¿Qué pasa si metes la mano en un motor de avión?

Desde que han llegado a la TDT española los nuevos canales cargados de testosterona, padezco de «destructividad» en lugar de creatividad.

En principio, la respuesta a la pregunta del título sería lógica: «te la tritura». Pero desde hace unos años, circula un vídeo de un operario que atraviesa el motor de un caza llevándose a casa unos rasguños y algún hueso roto. Este es:

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=Xi44-9fh3N8&w=480&h=360]

Del vídeo extraemos la primera conclusión: aunque sea un motor «pequeño», succionaría nuestra mano y todo nuestro cuerpo.

Bien, pues vamos a repasar el «viajecito» que se dio el mecánico por las tripas del avión.

Los motores de los aviones se basan en algo que se llama ciclo Brayton. Este ciclo funciona con gases (aire en este caso), a los que somete a distintas fases, pudiendo así sacar potencia mecánica de ellos. El concepto es mucho más sencillo de lo que parece.

En un turbofan, el aire que entra se encuentra con un compresor, que no es nada más que una especie de ventilador que «estruja» el gas para aumentar su presión.

Después hay dos caminos. Una cámara de combustión y un conducto en el que también «recolectan» calor los gases. Ahí es donde se quema el combustible y se calienta el aire que llega del compresor, aumentando más aún su presión.

Por último, los gases llegan a una turbina (una especie de molinillo) en la que se expanden (bajan su presión para quedarse como estaban) y generan el empuje. 

De aquí podemos sacar otras dos conclusiones: las aspas del compresor y la turbina nos van a golpear fuerte y nos vamos a chamuscar en la cámara de combustión.

Es interesante saber que la turbina y el compresor giran solidarios, es decir, que tienen el mismo eje y giran a la vez.

No es ninguna locura decir que un motor así gira a 5000 revoluciones por minuto (en las webs de los fabricantes, como Rolls Royce, no sueltan prenda sobre los motores militares). Eso supone unos 83 golpes de cada una de las afiladas aspas en nuestro cuerpo cada segundo. Si pensamos que esas palas suelen estas hechas de algún material muy resistente, como el titanio, pocas esperanzas quedan de ver el final del túnel.

En la cámara de combustión se pueden alcanzar más de 1000ºC y, aunque tengamos la suerte de que nuestro cuerpo (o al menos parte de él) no pase por ella, tampoco creo que en los conductos colindantes haya una temperatura primaveral.

Si no teníamos bastante, estos motores pueden generar la fuerza necesaria para generar 20 toneladas. La presión ahí dentro no es ningún anticiclón.

Todos estos datos son válidos para motores «pequeños» como el del avión del vídeo. Si nos vamos a los comerciales…

El funcionamiento es el mismo. En este enlace podéis ver una animación muy ilustrativa de los amigos de Rolls Royce. Aunque tenga las mismas partes, son mucho más grandes y el empuje generado es también mucho mayor. Si no me creéis, aquí tenéis un «experimento» del programa de la BBC Top Gear, haciendo pasar un par coches por el chorro que sale del motor (lo que nos atañe está en el minuto 2:55):

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=ZJ9uWsvR1l0&w=480&h=274]

Como no estuve allí ni puedo repetir tal experiencia (a ver quién es el guapo que se deja meter dentro de eso), no puedo afirmar nada con total seguridad, pero aún así voy a quedarme con una seria duda sobre la veracidad del vídeo y a tomar una precaución extra al lado de estas máquinas.

Hablando de Ciencia