Suicidio en el Reino animal, ¿existe?

Juanjo HdC

Cat_Toilet1Si obviamos el hecho de que el ser humano es un animal más y, clarísimamente, nosotros sí presentamos comportamiento suicida (y más en estas épocas de crisis), la respuesta al título no está tan clara para el resto de animales.  Se supone que una de las pocas cosas que nos diferencia de los animales, además de que tenemos un empeño imperioso de cargarnos todo lo que nos rodea y que coexiste con nosotros, es que tenemos consciencia de qué hacemos y con qué fin lo hacemos, además de ser capaces de elegir si realizar un determinado comportamiento o no. Un ejemplo, sería el del suicidio. Sólo el ser humano es consciente de que la vida llega a su fin y es capaz de decidir si quiere adelantar ese momento o no (desgraciada o afortunadamente, atrasarlo aún es difícil). Ahora veremos algunos casos y qué dice la ciencia al respecto y ya vosotros decidís si existe ese comportamiento suicida en el reino animal-no humano o no puede considerarse como tal.

Animales suicidas

Existen varios casos en los que parece que el animal es consciente de que su comportamiento acabará con su vida y, aun así, sigue adelante con él. Veamos algunos ejemplos:

  • Abejas: desde pequeños nos han enseñado que si una abeja nos clava su aguijón, supondrá su final. Las abejas “conocen” este hecho, de ahí que sólo lo utilicen en situaciones en las que su vida corre peligro (yo muero, pero haré todo el daño que pueda antes de morir) o cuando es la colmena la que corre algún riesgo y hay que defenderla, por el bien de la familia (a lo mafioso).
  • Mantis religiosa y Viuda negra: es famoso el comportamiento caníbal de las hembras de estas especies en el momento de la cópula, tras la cual, devora al macho sin ningún miramiento. Lo curioso es que el macho, sabe qué final le espera al intentar dejar su semilla en el interior de la hembra, ya que muchos desarrollan estrategias para intentar sortear su fatal final, pillando a la hembra desprevenida u ocupado cazando (en el caso de las mantis) o envolviendo en hilos de seda a la hembra para dificultar su movimiento, pero eso no les detiene a la hora de querer perpetuar sus genes.tarsie sun-diversnet
  • Tarsero filipino: este animalito es bastante conocido desde que se empezó a tratar en cautividad. Esta situación provoca tal estrés en el animal que en muchos de los casos acaba golpeándose la cabeza contra las paredes y los barrotes o sumergiéndola en el agua hasta quitarse la vida.
  • Hormiga carpintera: esta curiosa hormiga, ante una situación de acorralamiento y amenaza extrema, espera a que el enemigo se acerque y entonces, literalmente, explota. Conocido como Autothysis, estas hormigas detonan dos órganos venenosos que recorren su cuerpo mediante una contracción fuerte de todos sus músculos, reventando estas glándulas y esparciendo su veneno en todas direcciones junto cono otros órganos importantes que le llevan a la muerte.

Y estos son solo algunos de los ejemplos más generales y conocidos, pero hay multitud de casos puntuales en los que grandes grupos acaban con su vida sin un motivo lógico y que aun mantienen desconcertados a los científicos, de vacas que saltan al vacío, o perros que se lanzan al río y mueren ahogados, ballenas que buscan rocas en las que escalabrarse, etc, etc, que vete tú a saber si es verdad o no.

 

¿Qué dice la ciencia?

El si existe o no suicidio en el mundo animal aún sigue siendo un tema controvertido y sin respuesta clara.

Quienes lo rechazan de rotundo, se agarran en que se trata de un comportamiento involuntario (la RAE define suicidio como una acción voluntaria) y, por lo tanto, no existe suicidio, ya que el animal no decide hacerlo, sino que forma parte de su instinto, involuntario. Que llevan a cabo estos comportamientos como respuesta a una situación de estrés o peligro extremo (como pudiera ser el caso del tarsero), y lo comparan con los extraños comportamientos de autolesión que siguen algunos animales y que se cree que les ayudan a superar períodos de estrés, tensión… como las lamidas frenéticas de perros y gatos, o auto-mordiscos en el caso de algunos primates.

