Imagen de Venom creada par el recreo de curiosidades

Recreo de curiosidades

Venom, microbiota y trasplante fecal

Sé lo que vais a decir: ¡qué escatológico para un recreo de curiosidades! En mi defensa diré que me lo pidieron y que lo que su curiosidad demande es bienvenido.

Las preguntas siempre son la clave, en esta ocasión han sido:

– ¿Conoces a Venom?

– ¿Sabes qué es?

– ¿Te suenan las palabras “flora intestinal”?

– ¿Qué relación puede haber entre Venom, la “flora intestinal” y un “trasplante de cacas”?

Venom

Como la mayoría conocen a Venom (personaje de Marvel), hemos comenzado hablando de él. Eso sí, saber qué es, no estaba tan claro. Se trata de un simbionte alinígena que convive con Eddie Brock. 

No hemos entrado a juzgar si el comportamiento del simbionte es bueno o malo para el resto de los humanos*. Eso sí, está claro que para Eddie es bueno y que Eddie también lo es para Venom. Acuerdo sin fisuras, creemos que es una relación mutuamente beneficiosa, es decir, simbiótica. Un pequeño paso y llegamos a nuestros intestinos.

Estaba convencida de que habían oido hablar de “flora intestinal” y así ha sido. Relacionadas con estas palabras han aparecido las palabras: yogur, bífidus y alguna marca comercial. Sin embargo, cuando he preguntado si teníamos plantas en los intestinos la respuesta ha sido unánime, no. Primera aclaración hecha, no son plantas, entonces ¿qué tenemos?

Microbiota

Era el momento perfecto para hablarles de las bacterias, virus, hongos y arqueas. Todos son maravillosos microorganismos que viven en nuestro cuerpo. Al conjunto de todos ellos se le llama microbiota. Para que entendieran parte de la labor que hace la nuestra, les he dicho que era como si estuviera compuesta de millones de “minivenoms”. 

Éstos nos protegen y, además, el conjunto de ellos es diferente de persona a persona. Lo importante es que, si todo está en orden, son buenos, igual que Venom con Eddie.  

¿Qué pasa cuando la cosa no va bien? Les he contado que, en ese caso, alguno de esos microorganismos puede hacerse con el poder y crecer demasiado. Eso acaba con el equilibrio, daña la microbiota y puede hacer que enfermemos. 

En ese momento hemos hablado de que tenemos microorganismos en todas aquellas partes de nuestro cuerpo que están de alguna forma en contacto con el exterior. Hemos hablado de hongos en la boca, que están siempre, pero si uno de ellos se hace con el control no es bueno. Como estábamos en lo que estábamos, la palabra diarrea ha surgido varias veces. Han preguntado si el estrés o el agobio perjudican a nuestra microbiota.

Imagen de microorganismos creada para el recreo de curiosidades.

Una estudiante ha contado que, cuando sus padres se divorciaron, su hermana tenía siempre la tripa mal. Ha preguntado si era posible que fuera porque sus “minivenoms” no estaban bien. Nos ha parecido que era posible, pero que también podían ser otras cosas.

Con esto ha llegado el momento de hablarles de la bacteria Clostridium difficile. Les ha hecho mucha gracia el nombre. Les he explicado que, aunque tenemos pequeñas cantidades de esta bacteria, si por alguna causa prolifera ocupando el sitio de otras, enfermamos. Tras esta breve explicación, un estudiante ha dicho: “Claro, eso es como Gotham sin Batman”. Me ha quedado claro que lo han entendido. ¡No me digáis que no son una maravilla! 

Trasplante fecal

Si esa proliferación se produce, ¿qué hacemos para arreglarlo? ¡Ay! Los antibióticos. Ellos han sido la primera solución. Sabía que iban a aparecer y me ha venido de perlas para continuar. Por supuesto que podemos dar antibióticos, pero eso también ataca al resto de microorganismos. Si están mal no nos pueden ayudar a luchar contra el Clostridium. 

Entonces, ¿qué hacemos? ¿La solución? Sí, con un “trasplante de cacas”. La respuesta no la he dado yo, ha surgido de forma natural con la conversación. 

Se trata de un terreno escabroso, escatológico y experimental, así que lo primero ha sido contarles que no es algo generalizado, que no se hace todos los días, que no vale para todo y que se está investigando.

El procedimiento consiste en recoger heces de una persona donante que debe estar sana, se tratan y, de formas distintas, se colocan en una persona enferma. De esa manera, la microbiota implantada puede pelear contra el Clostridium. 

Parece que se obtienen buenos resultados, pero queda mucho por investigar. De hecho, es posible que haya otras enfermedades relacionadas con nuestros microorganismos y que, tal vez, con algún tipo de terapia similar podrían mejorar. Igual entre quienes me escuchan en el recreo hay alguien que en unos años se dedique a investigar este tema. ¿Os lo imagináis? Sería fantástico. 

Han mencionado los yogures que dicen que “bla,bla,bla… L.cassei”, los “probióticos” y algún que otro nombre. Han deducido que son algún tipo de microorganismo y que, si nuestra microbiota está bien, no son necesarios. 

Al final del recreo tenían claro que hay que proteger a nuestros “minivenoms”, que no son plantas, que estamos en simbiosis con ellos y que, afortunadamente, hay investigaciones encaminadas a comprender el papel que juegan en el desarrollo de algunas enfermedades o en protegernos de ellas. Y sí, se acordaban del Clostridium difficile.

Hasta aquí el recreo de curiosidades de esta semana. La semana que viene especial Halloween. Habrá historia, literatura, medicina y sangre a borbotones. 

Conceptos usados:

Simbionte

Relación simbiótica 

Antibióticos

Probióticos 

Feniletilamina

Microbiota

Microorganismos

Bacterias

Clostridium difficile

Trasplantes fecales

L.cassei

*Por si no conocéis el cómic o la película, esta discusión estaba relacionada con la necesidad de Venom de comer cerebros humanos o chocolate. Debe comer cerebros porque son una buena fuente de fenilmetilamina, sustancia fundamental para la supervivencia del simbionte.

Para curiosear más:

La microbiota de las plantas de Germán Tortosa

Microorganismos abundando a resolver crímenes de Paula Ruiz Hueso

Estudio de microorganismos de un instituto de María Diz

Nonía y la organización POM, una historia majara de @darthscience666

¿Qué es el recreo de curiosidades?

Se trata de una actividad donde estudiantes y docentes nos reunimos para charlar, jugar o hacer algún experimento relacionado con la ciencia, la cultura, el arte o cualquier cosa que nos interese. La idea es fomentar la curiosidad y que esté alejado de la rigidez del aula.

La intención es dar pinceladas sobre temas diversos y poder explicar cosas que no se explican en clase, que motiven y que fomenten las ganas de aprender, pensar y tener un espíritu crítico. 

No se trata de apabullarles con grandes conocimientos y conceptos complejos, no. Son pinceladas que les guíen para buscar más, preguntar, interesarse por diferentes áreas y curiosear.

El recreo de curiosidades se realiza en el colegio El Carmen Indautxu (Bilbao) con la colaboración del Hablando de Ciencia.

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