Reseñas HdC: El andar del borracho

Cristobal Rodero Gomez

9788498920840El andar del borracho (Cómo el azar gobierna nuestras vidas)

Leonard Mlodinow

Nº de páginas: 228 páginas

Encuadernación: Tapa blanda bolsillo

Editorial: CRITICA

Lengua: CASTELLANO

ISBN: 9788498920840

Precio: 10.95 €

RESUMEN 

En 1905 Albert Einstein publicó una impactante explicación sobre el movimiento browniano -el movimiento arbitrario de partículas- comparándolo con la clase de movimiento que se observaría en el caminar de un borracho. La comparación se convirtió desde entonces en una poderosa herramienta para entender el movimiento puramente arbitrario que, por definición, no tiene ningún modelo específico. En este nuevo libro, Leonard Mlodinow examina la ley del caminar del borracho en relación con la vida humana diaria, con las diversas decisiones que continuamente tomamos empujados por acontecimientos arbitrarios que, unidos a nuestras reacciones, influyen en la mayor parte de nuestra vida personal. Mlodinow revela las razones que hay detrás de los embotellamientos, la divulgación de rumores por Internet, etc.

RESEÑA

Pero por encima de todo me enseñó [la madre del autor] a apreciar la falta de mala suerte, de aquellos sucesos que podrían habernos derribado, la ausencia de enfermedad, la guerra, la escasez o los accidentes, que no ha arribado, al menos todavía.

Para quienes se hayan leído «Pensar rápido, pensar despacio» de Daniel Kahnemann muchas de las anécdotas que se cuentan en este libro le resultarán conocidas. De hecho, los primeros capítulos son sobre el azar visto desde el punto meramente psicológico, cómo al cerebro le cuesta distinguir eventos azarosos y sobre la idea generalmente equívoca que tenemos sobre varios conceptos de la probabilidad (como la probabilidad condicionada).

En los capítulos centrales le da una visión más matemática, sin meterse en mucho detalle, pero definiendo y utilizando los conceptos más básicos — siempre lleno de ejemplos de la vida real. En esta sección hay un ejemplo bastante curioso en el que aparece la ley de Benford: aquella que establece que en los números de la vida real es mucho más probable que aparezcan números bajos que altos. Y esto, puede utilizarse para encontrar a defraudadores de impuestos:

[…] un joven capitalista llamado Kevin Lawrence reunió 91 millones de dólares para crear una cadena de gimnasios de alta tecnología. Hinchado de dinero, Lawrence entró en acción, contratando a un grupo de ejecutivos y gastándose el dinero de sus inversores tan rápido como lo reunía. […] Él y sus cohortes no se estaban gastando el dinero en el negocio, sino mayoritariamente en asuntos personales. Y como 47 coches […], una espada samurái de 200 000 dólares, y una máquina comercial para hacer algodón azucarado habrían sido difícilmente justificables como gastos necesarios del negocio, Lawrence y sus compinches intentaron borrar sus huellas transfiriendo el dinero de los inversores entre una compleja red de cuentas de bancos y empresas fantasmas para dar la apariencia de un negocio bullicioso y en crecimiento. Desafortunadamente para ellos, un contable forense desconfiado llamado Darrell Dorrell recopiló una lista de 70 000 números representando sus diversas cuentas y transferencias y comparó la distribución de esos dígitos con la ley de Benford. Suspendieron el examen. […] Kevin Lawrence fue sentenciado a veinte años de cárcel sin posibilidad de libertad condicional.

En la parte final vuelve al punto psicológico, tanto con ejemplos imaginados como con ejemplos y experimentos que se han realizado. Uno muy destacable del mundo deportivo es el que condujo Tversky (compañero de Kahnemann) en el 85, donde trataba de comprobar si las rachas, tanto buenas como malas, de los jugadores de baloncesto eran debidas a su habilidad o meramente al azar:

Esto es, si en lugar de lanzar, los jugadores hubieran tirado monedas compensadas para reflejar sus porcentajes de lanzamientos. Encontraron que a pesar de las rachas, ni los lanzamientos de pista de los Philadelphia ’76ers, ni los tiros libres de los Boston Celtics, ni los lanzamientos de pista controlados experimentalmente de las mujeres y hombres de equipos de baloncesto universitarios presentaron prueba alguna de comportamiento no aleatorio.

Personalmente, no es un libro que me haya convencido mucho, pero probablemente (nunca mejor dicho) sea porque la mayoría de ejemplos ya los había leído y porque los conceptos matemáticos ya los había visto, y más detalladamente, en la carrera. Aun así, me pareció muy interesante la reflexión sobre el papel del azar (dependiendo de cómo definas «azar») en el día a día y algunos de los ejemplos, especialmente los utilizados en el contexto jurídico-legal.

Esta entrada participa en la Edición 6.6: números vampiro del Carnaval de Matemáticas alojado en el blog Scire Science.

Tov Rodero

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