RESEÑA

“Congo” relata el conflicto comercial entre distintas empresas multinacionales por apoderarse de un yacimiento de diamantes cubiertos de boro que se encuentra en lo más profundo de la selva del Congo, en Zaire. Dichos diamantes se convierten en la novela en una materia prima de valor incalculable para el avance tecnológico en telecomunicaciones gracias a sus excelentes propiedades semiconductoras y posibilidad de crear microchips ultrarrápidos. Como ya hice en una reseña anterior de un libro de Crichton (la cual puedes leer aquí), me centraré en la parte más científica de la novela.

En “Congo” confluyen protagonistas muy dispares en cuanto a bagaje científico y profesional se refiere, pero todos tienen un objetivo común: llegar a la ciudad perdida de Zinj. Kate Ross, Peter Elliot y Charles Munro son los tres protagonistas principales. Podríamos decir que Kate Ross representa el aspecto más técnico de la ciencia: las telecomunicaciones, las bases de datos y el análisis de datos a macroescala (o meta-análisis). Elliot, por su parte, representa la etología —la rama de la biología que estudia el comportamiento animal— y el método científico (es director del proyecto Amy para la enseñanza y aprendizaje del lenguaje de signos en gorilas). Por último, Munro es el resultado de una amalgama de conocimiento militar y habilidades de rastreo, caza y negociación. Todas estas características confluyen en un viaje común donde Crichton, como suele acostumbrar, hace gala del avance científico y tecnológico del momento. Algunos ejemplos los podemos encontrar en el hecho de que primates no humanos tengan su propio lenguaje (algo ya confirmado) y puedan aprender uno ajeno, la existencia de una carrera armamentística entre empresas por hacerse con el monopolio del desarrollo tecnológico, la ejecución de sistemas geográficos informatizados o cómo la selección artificial produce nuevas especies mediante cría selectiva (i.e. gorilas criados y educados por la sociedad de Zinj durante cientos de años para matar a todo aquel que se acercara a las minas de diamantes). Con todo, Crichton divulga en forma de novela los progresos científicos de la época. Eso sí, acompañados de misterios y ciudades olvidadas que, espero, enganchen al lector tanto como a mí.

Jorge Garrido