El meme del meme

Desde que Richard Dawkins propuso el concepto en El gen egoísta (1976), el meme se ha convertido en un meme de sí mismo. Se suele definir meme como una unidad de información heredable por aprendizaje, imitación, adoctrinamiento y otros mecanismos de orden cultural, en contraposición con los genes, que se transmiten biológicamente. Con la hipótesis del meme, Dawkins no pretende construir una teoría cultural completa, equivalente a la genética en biología, sino más bien busca aplicar el darwinismo universal (la extensión del darwinismo fuera de las fronteras de la biología evolutiva) en el ámbito de la evolución cultural. Paralelamente, otros autores llegaron a bosquejar algo similar a los memes como los culturgenes de E. O. Wilson y Charles J. Lumsden, que otorgan mucho más énfasis al aspecto coevolutivo entre genes y elementos culturales. Tras la popularización de los culturgenes en GenesMind, and CultureThe Coevolutionary Process (1981) y a pesar de la sofisticación que llegó a tener la idea con posteriores desarrollos, el meme del meme finalmente se volvió hegemónico en la contienda entre las mejores hipótesis evolucionistas sobre el cambio cultural. Realmente, tanto los memes como los culturgenes son redescripciones del concepto de rasgos culturales clásico con el que ha trabajado la antropología, aunque a la luz de la teoría de la evolución por selección natural y la genética contemporáneas.

No es difícil pensar qué es o puede ser un meme en la vida cotidiana. Una canción pegadiza que no podemos quitarnos de la cabeza, ritos religiosos específicos que nos enseñan desde pequeños,  modas contagiosas, costumbres tradicionales, himnos, vídeos virales de Internet, hábitos, eslóganes publicitarios, pautas de comportamiento y demás son buenos especímenes de memes. A veces los memes, como en el caso del origami (o papiroflexia), representan un conjunto de instrucciones para producir algo (o sea, una especie de algoritmo), como el número de pliegues y la forma especial de doblar una hoja de papel para crear la figura de una grulla o una estrella.

 

Sin embargo, la copia de memes entre cerebros no siempre es perfecta. Es incluso más problemática, ambigua y caprichosa que la copia genética. Siempre acaban penetrando errores e imperfecciones graduales, que se suman al propio meme o lo modifican. En El gen egoísta Dawkins comenta al respecto la transformación que sufrió el estribillo de  la canción patriótica británica Rule, Britannia! En su versión original más popular, basada en un poema del escocés James Thompson, el verso más importante es así:

Rule, Britannia! Britannia, rule the waves.

Pero con el tiempo se produjo una mutación y la gente comenzó a cantarla de este modo:

Rule, Britannia! Britannia, rules the waves.

Probablemente por comodidad y familiaridad, rules (indicativo) predominó sobre rule (imperativo). Sería un ejemplo de mutación mémica exitosa. Así también debido, entre otros parámetros, a la suma de imperfecciones o cambios, intencionales o no, en el proceso de copia, el léxico de los lenguajes varía con el tiempo, ya sea por economía lingüística, por la creación de nuevas palabras, por la inclusión de neologismos o por meras arbitrariedades de la contingencia.

Los memes y los conjuntos de memes (memeplexes) son contagiosos, aunque algunos son más contagiosos que otros. Hay cierto debate sobre si los memes actuarían, en su propagación a los cerebros, como genes o más bien como virus. Algunos autores creen que los memeplexes más víricos y peligrosos (como los que promocionarían las sectas destructivas) serían similares al hongo Ophiocordyceps unilateralis: controlarían las mentes de los individuos con el objetivo de propagar el mayor número de copias de sí mismos, incluso si en el proceso la integridad física de los sujetos parasitados (los memoides) o la de otros es lastimada o aniquilada. Por lo demás, los memeplexes podrían constar de una suerte de memes reforzadores que hagan posible y más fiable la transmisión de otros memes a otros cerebros. Por ejemplo, el temor al fuego eterno propio de algunas religiones organizadas.

La disciplina o el programa de investigación que se encargaría de analizar los memes se denomina memética. Algunos autores, como la socióloga Marion Blute aquí, definen la memética como el estudio científico de los memes. Más que por el mismo Dawkins, este campo ha sido desarrollado por Susan Blackmore (La máquina de los memes), Rober Aunger (El meme eléctrico), Daniel Dennett (La peligrosa idea de Darwin) y otros. Aunque la memética conoció cierto auge gracias a los papers de la publicación online Journal of Memeticsel número 9 (del 2005) fue el último y los defensores de la memética se han dispersado y hoy por hoy, que se sepa, no publican en conjunto.

Lo cierto es que parece que la memética adolece de ciertos defectos. En primer lugar, no está totalmente clara la naturaleza de su objeto de estudio. ¿Qué es un meme? ¿Cuáles son sus límites? ¿Dónde acaba un meme y empieza otro? ¿Cómo se relacionan entre sí? Incluso el propio Dawkins tenía sus dudas:

«¿Existen los memes sólo en el cerebro? ¿O es todo papel copiado o electrónicamente copiado de, digamos, un panfleto humorístico, también merecedor de llamarse meme?»

Daniel Dennett ha comparado la existencia de los memes con la de las palabras o los bits. Sería un error, según él, reducir las palabras a sonidos articulados por el habla o manchas escritas en un papel. Lo mismo ocurriría con los memes. Tanto las palabras, como los bits y los memes tienen en común su carácter de unidades de información. También los rasgos culturales clásicos de la antropología son información. Sin embargo, en la memética hay una serie de analogías fundadas en términos extrapolados de la biología que podrían ser correctas o no: el acervo mémico (como el acervo génico), o el cúmulo total de memes y memeplexes de una población y cultura; selección mémica (como la selección natural), o la lucha entre memes y memeplexes para replicarse de la manera más fiel el mayor número de veces, en la que participan muchos más memes de los que acaban triunfando (algunos incluso no consiguen ser copiados y son olvidados, lo que equivale literalmente a su extinción). Pero, ¿están estas analogías verdaderamente fundadas? ¿Los rasgos culturales funcionan así realmente o la memética es metafórica? En cualquier caso, intentar medir los memes con técnicas de neuroimagen quizá pueda solucionar el obstáculo que supone la inexactitud de su definición. O no. La noción de meme a veces recuerda a los genes (cuya definición toma como base de El gen egoísta el propio Dawkins) de George C. Williams, que son genes abstractos (replicadores) y no necesariamente se corresponden con los genes específicos de la biología molecular.

A pesar de que la memética no está pasando por un momento demasiado fecundo y productivo, el meme del meme y sobre todo los famosos memes de Internet parecen haber infectado a innumerables mentes con notable eficacia. Los memes de Internet son muy variados y entre ellos podemos citar auténticos fenómenos de la red como el episodio del ¿Por qué no te callas?, los vídeos de la escena del búnker de la película El hundimiento con subtítulos humorísticos, los Chuck Norris facts, los errores de los famosos en Twitter (aquíaquí), los memes particulares usados en viñetas de humor y toda una constelación infinita. El meme del meme goza de mejor salud que nunca y es conocido por todo avezado navegante de la red de redes.

Paulo Hernández.

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8 Comentarios
  • anibalbueno
    Publicado el 12:45h, 03 noviembre Responder

    Paulo gracias por este artículo tan ilustrativo. Me apasiona este tema filosofico-cultural. Me gusta la teoría de Dawkins en su conjunto y la de la memética en concreto. Hace mucho que leí ese capítulo de El gen egoísta y no recordaba los detalles. Me ha agradado leer este Estado del arte. Un saludo.

    • paulohernandez
      Publicado el 18:29h, 03 noviembre Responder

      Muchas gracias, Aníbal. La hipótesis de los memes y todas sus variantes (aquí he resumido un poco el asunto) dan para hablar muchísimo. Es un tema muy interesante.
      Un saludo.

  • aza
    Publicado el 18:57h, 03 noviembre Responder

    Genial, ahora me dio intriga por la memética, que características harán de una meme exitosa? cuales serán contraproducentes? cuales le permiten mejorar o mantenerse inmutable mientras se esparce? que armas tienen para luchar con otras memes? Es un tema que da para mucha investigación 😀

  • agua
    Publicado el 07:48h, 25 noviembre Responder

    Muy buena reseña, no se si alguien hay tratado de relacionar los memes con el tema de la memoria, saludos

  • Tienda Ofertas
    Publicado el 17:15h, 26 junio Responder

    gracias por el resumen le has puesto empeño eh!
    Si la memética esta siendo muy utilizada mas que todo en expresiones de las personas y tambien en las viñetas comicas la verdad no me canso de verlas jajaja siempre me hacen reir. Saludos.

  • Tienda Ofertas
    Publicado el 19:11h, 28 junio Responder

    Mi más sinceras gracias por su reseña, muy bien estructurada con una escritura de excelente coherencia.

  • Pingback:Historia de los emoticonos :-) | Ostias Como Panes
    Publicado el 18:33h, 20 septiembre Responder

    […] a través de emails que los usuarios ya habituales de los emoticonos enviaban) y rápidamente el meme caló entre los investigadores que disponían de conexión de red y un ordenador en aquella […]

  • Kike Maqueda
    Publicado el 09:50h, 28 septiembre Responder

    Interesante tema el de los memes. Para saber mas he hecho un trabajo un poco mas extenso sobre el tema, que podeis encontrar aqui http://mifilosofiacasera.blogspot.be/2012/09/darwinismo-universal-del-gen-al-meme-y.html

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