Reseñas HdC: La acupuntura ¡vaya timo!

La acupuntura ¡vaya timo!

Víctor-Javier Sanz

224 páginas

Editorial Laetoli

Lengua: Castellano

Encuadernación: Tapa blanda

ISBN: 9-788492-422456

Año de edición: 2012

Sinopsis

Vivimos rodeados de supercherías que se repiten y venden como ciertas. Algunas llegan a alcanzar notoriedad gracias a los medios de comunicacion, que nos trasmiten misterios aparentemente sobrenaturales o afirmaciones pseudocientíficas sin establecer antes un mínimo criterio de veracidad. Así, astrólogos, homeópatas, creacionistas, tarotistas, curanderos y muchos otros timadores parecen disfrutar de completa impunidad para vendernos sus productos. En la más reivindicadora tradición ilustrada, esta colección de libros se dirige a ese crédulo que llevamos dentro y nos muestra por qué los ovnis, la sábana, el feng shui, la astrología y otras modas son verdaderos timos: creencias falsas, vanas ilusiones que nos quitan tiempo y dinero ( y a veces la salud ). En esta colección el lector encontrará argumentos contundentes – y a la vez sabrosos – para pensar críticamente. En definitiva, para pensar: la herramienta más útil que tenemos para librarnos de los timos.
La acupuntura – afirma con contundencia el autor – es una pseudociencia pura y dura, como la astrología o el tarot, y no algo alternativo con lo que tengamos que familiarizarnos. Energías misteriosas que rigen nuestra salud y enfermedad, metáforas fluviales, recetas cabalísticas invariables en el tiempo, vaguedades y contradicciones diagnósticas, puntos mágicos en la piel que lo mismo sirven para curar una enfermedad que la contraria. Eso es la acupuntura. Que haya médicos que se crean y propalen tales barbaridades es un auténtico atentado contra la salud pública. La acupuntura ha pasado de ser un cuento chino a ser una mentira occidental.

 

“La acupuntura ha pasado de ser un cuento chino a ser una mentira occidental”. Así de contundente se muestra el doctor y paciente Víctor-Javier Sanz a la hora de valorar la tradicional práctica oriental. Y recalco lo de paciente en su doble sentido: En primer lugar, porque ha superado una difícil enfermedad incurable con recetas antiguas (a veces olvidamos que los médicos también enferman), y después porque ha reunido la suficiente paciencia como para tragarse el tostón que subyace en la medicina tradicional china, para mostrarla con los ojos de un médico.

Refutar los principios de la acupuntura puede ocupar una simple línea: No hay evidencias de curaciones, nunca ha superado las pruebas de doble ciego, ni jamás se ha podido demostrar toda esa historia de los meridianos de energía que recorren el cuerpo.  Sin embargo, el autor ha preferido meterse en las entrañas de la medicina tradicional china para explicarnos que es un sistema médico completo, aunque falso, que no tiene ningún reparo en inventarse órganos que no existen (como el triple calentador), o dar atribuciones imaginarias a otros reales – que, curiosamente, sus contemporáneos griegos conocían mejor.

Sanz destapa que la misma naturaleza de la medicina tradicional china estrangula su crecimiento, pues la función de los órganos humanos se define por analogía u oposición (el manido yin-yang), y ajustándose al número de estaciones del año o de los elementos mitológicos. Todo queda explicado en este sistema cerrado, lo que cierra el paso a la observación y experimentación del cuerpo humano.

Cabría preguntarse entonces por qué hay cada vez más titulados occidentales que imparten esta disciplina, y por qué hay tantos estudios sobre acupuntura. El autor no se anda con rodeos, y denuncia estas prácticas cometidas por sus colegas. Pero antes, se encarga de explicar las falacias que hay en los argumentos de quienes pretenden dar un barniz científico a la acupuntura. En esta parte del libro se esbozan algunas de las falacias y falsas analogías de las pseudomedicinas ya criticadas en su anterior volumen, “la homeopatía ¡vaya timo!” (Lectura también muy recomendable para completar los conocimientos de este libro).

Por último, el autor hace un repaso de las supuestas aplicaciones de la acupuntura en medicina, que solo dan resultados positivos cuando los realizan médicos afines a la misma, y siempre con muy dudosas condiciones de laboratorio. A mi entender habría sido necesario dedicar más tiempo al tópico “a mí me funciona” (recomiendo este interesantísimo artículo sobre el asunto), que es el caballo de batalla de los defensores de la acupuntura.  De hecho, mientras leía el libro en un vuelo me asaltó una azafata atónita por mis afirmaciones. Según ella, la acupuntura había hecho con su hombro lo que la medicina científica no había sido capaz de hacer en meses de tratamiento. ¡Ojalá! 

Jorge J Frías

2 Comentarios
  • Aníbal Bueno
    Publicado el 12:23h, 15 octubre Responder

    Bueno, he de decir algo al respecto…
    Es cierto que comparto el hecho de que no está demostrado que la acupuntura funcione para muchas patologías y comparto más aun el timo de los canales de energía, los puntos mágicos, etc…
    Pero sí he de decir que hay un área en la cual la acupuntura es efectiva y está demostrado científicamente. Y es en el campo de la fisioterapia. Las pequeñas agujas de acupuntura que utilizan muchos fisios actuan directa y mecánicamente sobre los llamados «puntos gatillo» o micro contracturas. Liberan cierta electricidad estática y son capaces de distendir toda esa masa muscular que produce dolores…
    Sólo quería hacer esta aclaración.

    • Ununcuadio
      Publicado el 13:12h, 15 octubre Responder

      Es interesante esta aclaración. Porque lo había oído y no sabía ya a qué atenerme con la acupuntura…

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