El tercer ojo

1259788691774_fSeguro que de pequeños todos hemos hecho la típica broma de cuatrojos capitán de los piojos o de que tenemos tres ojos (y uno no está en la cara)… ¿Pero y si realmente tuviéramos tres ojos en la cabeza? Porque señores, en algunos vertebrados existen tres ojos aunque uno no sea realmente un ojo funcional y no sirva para ver en tres dimensiones, pero tiene otras funciones. Este órgano se llama ojo parietal, ojo pineal, órgano parietal o tercer ojo y está asociado a la glándula pineal o epífisis. La epífisis es sensible a la luz y regula el ritmo circadiano, como el del sueño y la vigilia, a través de la secreción de melatonina.

 

En los vertebrados ectotermos (es decir, peces, anfibios y reptiles), la epífisis está formada por tejido glandular y un órgano sensorial fotorreceptor, relacionados con respuestas en pigmentación y con los ritmos biológicos que dependen de la luz y la oscuridad. Los ritmos circadianos (autogenerados o endógenos)  tienen una duración aproximada de 24 horas y actúan como relojes biológicos para muchos procesos biológicos que siguen un patrón regular.

 

Foto de la tuatara (Sphenodon punctatum

En las lampreas, muchos anfibios, lagartos y en la tuatara, así como en ciertos peces como el atún y algunos tiburones, el órgano fotorreceptor mediano está bien desarrollado, y presenta unas estructuras análogas al cristalino y la córnea de los órganos normales, motivo por el cual en algunas ocasiones se denomina “tercer ojo” pero está cubierto por la piel y no es muy apreciable. En las aves y mamíferos, el complejo pineal ha evolucionado hasta formar una estructura totalmente glandular, denominada glándula pineal o epífisis. La epífisis produce la hormona melatonina, cuya secreción está muy relacionada con la exposición a la luz. Su producción es pequeña durante el día y muy alta durante la noche. En mamíferos, la epífisis ha perdido la mayor parte de su capacidad de control de los ritmos circadianos, tarea que ha asumido una parte del hipotálamo, denominada núcleo supraquiasmático, aunque la epífisis sigue produciendo melatonina durante la noche reforzando los ritmos circadianos que controla el núcleo supraquiasmático.

 

En los mamíferos en que los ritmos reproductores estacionales están regulados por el fotoperíodo, la melatonina tiene un papel fundamental en la regulación de la actividad de las gónadas u órganos productores de gametos (células reproductoras). En los mamíferos que se reproducen cuando los días son largos, la poca estimulación debida a la luz durante los días cortos de otoño causa un aumento en la secreción de melatonina, que inhibe la síntesis y secreción de hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), interrumpiendo las actividades reproductoras durante los meses de invierno. Los largos días de primavera provocan el efecto contrario y se reanuda la actividad reproductora. Por el contrario, en los animales que se reproducen cuando los días son cortos, se ven estimulados por la reducida duración de los días en otoño, aumenta la melatonina, que esta vez estimula las actividades reproductoras en vez de inhibirlas.

 

En humanos, la secreción de melatonina ha sido relacionada con irregularidades en el sueño y el apetito, conocidas como enfermedades afectivas estacionales (SAD). Algunas personas que viven en zonas muy al norte, donde los días en invierno son muy cortos, tienen una elevada producción de melatonina y suelen estar abatidas durante el invierno, pasan mucho tiempo durmiendo y pueden entrar en periodos en los que tienen un gran apetito. En muchos casos, estos trastornos invernales pueden tratarse con lámparas solares que emiten todo el espectro luminoso, provocando que disminuya la producción de melatonina por parte de la epífisis.

 Víctor Tagua

 

Bibliografía

Cleveland P. Hickman. Principios  integrales de Zoología. Ed. McGraw-Hill

 

10 Comentarios
  • Hermes
    Publicado el 10:54h, 16 febrero Responder

    Buenas, genial entrada, pero cada vez que leo algo sobre bioquimica, y viendo los resultados que producen en nuestros cuerpos los medicamentos y estimulos externos ,siempre me surge la misma pregunta:
    ¿Que es lo que nos cura, el medicamento o nuestro propio organismo al obtener ordenes del estimulo o medicamento? a lo mejor es que lo entendido mal , pero al final de la cadena ,¿no es el cuerpo el que segrega los quimicos que actuan en nuestro organismo?,son preguntas que me inquietan mientras leo entradas tan interesantes como esta. gracias.

