Una cacerola llena de sorpresas

Cangrejo cacerola, cangrejo de herradura o cacerola de las Molucas son algunos de los nombres con los que se ha apodado a este curioso animal. Sin embargo, además de dar lugar a confusiones (no es un crustáceo, y mucho menos un cangrejo), ninguno de los múltiples nombres hace justicia a su enorme singularidad. En esta entrada pretendo daros a conocer las peculiaridades, algunas incluso de utilidad para el ser humano, de estos animales que, para variar, sufren declive poblacional y destrucción del hábitat.

Árbol filogenético más actualizado de los quelicerados. Fuente: ScienceDirect

Como fácilmente se puede adivinar, el cangrejo cacerola pertenece al grupo de los artrópodos, pero si ahora mismo os pregunto a qué subgrupo de ellos pertenece, muchos no sabríais qué decirme, me diríais un grupo erróneo, o me señalaríais que no es un crustáceo porque os lo he dicho en el párrafo anterior (algo es algo). Todo eso a no ser que tengáis conocimientos básicos de zoología, claro. Bien, pues se trata de un quelicerado (subfilo Chelicerata), grupo del que forman parte junto con, por ejemplo, arañas, ácaros, escorpiones, picnogónidos y algunos grupos ya extintos. Dado que las relaciones filogenéticas entre los distintos grupos de quelicerados no son del todo claras y no es el propósito de la entrada debatir sobre los múltiples posibles árboles filogenéticos, simplemente os señalaré que pertenece a la clase Merostomados (Merostomata), al orden Xifosuros (Xiphosurida) y a la familia de los Limúlidos (Limulidae).

Ahora bien, hay algo de ambigüedad, y es que sus nombres coloquiales se utilizan tanto para abarcar a todos los descendientes de esta rama del árbol evolutivo como para referirse a solo una especie en concreto (normalmente Limulus polyphemus, que es la más conocida), y es frecuente hablar de estos animales como fósiles vivientes, lo cual puede dar lugar a confusiones. Generalmente se llama cangrejos cacerola a todos los animales pertenecientes a la familia de los limúlidos, cuya linea evolutiva divergió de las cercanas hace unos 450 millones de años, y aquí es donde puede darse el error, porque mientras el esquema corporal sí que es cierto que apenas ha variado desde el Silúrico (por qué va a hacerlo si está bien adaptado al nicho ecológico que ocupa), las especies actuales, que son 4 (Carcinoscorpius rotundicauda, Limulus polyphemus, Tachypleus gigas y Tachypleus tridentatus) son bastante recientes. Por lo tanto, podemos hablar del grupo como fósil viviente, pero sería un error considerar a las actuales especies como reliquias de tiempos pasados

Área de distribución de las cuatro especies de cangrejo cacerola.

Como en todos los quelicerados, su cuerpo está dividido en dos partes, el prosoma (anterior) y el opistosoma (posterior).

Fijaos en que en ningún quelicerado que conozcáis es posible señalar una región corporal que corresponda a la cabeza (tampoco tienen antenas), sino que lo que sería la región cefálica y la parte anterior del cuerpo forman un todo. La parte superior del prosoma forma un escudo duro con aspecto de herradura sobre el que se asientan dos ojos compuestos laterales y cinco sencillos en distintas partes de la caperuza, mientras que el opistosoma presenta seis pequeñas expansiones laterales en forma de espinas y un telson alargado y articulado en la base en el que aparecen unos pequeños fotorreceptores que ayudan al cerebro a mantener los ritmos circadianos (del día y la noche). Ventralmente, en el prosoma tiene otro par de ojos sencillos cerca de la boca y seis pares de apéndices: un primer par, los quelíceros (apéndices exclusivos de los quelicerados) y cinco pares de patas marchadoras, todas con pinzas en su extremo excepto el último par así como el segundo en los machos, que tiene forma de garfio para agarrarse a la hembra en el momento de la reproducción. En la cara inferior del opistosoma se encuentran otros seis pares de apéndices muy distintos de los del prosoma: el primer par está fusionado sobre los gonoporos y forma el opérculo genital, y los últimos 5 están muy modificados y constituyen las branquias en libro, con las que respira.

¡A comer!

