Introducción al concepto de sostenibilidad

Desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de atender a sus propias necesidades, éste es el concepto que se definió en la Comisión de Brundtland de 1987, y que hoy por hoy, es el más extendido y reconocible del desarrollo sostenible.

Es un concepto complejo o confuso, porque puede tener muchos significados, lo que lleva a profundos debates en torno al mismo. La sostenibilidad engloba al agua, recursos naturales, energía, salud, etc., y también, y lo que es más importante, a las decisiones sobre acciones futuras de los que dirigen el mundo.

Algunos especialistas en medio ambiente no ven con buenos ojos el concepto de desarrollo sostenible, porque piensan que es una contradicción en sí mismo. Plantean que la palabra desarrollo implica crecimiento, y que las políticas de crecimiento y agotamiento de recursos no pueden ser sostenibles, pues los recursos tienen una capacidad de carga finita. Por ejemplo, muchas de los recursos energéticos que consumimos actualmente, como el carbón, el gas o el petróleo, se utilizan a un ritmo muy superior al de su reposición por la naturaleza, lo que hace que poco a poco se vayan perdiendo sus reservas hasta agotarse. Estos especialistas opinan que este término no es más que un recurso de las empresas para demostrar que el capitalismo es favorable al medio ambiente.

Otros expertos, creen que la prosperidad económica y el crecimiento de un país son compatibles con la sostenibilidad. Hay que tener en cuenta que sin un medio ambiente “sano” no podrá haber una economía “sana” por lo que cualquier tipo de crecimiento económico tendrá que tener en cuenta los límites que pone la naturaleza. Esto con el actual modelo económico no pasa, por eso encontramos en las noticias conceptos como techo del petróleo refiriéndose a que a la hora de extraerse éste, se piensa en un stock que se vende, restando los costes de sacarlo a los beneficios de la venta, sin tener en cuenta el proceso natural, su concentración en la tierra, su tiempo de renovación (en el caso del petróleo son millones de años) y ni por supuesto el coste natural, es decir, el coste monetario que resulta de dañar al medio por su extracción y uso.

Es en la economía ecológica (EE) dónde se intentan dar solución al modelo productivo actual, estructurando el subsistema económico y social dentro de los límites del sistema biosfera, siendo entendida ésta como los recursos naturales, los flujos de materia y energía y los ecosistemas. La EE estudia las relaciones entre el sistema natural y estos subsistemas, incluyendo los conflictos que surgen entre el crecimiento económico y los límites físicos y biológicos que impone el ecosistema. Para entender esto último sólo hace falta pensar en la explotación pesquera actual, en ella vemos como se extraen peces sin tener en cuenta que viven dentro de un ecosistema y que éste necesita de un tiempo de renovación para volver a su estado natural sin perder sus características y así poder seguir brindándonos de más peces. Es decir, a la hora de llevar a cabo una actividad económica que repercute en la naturaleza (todas lo hacen) debemos tener en cuenta que es un sistema natural con unas características concretas, y que si queremos seguir disfrutando de ellas debemos comprenderlas y respetarlas.

Por tanto, sintiéndote más a favor de una postura o de otra, lo que sí es cierto, es que hagamos lo que hagamos, produzcamos lo que produzcamos, debemos darle el valor que se merece a la naturaleza, a los recursos y a los ecosistemas, porque si no le damos ese valor, seguiremos pensando que el medio es inagotable, y eso amigos, no es sostenibilidad.

Enrique Estrela

6 Comentarios
  • Alejandro Ahumada
    Publicado el 14:25h, 19 septiembre Responder

    Interesante artículo considerando que ya hay en España un partido político que tiene estos fundamentos:
    http://www.equova.org/sus-crisis-nuestras-propuestas/

  • enriqueestrela
    Publicado el 09:01h, 26 septiembre Responder

    supongo que te refieres a Equo, no? es el más afin a los fundamentos de la economía ecológica, pero si seguimos dentro de este sistema, a mi parecer, no se lograrán sus objetivos.

  • Simplicisimus
    Publicado el 10:08h, 08 diciembre Responder

    Buen artículo. Se me había pasado. Me alegra que Hablando de Ciencia siga en esta onda. Es un remanso de reflexión ecológica entre tanto tecnoentusiamo y desarrollismo. Si sigues en esta línea comenzarán a llamarte ecologista, lo que para algunos es un insulto y, para otros, como yo, es un honor… siempre que se sustente en la racionalidad y en una base científica y ética.

    • enriqueestrela
      Publicado el 17:35h, 09 diciembre Responder

      Me siento ecologista de corazón, pero ecólogo de cabeza. No es ningún insulto, es un alago por supuesto 😀
      Me alegro que te guste el artículo, seguiré en esta línea, por supuesto.

  • Pingback:El decrecimiento y otras formas de relacionarse con el mundo | Hablando de Ciencia
    Publicado el 09:18h, 14 febrero Responder

    […] mi primer artículo para hablando de ciencia, en el que comentaba las diferentes posturas frente al desarrollo sostenible, ya salían aires similares a los que plantea Serge. En éste dije que algunos especialistas en […]

  • Pingback:Desde la Revolución industrial hasta el Desarrollo Sostenible | Hablando de Ciencia | Artículos
    Publicado el 08:24h, 27 noviembre Responder

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