacenar porque las glándulas están preparadas para resistirlo (recuerda que nosotros también podemos soportar los ácidos del estómago)
      Básicamente, es una secreción defensiva. Los palpos son lo suficientemente fuertes como para reducir a sus presas.
      Recuerda que no todos los arácnidos usan el sistema de las arañas. Ahí tienes a los escorpiones y los solífugos. Se suelen alimentar de insectos y otros invertebrados.

    • Sebastian
      Publicado el 20:11h, 21 julio Responder

      Hola Victor, a lo que yo se, el acido caprilico causa la corrocion del exoesqueleto de muchos invertebrados, permitiendo la entrada del acido acetico al interior de estos (en caso de vertebrados, puede provocar severa irritacion en mucosas), en cuanto al segundo punto, no tengo idea y no se si alguien ha hecho una preparacion histologica para el estudio de la camara en donde guarda el acido acetico, en cuanto al tercer punto, no, solo usan los pedipalpos para cazar. En cuanto al ultimo punto, la digestion no es externa, comen como los escorpiones, triturando con los queliceros.

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