El cangrejo cacerola es un animal bentónico de fondos arenosos que vive en aguas poco profundas, por donde se desplaza reptando, excavando, o más raramente nadando boca arriba a pocos metros del fondo. Presenta un método poco común de alimentación: cuando captura el alimento con los quelíceros (generalmente invertebrados), lo lleva hacia las gnatocoxas, una zona rugosa y erizada de la base de las patas, donde tritura el alimento con el movimiento de las mismas mientras se mueve, pues carece de mandíbulas. Una vez esté molido, lleva el alimento a la boca, que pasará por una molleja llena de arena y grava donde será completada la trituración. 

Son animales de longevidad relativamente alta (pueden vivir más de 20 años) que llegan a alcanzar longitudes de más de 60 cm en el caso de Limulus polyphemus. La madurez sexual llega en torno a los 9 años, dependiendo de la especie y el sexo (los machos maduran antes), y en el momento de la reproducción, a finales de la primavera, salen en masa a la playa, con los machos agarrando a las hembras por el opistosoma. Las hembras excavan pequeños agujeros en la arena, en donde ponen los huevos, y los machos agarrados a ellas, y en muchos casos algunos otros machos satélite, los fecundan inmediatamente después. A los 14 días, los huevos eclosionarán y saldrán pequeñas larvas «trilobite».

Las hembras humanas no son las únicas que sufren acoso cuando salen de fiesta.

Su hemolinfa, que es el líquido circulatorio de los artrópodos y otros invertebrados, se utiliza en la industria farmacéutica para asegurarse de que los dispositivos médicos, vacunas y fármacos estén libres de bacterias y toxinas. En concreto, lo que se utiliza es un extracto, el LAL (Limulus Amebocyte Lysate), que básicamente es un lisado acuoso de amebocitos, células de apariencia similar a las amebas que se encargan de la defensa del organismo frente a patógenos. La prueba más sencilla y fiable, aunque menos fina, consiste en hacer funcionar al extracto de forma similar como lo hace en los xifosuros por el método de gelificación; se aplica el test al producto a analizar en un tubo de ensayo, y si el LAL si se encuentra con endotoxinas de bacterias gram negativas, se genera una cascada enzimática que da como resultado un coágulo insoluble entorno a ellas fácilmente detectable. Es cierto que solo detecta presencia de este tipo de bacterias, pero los microorganismos patógenos más comunes son, con diferencia, de este tipo.

Reacción en cascada del LAL frente a endotoxinas y β(1-3)-glucanas bacterianas. Fuente: Revista Cubana de Farmacia

Además, en la Estación Espacial Internacional se ha probado este dispositivo para el diagnóstico de enfermedades, y se están descubriendo y desarrollando nuevos componentes con posibles aplicaciones biomédicas, como un test para infecciones fúngicas, antibióticos y anticancerígenos. El problema es que para recolectar muestras de sangre cada año se recogen miles de estos animales, a los que se les extrae hasta un 30% de su volumen de hemolinfa, con una mortalidad de entre el 3 y el 15%, aunque actualmente se está trabajando en conseguir los mismos componentes de forma sintética.

Así se «ordeña» a los cangrejos cacerola.

Os habrá llamado la atención el color azul de su hemolinfa. Este color es debido a que poseen hemocianina para transportar el oxígeno, que tiene cobre en su centro activo, al contrario que la hemoglobina, que tiene hierro. Es una característica que también poseen otros animales, como los cefalópodos.

Qué opináis, ¿Os parece bien esto de la recolección y el ordeño de un animal cuyo número decrece lenta pero constantemente para salvar vidas humanas?

Alberto M. Gándara

Bibliografía:

The Horseshoe Crab

Asturnatura

Bioweb

Ensayo de LAL 

World Register of Marine Species

Invertebrados. Brusca and Brusca.

Esta entrada participa en la XIX Edición del Carnaval de Biología, organizado por La Fila De Atrás. 