También defienden la causa del mimetismo, o imitación del comportamiento de otros individuos de la especie, a los que han visto realizar ese comportamiento, y podría explicar los suicidios en masa o el por qué la mantis y las arañas se aparean sí o sí aunque les cueste la vida.

Por el contrario, existen los que afirman que sí existen el suicidio animal y que afirman que estudiar y comprender este comportamiento en el reino animal podría ayudar a entenderlo mejor en nuestra especie. Esto fue expuesto hace años por el científico Edmund Ramsden de la Universidad de Manchester. Allí, Edmund advirtió del daño que provoca un nivel alto de estrés en la mente, tanto que la autodestrucción pasa a ser una opción válida, no realmente como una opción, sino como parte de su naturaleza. En este caso, no es que el suicidio sea voluntario, sino como una respuesta lógica y natural ante las condiciones extremas del medio y defienden que existen numerosos casos de suicidio en el reino animal.

Además, considera que quien niega el suicidio como algo inherente a la naturaleza lo hacen con el fin de ocultar este hecho a las masas, para evitar un aumento en las tasas de suicidio humano (que todos sabemos lo susceptibles que somos), ya que estaríamos dando una razón más para aquellos que lo estuvieran meditando.

 

Mitos suicidas

Lemmings

Existe el mito de que estos roedores de las tundras y bosques árticos se suicidan en masa arrojándose al mar como parte de un mecanismo de autorregulación de la naturaleza.

Lemmings-Fortean-Times2

La comunidad científica rechaza por completo este mito y da explicaciones a este fenómeno que, por otra parte, no existen pruebas de que exista. Estos animales se desplazan por instinto cuando existe una sobrepoblación del lugar, en busca de nuevas fuentes de recursos y apareamiento sin tener en cuenta los cambios topográficos y climáticos de su ecosistema, tanto naturales como antrópicos, producto de los genes responsables de su sentido de orientación. Además, se da el efecto de mimetismo antes comentado en el que el grupo sigue a los roedores líderes que van a la cabeza del grupo, siguiendo la misma fortuna que éstos.

Un documental de Disney, White wilderness, ganador del Oscar, contribuyó a mantener el mito, en el que aparecían lemmings saltando a un río, siendo esta la única grabación del supuesto suceso y que ha traído cierta controversia, ya que se sospecha la falsedad del vídeo, en primer lugar porque fue rodado en una región en la que no existen poblaciones de dichos animales y, en segundo lugar, se especula que los lemmings fueron comprados y trasladados hasta el lugar de rodaje, para luego ser asustados y empujados hacia un acantilado.

 

Escorpión

Existe la falsa creencia de que los escorpiones, ante una situación de peligro, en especial al encontrarse cercados por el fuego, se pican una y otra vez con su cola para provocarse la muerte y evitar así el dolor de morir quemado. Esta creencia surge del hallazgo de escorpiones que, tras un incendio, han aparecido con su aguijón clavado en su propio cuerpo dando la impresión de haberse suicidado.

Lo que realmente sucede es que las temperaturas altas que genera el fuego causan una importante deshidratación en el cuerpo del animal y la coagulación de las proteínas de su exoesqueleto, provocando un arqueamiento del cuerpo del escorpión, seguido de convulsiones dramáticas que dan la impresión de estar picándose así mismo hasta que, finalmente, muere.

Además, el escorpión sería incapaz de suicidarse porque su aguijón no puede perforar su caparazón y envenenarlo, cosa que ha sido demostrada por el aracnólogo francés Max Vachon.

 

Como vemos, el tema del suicidio en el mundo animal puede dar mucho que pensar y que hablar, pues las explicaciones, tanto en un bando como en otro, son en muchas ocasiones bastante pobres. Los comportamientos en el reino animal no son blancos o negros, sino que son tan (o más) complejos en muchas ocasiones que los de los seres humanos y está más que claro que los animales se estresan, sienten e incluso se entristecen, y esto lo hemos visto en muchas ocasiones con vídeos de perros que “mueren de pena” junto a la tumba de sus dueños o gatos que permanecen junto a su compañero felino atropellado durante días maullando.

