Recreo de curiosidades: humanos contra máquinas

Recreo de curiosidades: humanos contra máquinas

Esta semana en el Recreo de curiosidades hemos hablado de humanos contra máquinas. No, no ha habido ni lucha ni sangre, solo comparaciones y un poco de diversión.

En ocasiones, creemos que las máquinas nos dominan y que somos peores que ellas. Tal vez en algunas áreas sí, pero hay muchas cosas que sabemos hacer mejor. Conocer, cómo son y qué nos pueden aportar, nos ayuda a comprender que lo importante es usarlas de forma responsable. 

¿Desde cuándo hay máquinas?

Las máquinas, más o menos complejas, existen desde la antigüedad. Mis recreistas lo sabían. Comenzamos con una pregunta: “ y ¿los robots?, ¿cuándo creéis que apareció el primero?” Se han lanzado a decir fechas.  “Desde 1840, en una película” ha dicho alguien. No, imposible, la primera película es de 1895. Otra recreista ha dicho que desde 1914. ¿Por qué esa fecha? Respuesta: “a ver si acertaba” ¡Tienen sus momentos! Ha habido alguna más, al azar, por supuesto.  Aunque la más interesante ha sido: “desde que hemos mandado robots a Marte” 

Está claro que desde la antigüedad hemos creado herramientas. Diseñamos tantas máquinas, cacharritos, autómatas y otras cosas mecánicas (o electrónicas) que es imposible llevar la cuenta. Eso sí, mis recreistas y yo tenemos cierta predilección por los robots. Las películas, los cómics o los dibujos animados nos han influido, ¡lo sabemos y nos gusta! Las peleas de humanos contra máquinas nos divierten.

El primer robot con pinta de robot

El primer robot, con pinta de robot, apareció en 1939 en Nueva York. Se llamaba Elektro y hacía unas cuantas cosas, pero nada que ver con lo que son capaces de lograr los de la actualidad. Suponemos que las personas que lo vieron imaginaron un futuro lleno de Elektros que se encargaran de las tareas más duras y de las que no nos gusta hacer. ¿Pensarían que un robot se podía parecer tanto a una persona que había que aprender a distinguirlo? Tal vez. 

Se nos planteaba una cuestión: “si una máquina quiere simular ser humana, ¿cómo la pillamos?” Han dicho que con preguntas personales. Lógico, de momento, las máquinas no tienen vida propia. No pueden decirnos su comida favorita, un color preferido o cualquier otra cuestión sobre gustos personales. ¿Les podríamos pillar así? Seguro que sí. Un recreista ha comentado: “si parecen humanos, ¿tocándoles la piel?” Personalmente tengo mis dudas, ¿Terminator pasaría la prueba? 

Humanos contra máquinas: test de Turing y CAPTCHA

Si una máquina nos puede suplantar, habrá que aprender a distinguirla de una persona, ¿no? Para eso tenemos el test de Turing. Les he contado que hice uno y el resultado fue que era un 29% humana. ¡Soy muy buena simulando ser una máquina! Algunas risas después y, con la promesa de enviarles el test, hemos llegado a las pruebas CAPTCHA (prueba de Turing completamente automática y pública para diferenciar ordenadores de humanos) Sí, conocen lo de pincha en “no soy un robot”. 

Test de Turing. Alan Turing imagen de Wikimedia Commons
Humanos contra máquinas

Le he preguntado directamente: “¿por qué pensáis que se usa CAPTCHA?” La respuesta ha sido para que un ordenador no pueda acceder y garantizar que somos personas. Ese es el objetivo, pero la razón es que los robots (o bots) no reconocen las letras y los números cuando están superpuestas o borrosas o con líneas atravesadas (se llama ruido). Tampoco las partes de una imagen. En el primer enfrentamiento de humanos contra robots ganamos.

Hemos charlado sobre cómo reconocemos caras y de reconocimiento facial con cámaras. Creemos que a la hora de buscar patrones somos mucho mejores. ¿Quién no es capaz de distinguir a alguien que conoce por sus andares, el pelo o sus movimientos? Eso sí, parece que las palomas son unas cracks reconociendo patrones. Así que, nos ganan las aves. ¡Qué se le va a hacer!

Humanos contra máquinas: ¡atrapa el caramelo!

Ha llegado el momento de lanzar caramelos. No era mi cumpleaños, aunque sí de uno de mis recreistas, Íñigo, que colaborará conmigo en el recreo de la semana que viene. A lo que vamos o, mejor dicho, a lo que lanzamos.  

He lanzado un caramelo a cada recreista. Salvo dos personas que por culpa de mi torpeza no los han cogido, no ha habido fallos. Les he preguntado por el tiempo que tardamos en atrapar un caramelo. Poco, muy poco y no nos paramos a hacer cálculos. Se trata de un tiro parabólico que resolvemos sin pensar. 