 

10 Comentarios
  • Oscar
    Publicado el 10:26h, 27 diciembre Responder

    Alberto, muy buen apunte el de llamar grupo fósil pero no especies fósiles ni organismos fósiles. Mucha gente está equivocada a este respecto y sucede exactamente igual con los cocodrilos, libélulas, esturiones, etc. Un modelo de funcionamiento antiguo no significa que estas especies no hayan cambiado y evolucionado desde hace millones de años.
    Por otra parte y respecto a tu pregunta, obviamente deberíamos de tender a utilizar otros métodos en lugar de ordeñar la Hemolinfa de estos animales, no creo que sea algo cuestionable. Sin embargo el uso que se hace de ella va mas allá del uso clínico. Se utiliza muchísimo en investigación por tener unas características sésiles muy buenas pero… y si modificamos alguno de estos organismos para criarlos en cautividad y no tener que cazarlos? modificarlos en el sentido de poder hacer cultivos con sus células en lugar de tener que extraerlas cada vez, como se hace con algunos cultivos de células tumorales humanas o de ratones y monos.
    Muy buena entrada, me ha gustado mucho.

    • albertomgandara
      Publicado el 20:07h, 27 diciembre Responder

      Me alegro de que te haya gustado. Lo de la experimentación, pues sí, no me hace mucha gracia que los anden explotando, preferiría otra alternativa como bien dices, aunque mientras no haya, no queda otra opción… Otra cosa es que se esté buscando, que deberían, o pasen. Por otro lado, las farmacéuticas que los ordeñan ponen mucho dinero para su conservación, miedo me da pensar en qué pasaría si este aprovechamiento cesa…

      • Iago
        Publicado el 19:14h, 02 enero Responder

        Muy interesante, no conocía sus aplicaciones médicas. Está bien poner ejemplos a la gente para que se de cuenta de que conservar la biodiversidad es importante, y que afecta al ser humano de manera directa, más de lo que uno suele pensar.
        Como curiosidad añadiré que el color azul que da el cobre es algo que se ve normalmente en otras circunstancias. Por ejemplo, en monedas o estatuas de bronce que estén oxidadas. Igual que el hierro da un color rojo al oxidarse, el cobre lo da azul.

  • Pingback:Una Cacerola llena de sorpresas
    Publicado el 15:11h, 27 diciembre Responder

    […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos   Una Cacerola llena de sorpresas http://www.hablandodeciencia.com/articulos/2012/12/27/cangrejo-c…  por queremos_ciencia hace […]

  • Cabezón
    Publicado el 15:30h, 27 diciembre Responder

    ¿Tiene algo que ver con los trilobites?

    • Victor Tagua
      Publicado el 17:04h, 27 diciembre Responder

      No, son más parecido a arañas y escorpiones que a los trilobites. Puede estar tan emparentado con los trilobites como con las gambas o cucarachas, aunque se parezcan muchos y mantengan ese diseño primitivo.

    • albertomgandara
      Publicado el 20:10h, 27 diciembre Responder

      Ya lo ha dicho todo Víctor 🙂
      Eso sí, hay una teoría según la cual los quelicerados descienden de trilobites bentónicos, pero no sé hasta que punto está aceptada.

  • Skeirhal Lontriver
    Publicado el 10:40h, 29 diciembre Responder

    Me ha parecido una entrada muy buena, muy interesante y, sobre todo, muy humana, en el sentido de que estás a favor del cuidado de la Biodiversidad, esa que estamos perdiendo lenta pero inexorablemente.
    La idea de crear un organismo modificado genéticamente sería la solución mas acertada. Sin embargo, nada en Ciencia se escapa de las cuestiones morales, aunque no me voy a meter en ese aspecto porque es sumamente complejo y complicado.
    Que quede directamente establecida la misma pregunta, con diferentes palabras: ¿es naturalmente lícito abusar de estos organismos para inminentes mejoras humanas que, sin embargo y creo que probablemente, estarán en manos de los que puedan permitírselo? Porque esto ya ha pasado más veces: dejar fuera del público a poblaciones de las que chupan las grandes potencias…
    Aunque bueno, entraríamos de nuevo en temas morales que además se alejan del fin último de tu entrada.
    Muy buena, lo repito.

  • luishernandez
    Publicado el 17:59h, 29 diciembre Responder

    Me ha gustado mucho el post, los xifosuros me parecen muy interesantes, me encantaría verlos en la bahía de Denver, tengo entendido que es todo un espectáculo

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