¿Y tú qué opinas? ¿Existe el suicidio animal como tal o es solo un comportamiento automático más como puede ser huir o comer cuando la situación lo requiere? Y para acabar, y tras haber reflexionado en sobre si existe o no ese suicido, quiero que le echéis un vistazo a este vídeo y os sorprendáis de cómo a veces la naturaleza sorprende de las maneras más insospechadas.

 Juanjo Jara

25 Comentarios
  • Meritxell
    Publicado el 16:38h, 06 septiembre Responder

    Hola Juanjo, gracias por esta manera de exponer el tema, e invitar a la reflexión, algo útil. Te doy mi opinión. Los asuntos relativos a la vida tienen que valorarse desde su perspectiva. La vida animal es conciencia de grupo, cualquier acción que realice un animal es desde ahí, y de manera más pura a como lo vivimos nosotros, que estamos saliendo de esto, y podemos analizar… Si no llevas la conciencia a la perspectiva grupal no pillas nada. Por ejemplo, las abejas. Un ataque a una de ellas, lo interpreta como un ataque al grupo, pues ella es el grupo, no es una abeja por sí sola. En el comportamiento del movimiento de bancos de peces y enjambres vemos muy claro este asunto, que podemos llamarle si quieres, «campo», pues en el fondo es información lo que se preserva. Esto implica que desde la información de uno llegas a todos, o sea, a la información de especie. La vida no es lo que se preserva…es la información de especie, de ahí que la materia se renueve…lo que se transmite es la información, de ahí la importancia del acto reproductivo. Todo se mueve para esto. Hay que ver! jajaja!
    La mantis seguro que tiene una razón, pero no será personal. Para un animal, el concepto de especie no es algo cognitivo. Tienen un claro sentido del ecosistema como un todo, preservando ese todo por encima de cualquier cuestión individual (es que no hay cuestión individual…) Y además funcionan por el mínimo gasto energético, lo que no sirve, fuera. En cambio, los domésticos, por proximidad con las personas su sentido grupal va cambiando, se acerca más al nuestro.
    No hay lógica observable desde fuera del concepto de campo de estas acciones. Estamos hablando de la vida…hay que entrar en ella para entenderla, desde su lenguaje, que todavía está en nosotros 🙂

    • Gerardo Costea
      Publicado el 01:33h, 07 septiembre Responder

      Pues yo voy a discrepar en algunos aspectos que comentas, Meritxell. No creo que tengamos motivo alguno para presuponer la existencia de una «conciencia de grupo» o cualquier otra cosa por el estilo. La abeja, por ejemplo, su reacción podríamos atribuirla al mero instinto. No es necesario decir que un ataque a ella lo interpreta como un ataque al grupo, posiblemente ni tan siquiera lo interprete. Simplemente reacciona defendiendo al grupo porque está programada para ello. ¿Funcionan igual los peces? Quien sabe, posiblemente. Sin embargo, los peces actúan egoístamente, a diferencia de las abejas. Se agrupan en el banco porque así individualmente tienen más posibilidades de supervivencia, y cada cual intentará buscar el mejor lugar dentro del banco, y cuando venga un tiburón, que se salve quien pueda. En realidad pasa igual con los humanos: individualmente cada uno buscamos nuestro interés, pero si hacemos un análisis del comportamiento de la sociedad, veremos que hay patrones, y que en ocasiones eso que podemos llamar «las masas» actúan de una forma aparentemente ordenada y coherente, aunque los individuos ni se lo cuestionen y actúen irracionalmente, dejándose llevar.
      En cuanto a las razones de la mantis, creo que están bien claras: las mismas que en los seres humanos. Ya sabemos el refrán ese que dice: tiran más dos t***s que dos carretas. Pues a la mantis macho le pasa lo mismo, que está dispuesta a jugarse la cabeza por eso. Y es que los humanos somos animales, y en tanto que lo somos, creo que no hace falta buscar «idiomas secretos» para reinterpretar ciertas cosas. Nosotros nos tenemos por analíticos y racionales, pero en general nos movemos por emociones, de forma irracional… Los otros animales, pues lo mismo, solo que por lo general, encima, no es de esperar que la mayoría de ellos tengan una mínima conciencia de lo que hacen.
      Y por supuesto, no creo que tengan sentido alguno del ecosistema, ni que lo preserven sobre nada. Si una población animal no se ve controlada por la limitación de recursos, las enfermedades o la depredación, crecerá exponencialmente y devastará su ecosistema sin que le preocupe lo más mínimo a ninguno de sus individuos. En eso son como nosotros. No obstante, eso no llega a ocurrir precisamente por lo comentado: depredadores, limitaciones de recursos y enfermedades mantienen las poblaciones a raya. Nosotros hemos vencido todo eso (nos hemos convertido en el superpredador, sorteamos las enfermedades con la medicina moderna y logramos superar la escasez de recursos con agricultura, graneros y otras tecnologías), y claro, así estamos, arrasando ecosistemas. ¿Por qué, porque somos especialitos? No, porque somos como los demás. Sencillamente.