Para comparar le había pedido a GPTchat que me calculara el punto de impacto de un caramelo.  Le indiqué la velocidad y el ángulo de lanzamiento. ¡11 segundos tardó! ¿Humanos contra máquinas y contra I.A? Ganamos fijo.

El tema nos ha servido para charlar un poco sobre brazos robóticos y sus habilidades. ¿Cogerían un caramelo sin problema? ¿Tardarían demasiado en hacer los cálculos? Creemos que en estos asuntos ganamos seguro, tenemos más movilidad y capacidad de anticipación. Ya vamos dos tantos en humanos contra máquinas.

Parece que la coordinación motora, la capacidad de anticipación y la obtención de resultados se nos da muy bien. Además, con poca información, lo único que sabían es que iba a lanzar caramelos.

En este momento hemos empezado a pensar que las máquinas son buenas en tareas repetitivas, aburridas o de precisión. Sin embargo, necesitan mucha información y sus respuestas no son improvisadas (sin parámetros que encajen en lo que saben, no funcionan muy bien). Carecen de espontaneidad y eso significa que no pueden moverse por un entorno cambiante en el que haya que improvisar. Solas por el mundo no durarían mucho. Otro tanto que nos apuntamos los humanos contra las máquinas.

Tres máquinas y una canción

¿Quién baila mejor? Yo no tengo ninguna duda, pero por si acaso mis recreistas tenían alguna, hemos visto un video de Boston Dynamics. En concreto uno en el que vemos a Atlas, Spot y Stretch echándose un bailecito. Nos ha encantado, nos hemos divertido y queremos un Spot y un Atlas para casa. ¡Maravillosos!

En otro vídeo, hacían pruebas con Atlas, le golpeaban con una bola para probar su equilibrio. ¡Nos ha dado pena! Empatizamos con los robots, no sé la razón, pero lo hacemos. ¿Alguien más lo hace?

A lo largo de este rato hemos entendido que las máquinas (robots o como queráis denominarlos) nos pueden ayudar en muchas cosas. Nos evitan trabajos repetitivos, peligrosos o que exigen una gran precisión en algo muy concreto. Sin embargo, nuestras habilidades son mucho mejores.

¿Qué tal un exoesqueleto? Hemos visto como puede ayudar a una persona a caminar y de esa forma darle una mejor calidad de vida. La conversación nos ha llevado a implantes, prótesis y a lo que la electrónica junto con la medicina puede hacer para mejorar nuestra vida. ¿Un brazo biónico o una pierna? Nos gusta la idea.

Exoesqueleto del Laboratorio de Diego Torricelli (CSIC)

Se nos planteaba una reflexión, ¿los robots o las máquinas son buenas o malas? Tenemos claro que ni una cosa, ni la otra, depende. No es lo mismo un exoesqueleto para ayudar a alguien a caminar que un ejército de soldados con exoesqueletos que les hagan más fuertes. Eso no, no nos gusta.

Para terminar, hemos charlado de algunas áreas implicadas en la creación de máquinas: robótica, programación, mecánica, electrónica… Pero lo más importante es que para todo esto, de momento, las personas somos necesarias y contingentes. ¿Humanos contra máquinas? Ganamos. Sin personas no hay máquinas.

Hasta aquí el Recreo de esta semana. La semana que viene, contaré con la colaboración de Iñigo (1º E.S.O.) y hablaremos de: “Doraemon y de los inventos que podrían existir en la realidad”.

Recomendaciones:

Ver cualquier video de Boston Dymanics

Test de Turing (para jugar)

¿Por qué un robot no puede con un código CAPTCHA?

Y si yo fuera una máquina

Ver la película The Imitation Game (2014) para saber algo más de Alan Turing

Leer este artículo sobre lo que dice el MIT del trabajo humano y la inteligencia artificial

En el Recreo de Curiosidades anterior:

Recreo de curiosidades: cosas del cine, con la colaboración de Grace Turrez Kestell ( 3º E.S.O.)

¿Qué es el Recreo de curiosidades?

Se trata de una actividad donde estudiantes y docentes nos reunimos para charlar, jugar o hacer algún experimento relacionado con la ciencia, la cultura, el arte o cualquier cosa que nos interese. La idea es fomentar la curiosidad y que esté alejado de la rigidez del aula.

La intención es dar pinceladas sobre temas diversos y poder explicar cosas que no se explican en clase, que motiven y que fomenten las ganas de aprender, pensar y tener un espíritu crítico. 

No se trata de apabullarles con grandes conocimientos y conceptos complejos, no. Son pinceladas que les guíen para buscar más, preguntar, interesarse por diferentes áreas y curiosear.

El recreo de curiosidades se realiza en el colegio El Carmen Indautxu (Bilbao) con la colaboración del Hablando de Ciencia.

Sin comentarios

Publicar comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies