Los mártires de Spielberg
No, no voy a hablaros de dinosaurios, sino de unos animales mucho más antiguos que aparecieron en la Tierra hace 450 millones de años y que a diferencia de aquellos “lagartos cruentos” han sobrevivido varias extinciones masivas; me estoy refiriendo a los tiburones. Intentaré a lo largo de este artículo alejaros de esa imagen de cazadores de hombres y romper la mala fama que la película de Spielberg de 1975 le dio a estos increíbles animales.
Los tiburones pertenecen a la clase Condrictios dentro del filo de los Cordados (en el que nosotros estamos incluidos) y que engloba a los peces cartilaginosos (tiburones y rayas). Poseen la mandíbula ancestral de los vertebrados cuyos dientes van siendo sustituidos a lo largo de toda su vida o fusionados en placas óseas de crecimiento continuo. Su piel esta protegida por dentículos dérmicos en vez de escamas lo que les otorga una mayor fluidez y sigilo al desplazarse y tienen normalmente 5 hendiduras branquiales a cada lado de la cabeza.
Carecen de vejiga natatoria, pero cuentan con otras adaptaciones que contribuyen a aumentar su flotabilidad y a mejorar sus dotes natatorias como su esqueleto cartilaginoso, más ligero que el óseo, así como un hígado de gran tamaño con un alto contenido en aceite. Aun con todo ello, los escualos necesitan nadar constantemente para evitar hundirse (fijaos bien cuando vayáis a visitar un acuario).
Sus sentidos son muy agudos: la mayoría de los tiburones poseen buena vista y un olfato excepcional, así como sensibilidad auditiva y sentido de la orientación muy desarrollado, la línea lateral que recorre todo su cuerpo desde el morro hasta la punta de la aleta caudal detecta las vibraciones producidas en el agua.
Además poseen unos órganos sensoriales especiales denominados ampollas de Lorenzini formados por una red de canales con electrorreceptores cubiertos con una sustancia gelatinosa capaces de detectar el campo electromagnético de sus presas, por lo que pueden localizarlas perfectamente hasta en la más absoluta oscuridad.
En contra de lo que mucha gente pueda pensar, los tiburones no son maquinas de matar descerebradas; son capaces de desarrollar conductas sumamente complejas e incluso aprender, su cerebro tiene forma de “Y” que procesa la gran cantidad de información que les suministra constantemente sus desarrollados sentidos. En general, los tiburones más veloces que viven en profundidades intermedias poseen un cerebro más grande y complejo que las especies más lentas que habitan los fondos marinos.
No alcanzan la madurez sexual hasta los 6 años y algunos hasta los 18 o más, la mayoría son ovovivíparos y engendran pocas crías y los embriones pasan por un largo desarrollo, como curiosidad en algunas especies se da el canibalismo intrauterino, es decir, las crías non-natas se alimentan de sus hermanos más pequeños en el interior del útero materno quedando finalmente tan sólo una o dos crías.
Existen unas 400 especies de tiburones descritas, la mayoría grandes predadores como el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), el tiburón martillo (Sphyrna zygaena) y el mas famoso de todos el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias), pero también los hay filtradores de plancton como el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) o el tiburón ballena (Rhincodon typus), el pez mas grande del mundo pudiendo llegar a medir 18 metros y alcanzar 20 toneladas, y también se encuentra entre sus filas el segundo animal mas rápido del mundo, el marrajo (Mustelus mustelus), capaz de superar velocidades de 120 km/h.
A pesar de que hayan sobrevivido a varias extinciones masivas, la mayoría de los escualos se encuentran hoy en día en peligro de extinción. Factores como la contaminación, la destrucción de hábitats, la falta de alimento provocada por la sobrexplotación pesquera, la pesca comercial, las capturas incidentales y la pesca deportiva, están provocando la desaparición de muchas de las poblaciones de estos animales. Incluso los métodos pasivos como las redes antitiburones para la protección de bañistas que están instaladas en las playas de algunos países como Australia y Sudáfrica están provocando la muerte de millones de tiburones cada año.
A todo esto hay que añadirle el consumo de sopa de aleta de tiburón en Oriente donde ha tenido, históricamente, un importante contenido cultural asociado a diversos rituales de tipo social y religioso como bodas y banquetes de alto postín. Actualmente, la sopa de aleta de tiburón se ha convertido en un lujo culinario que da un toque exótico a los consumidores del primer mundo. Cuando la economía de China empezó a crecer de forma exponencial la clase media empezó a aumentar y con ella la demanda de un plato que simboliza el privilegio y el estatus social de las clases más ricas
Esto disparó una actividad conocida como “aleteo” o “finning” que consiste en arrancar las aletas del tiburón y arrojar el cuerpo aún vivo al mar. Esta práctica tan lucrativa y el aumento de la demanda de sopa de aleta de tiburón en Occidente están diezmando las poblaciones de estos superpredadores oceánicos.
No hay que olvidar que su importancia ecológica es crucial para los ecosistemas marinos ya que se encuentran en el vértice de la pirámide trófica, en consecuencia, sus niveles naturales de población son muy inferiores a los de la mayoría de los peces, esto sumado a su bajo índice de reproducción, los convierte en animales muy vulnerables a la sobrexplotación y muchas especies pueden llegar a extinguirse en menos de 20 años.
Tras el éxito de crítica y taquilla que supuso Tiburón, unos años más tarde el mismo Steven Spielberg admitió que su película había otorgado una mala prensa y un temor infundado que no tenía nada que ver con la realidad. ¿Podremos nosotros también cambiar nuestra forma de pensar hacia estos incomprendidos animales? Espero que sí, ya que el miedo a los tiburones es a menudo irracional y estadísticamente tienes más probabilidades de morir por un accidente en el baño que por un ataque de tiburón, así que la próxima vez que entres a usar tu WC mira a la taza con recelo, ellas provocan mas muertes que los escualos.
¿Que te hace pensar que quiero comérmelos?
Esta entrada participa en la XVIII edición del Carnaval de Biología, organizado por Ameba Curiosa.
Jesús
Publicado el 09:10h, 19 noviembreEso de que es más probable morir en el WC que devorado por un tiburón no deja de ser bastante falaz, ya que se basa en que visitamos mucho más el WC que las aguas donde viven los tiburones. Deducir de esa estadística que los tiburones no son peligrosos es totalmente incorrecto, por esa regla de tres también muere mucha más gente por el WC que por armas de fuego, y no de ello habrá que deducir que las armas de fuego no son peligrosas, ¿no?
luishernandez
Publicado el 10:05h, 19 noviembreHola Jesús, gracias por comentar. Si te fijas bien en ningun momento he argumentado que los tiburones no sean peligrosos porque los accidentes en el baño maten mas personas al año que los tiburones, sino que como en estos casos mueren mas personas (sea por la causa X o como bien dices tu porque visitamos mas el baño que el océano) ¿por que no tener más miedo a estás que a los tiburones?
Emma
Publicado el 23:29h, 19 noviembreMe ha encantado la entrada.
Grandes saludos
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Publicado el 09:50h, 19 noviembre[…] Los mártires de Spielberg http://www.hablandodeciencia.com/articulos/2012/11/19/los-martir… por victortagua hace nada […]
Álvaro
Publicado el 11:24h, 19 noviembreNos deberían tener más miedo los tiburones a nosotros visto lo visto. Dicho esto, os digo por experiencia que cuando te encuentras en el agua con un tiburón de varios metros y no te lo esperas te pasa la vida por delante; impresiona mucho saber que estás en su medio y puede hacerte lo que quiera.
luishernandez
Publicado el 23:33h, 19 noviembreSe te ponen TODOS los pelos de punta, es una experiencia fascinante
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Publicado el 18:30h, 19 noviembre[…] Los mártires de Spielberg por Luis Hernández Marín en Hablando de ciencia. Share this:TwitterFacebookGoogle +1MenéameMe […]
Alberto
Publicado el 22:04h, 19 noviembreTiburones y rayas… y quimeras 😛
Gran estreno, me ha gustado mucho!!
luishernandez
Publicado el 23:36h, 19 noviembreMe he centrado en los primeros que sino divago mucho… me alegro de que te haya gustado, gracias por tus palabras
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Publicado el 19:42h, 01 diciembre[…] Los mártires de Spielberg (*) […]
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Publicado el 15:13h, 02 diciembre[…] Los mártires de Spielberg Luis Hernández Marín nos quitó muchos mitos sobre los tiburones al hacer una breve, pero […]
roberprada
Publicado el 16:11h, 09 diciembreEn alguna otra película con tiburones de fondo, aunque ahora no recuerdo si fue una peli o incluso un documental, he visto que algún científico o científica salía diciendo que en realidad los tiburones si muerden es porque la boca es lo único que pueden usar para investigar lo que sea que les llame la atención, supongo que por ejemplo para saber si algo es comestible o no, y no porque, como dices, tengan un instinto asesino que les lleve a querer comerse automáticamente cualquier cosa, no sé si es cierto o no, aunque visto desde fuera por un ignorante como yo, no parece descabellado. Lo que sí supongo es que podrán sentir interés en saber qué es, y si para averiguarlo deben usar la boca, sigue pareciendo peligroso acercarse a ellos. Supongo también que no estás queriendo decir que los tiburones no son peligrosos. ¿Es cierto algo de todo esto? Y otra cosa, a riesgo de que suene a tópico, ¿qué precauciones piensas que habría que tomar con estos animales? Si una persona se encuentra de repente uno, ¿quedarse quieto? Aunque si el tiburón siente interés y es cierto eso de que usan la boca para investigar… lo mismo da que su intención sea asesina o pura curiosidad, la peor parte se la lleva la persona, jeje.
luishernandez
Publicado el 18:28h, 16 diciembreComo bien dices, los tiburones utilizan su boca para investigar ya que no están provistos de manos como nosotros, y de hecho los ataques a personas son eso, un mordisco de «investigación» o advertencia, ya que yo sepa ningún tiburón se comido nunca a nadie, la persona muere debido a la hemorragia, también es muy común los ataques a surfistas, ya que desde sus perspectivas la tabla de surf se parece mucho a una de sus presas: el león marino. Por supuesto que los tiburones son peligrosos, pero realmente ¿que animal salvaje no lo es?, sinceramente yo tengo más miedo de encontrarme con una familia de orcas que con un tiburón. La precaución habitual es llevar contigo una vara metalica, y cuando se aproximan mucho colocarla delante, parece una tontería pero es muy efectiva.