    • Victor Tagua
      Publicado el 11:38h, 16 febrero Responder

      Hola Hermes
      Pues la verdad es que tengo poca idea de farmacología o medicina así que poco te puedo decir. Por lo que yo entiendo o puedo suponer, hay diferentes tipos de medicamentos con distintas funciones que pueden hacer distintas cosas. Por ejemplo, algunos bloquean los receptores del dolor, otros los de la histamina, otros a aumentar la producción de diversas sustancias… Otros ayudarán a que se restablezca el equilibrio cuando algún proceso está desregulado y así poco a poco bajando la dosis llega el momento en que el cuerpo lo hace sólo y se puede eliminar el tratamiento.
      Aver si algún médico o farmacéutico nos puede ayudar con esta cuestión

    • Cabezón
      Publicado el 12:31h, 16 febrero Responder

      Yo diría que la respuesta es «las dos» o «depende». Conforme vamos conociendo más y mejor la bioquímica corporal, se pueden diseñar medicamentos que actúen de una forma más adecuada y específica. Primero hay que conocer el mal lo mejor posible y luego buscar una cura que tenga el menor número de efectos negativos. Ese es el problema de la mayoría de medicamentos que actúan como elefante en cacharrería. Muchas veces curan el problema, pero a cambio desarreglan otros órganos, como el hígado, el estómago o los riñones.
      Y otros supuestos medicamentos en realidad no hacen nada, pero estimulan los procesos curativos del cuerpo, con lo que también sirven de algo. Es lo que llaman el efecto placebo.

  • Bitacoras.com
    Publicado el 22:06h, 16 febrero Responder

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  • Casimiro Jesús
    Publicado el 10:52h, 17 febrero Responder

    En los vertebrados ectodermos (es decir, peces, anfibios y reptiles). Supongo que te refieres a ectotermos.

    • Victor Tagua
      Publicado el 11:29h, 17 febrero Responder

      Efectivamente son ectotermos, que se me corrigió con el corrector y se me pasó después.
      Aunque ectotermo/endotermo no es una clasificación que guste mucho ya que la veo muy artificial al igual que vertebrados/invertebrados o el grupo de los peces.
      Gracias por la corrección.

  • Casimiro Jesús
    Publicado el 11:04h, 17 febrero Responder

    Creo que la producción de melatonina mejora el estado de ánimo y no al revés, como parece que se deduce de la lectura de esta entrada. Por eso se han puesto de moda tomar preparados de melatonina, aunque dudo que tengan valor terapéutico.Seguiré investigando en la bibliografía.

    • Victor Tagua
      Publicado el 14:06h, 17 febrero Responder

      Casimiro, yo todo lo que he leído de la melatonina y hablado con amigos que trabajan en ritmo circadiano y sueño es que se produce por la noche y produce los efectos descritos en el artículo. Más no sé, pero puedo intentar buscar algo. Leyendo ahora la wikipedia, confirma todo lo que he escrito y añade más cosas, pero como siempre, la wikipedia no es infalible.

  • Casimiro Jesús
    Publicado el 21:01h, 17 febrero Responder

    http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/druginfo/natural/940.html
    Parece que es ineficaz contra la depresión, pero disminuye la ansiedad. Supongo que lo que ocurre es un efecto indirecto: Más melatonina, mejor sueño, buen descanso y mejor estado de ánimo.
    Gracias.

  • Sergio
    Publicado el 17:46h, 10 junio Responder

    Me ha parecido muy interesante y estoy de acuerdo contigo. Durante el pasado invierno estuve viviendo en Estocolmo, donde solo había 6 horas de luz solar en el mes de diciembre. Seguro que tendría que tener los niveles de melatonina muy elevados, porque notaba ese cansancio que describes. Enhorabuena! Un saludo

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