      • Meritxell
        Publicado el 02:06h, 07 septiembre Responder

        Hola Gerardo, veo que no has comprendido lo que he explicado, es un tema de entender los conceptos. Como he explicado, no hay voluntad ni conciencia individual en el reino animal. No hay motivos personales. La conciencia de grupo es como decir conciencia de ecosistema, no lo veas desde la perspectiva con la que tu valorarías las cosas. Interpretas la información desde el aspecto cognitivo únicamente y no hay valoración desde esta percepción en el reino animal puro. En el animal, esta «conciencia» es un acto instintivo que obedece puramente a una leyes que se ven muy claras cuando entiendes lo que es la materia viva. No se necesita ser biólogo para entender la naturaleza…somos ella. A veces valorada desde el análisis se nubla la verdadera percepción de lo que es. Las personas somos animales, racionales, pero todavía funcionamos con ese sentido de grupo, como en el reino animal.
        lo de la mantis lo dices en broma no? En un animal lo que rige es la supervivencia. Los ecosistemas han cambiado por la acción del hombre. Un animal tiene un perfecto sentido de su lugar en él, no con el tipo de sentido que tu o cualquier pensante le das a las cosas. No hay planteamiento de nada, ni pensamiento…emotividad poca, ni sabe cognitivamente… Es un saber innato, instinto. Pero a esto se le llama conciencia de grupo. Y no hemos vencido nada… son «parches». La clave está en que todavía se pierden a la hora de realizar los modelos. No se sabe lo que se necesita saber, la prueba la tienes observando al mundo, Para entender la naturaleza, obsérvala sin conjeturas mentales, como si no supieras nada. Así entenderás lo que digo. Un perro valora su realidad desde su perspectiva perro, un gato lo hace desde su perspectiva gato. El asunto es el mismo. Sal de donde estás… Nos creemos que lo sabemos todo desde la razón y la mente es todavía un bebé, las verdades que percibimos son parciales. Tu eres naturaleza también, no hace falta que te vayas muy lejos 🙂

        • Gerardo Costea
          Publicado el 02:55h, 07 septiembre Responder

          Precisamente lo que digo es que no hay conciencia alguna. Ni de grupo, ni individual ni de ningún tipo. Y en efecto, el animal no se mueve por motivos personales porque no es persona; se mueve impulsivamente, pero se mueve en función de su interés, de lo que dictan sus impulsos particulares e individuales. Por eso hacía la analogía de la mantis. No es la supervivencia lo que rige en un animal, es el instinto, el impulso. Ese «impulso» que arrastra a un macho de mantis a buscar una hembra de mantis guarda similitudes con el impulso que arrastra a un chico a buscar una chica en un bar, si bien los humanos somos conscientes de ello, lo racionalizamos, lo embadurnamos de sutilezas psicológicas y otras historias, pero el impulso instintivo es equivalente.
          Las emociones nuestras que creemos tan humanas, de nuevo son elementos relacionados con los instintos; un gato, un perro, un lobo, etcétera, también pueden alegrarse, enfadarse, entristecerse… son algo primitivo y más próximo del instinto que de la razón. Actúan como individuos como lo hacemos nosotros, aunque ellos no dispongan de una conciencia de individuo.

  • Jay
    Publicado el 17:25h, 06 septiembre Responder

    Muchas gracias Meritxell, me agrada ver que hago a la gente darle vueltas a la cabeza con el tema. De todas formas, que se haga por uno mismo, por el grupo o por mantener la especie es lo de menos, el tema no varía: ponen en peligro su vida e, incluso, acaban con ella tanto para defender al grupo, a su especie, etc como tú dices. ¿Se puede considerar suicido a ese comportamiento?
    Por cierto, parece que ha habido problemas con el artículo porque debería aparecer este vídeo al final y no aparece:
    http://www.youtube.com/watch?v=4xD2AhMBNog

    • Meritxell
      Publicado el 18:15h, 06 septiembre Responder

      Gracias a ti Jay! Aunque mi cabeza siempre está en marcha, me gusta buscar las causas de los eventos! El debate entonces sería si un animal es consciente y toma decisiones, algo propio de expresiones personales, sea para defenderse a sí mismo o al grupo. Evidentemente que no es una decisión, por eso mi explicación se centraba en el modo en que se expresa su conciencia, y a partir de aquí justificar la expresión de sus actos. Considerar un acto de decisión algo hecho desde la conciencia grupal?, sí…claro, pero decisión de grupo. Hay que verlo desde las leyes de la naturaleza, pues es a lo que responden, su «identidad» es grupal. Entonces, como grupo, sus decisiones son leyes de autorregulación del ecosistema…razones que hay que ser esto para entenderlo. No hay cuestionamiento ni decisión, pues no hay opción…La conservación de la especie está por encima, solo es una ley la que actúa. La especie no es algo personal en el reino animal sino grupal. La clave es entender esto. Gracias!

  • Carlos
    Publicado el 22:07h, 06 septiembre Responder

    Muy interesante la entrada!
    Tenéis un premio, por cierto!
    http://dinosaurrenaissance.blogspot.com.es/2013/09/premioooo.html

  • Bitacoras.com
    Publicado el 00:11h, 07 septiembre Responder

    Información Bitacoras.com…
    Valora en Bitacoras.com: Si obviamos el hecho de que el ser humano es un animal más y, clarísimamente, nosotros sí presentamos comportamiento suicida (y más en estas épocas de crisis), la respuesta al título no está tan clara para el resto de animale…..

  • meritxell
    Publicado el 11:55h, 07 septiembre Responder

    Gerardo, hablas de que un animal se mueve por impulsos particulares individuales…por su interés, cuando a la vez lo niegas. Ni tú mismo te aclaras! A ver, para saber cómo funciona un animal debes ser un animal, y lo somos! el mejor libro eres tú mismo pero sin juicios. observa con interés por aprender, y aclara los conceptos. lo que mueve la vida es conservar, pero en un animal, su acción se rige por conservar la especie, incluso más… a partir de aquí, podemos ver comportamientos que parecen individuales, porque es el comportamiento de uno, pero es global. Es de dónde sale ese comportamiento!. un animal sin ser consciente, tiene sentido de ecosistema (no es autoconciencia como sientes tu vale?, míralo como algo más primitivo, grupal)
    Entiendo lo que dices, y veo claro tu perspectiva para pensar así, veo de dónde sale. Si quieres, intenta ver la mía, pero debes quitar condicionamientos.
    Jay! lo que estás disfrutando! 🙂

    • Gerardo Costea
      Publicado el 13:26h, 07 septiembre Responder

      No me contradigo. Los animales se mueven por su propio interés (buscan comida, pareja, lo que sea, guiados por sus impulsos particulares y compitiendo con sus congéneres si es menester) aunque no podamos decir que exista una conciencia de que lo hacen. Sólo en casos de individuos de sociedades coloniales, como las abejas, podríamos ver excepciones, y aún así cabría justificar el interés de la colonia como el interés del insecto, que no reparará en matar si hace falta a cualquier individuo de otra colonia si es oportuno. No veo incompatible que un organismo actúe en función de sus intereses con que no exista una voluntad tal como la entendemos nosotros, una consciencia.
      Y como dice Víctor, nuestras emociones no han surgido de la nada. Son algo heredado. Por eso lo vinculé a los instintos más primitivos; es algo que compartimos con nuestros parientes más próximos, como él comenta. Ellos, como nosotros, reaccionan ante sus emociones: enfado, alegría, tristeza… Dudosamente estas serán tan complejas como alcanzan a serlo las nuestras, pero es difícil negar su existencia.

  • Victor Tagua
    Publicado el 13:14h, 07 septiembre Responder

    Estáis generalizando una cosa y metiendo a todos los animales y su comportamiento, instinto y sentimientos en un mismo grupo como si fueran los mismos para todos. Y creo que eso es un error. Nosotros somos animales y se supone que tenemos sentimientos y por eso nos desmarcamos de los demás y nos creemos especiales. Pero yo no metería en el mismo grupo a los primates, los elefantes (a los mamíferos en general, por poner un ejemplo), con los cefalópodos o con las medusas o los artrópodos. Cada uno tiene un complejo sistema nervioso que les hace comportarse de una forma o de otra. Si nosotros lo tenemos es porque lo hemos heredado de nuestros ancestros, ya sea de los primates, de los mamíferos o de los Cordados así que sigo sin pensar que sea algo exclusivamente humano y lo que nos haga diferenciarnos de ellos. Simplemente es que aun no lo entendemos

  • meritxell
    Publicado el 14:17h, 07 septiembre Responder

    Hola de nuevo. Yo no niego que haya una expresión que parece individual. Es expresión…
    Como dice Víctor, son asuntos que no sabemos así sin más. Son complejos. Estamos analizando hasta donde buenamente llegamos. La cuestión es determinar si un animal cuando se suicida lo hace conscientemente. Es lo que plantea Jay.
    Estamos hablando del valor vida, visto desde la perspectiva humana, cuando se pide que se valore desde la perspectiva animal. Es un tema general, nos vamos arriba…no a lo particular. Si ya nosotros no tenemos todavía la facultad de valorar esto, imaginad los animales. Es que no hay valoración! Entonces qué es lo que mueve este acto? La vida es valor máximo, y lo expresamos individualmente, porque ese sentido se expresa en cada uno. Pero en el fondo hay que ir a buscar este asunto más arriba para intentarlo definir. El instinto de supervivencia es esto, y no se origina individualmente, no lo crea el propio animal. Es esta «conciencia de grupo» o sentido de grupo. No es la conciencia individual que conocemos. El valor de la vida y la muerte cuando en enfoque (inconsciente) es hacia la especie o reino, es diferente. Cuando te rascas, mueren células, y no pasa nada, pues no te has cargado el generador, no destruyes lo que realmente importa. Son temas relativos a la existencia…complejos, que debemos darle tiempo Gracias 🙂

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    Publicado el 01:11h, 03 agosto Responder

    Buenas tardes, me llamo Raúl y quiero hacer una tesis sobre este tema. Veo que varios aquí son conocedores, por lo que les pido de favor si me pueden pasar algunos links o PDFs sobre esto, entre más académico mejor.
    Gracias.

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  • Nas
    Publicado el 13:14h, 23 julio Responder

    Mi loro tras veintinueve años de vida se suicidó, golpeó su pico contra su jaula hasta que lo logró, ya lo había intentado una vez antes pero lo estuvimos.
    El salía de la jaula y entraba cuando quería, comía muy bien, era bullicioso y su plumaje estaba más colorido cada vez. No parecía estar enfermo.
    No hubo nada extraño el día en que se mato, espero a estar solo para golpearse.
    Realmente en nuestra familia estamos muy tristes y nos pone muy mal pensar que él estaba deprimido o estresado y no nos dimos cuenta. Pero es que no mostraba rasgos de estar pasándolo mal.
    Quería preguntar si alguno sabe de algún caso similar o alguna información que nos ayude a entender lo que sucedió.

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