Personalidad Animal (1): Las hembras de pinzón lo tienen muy en cuenta

Cualquiera que tenga una mascota se habrá percatado de que los animales, al igual que los humanos, tienen personalidades diferentes: se ve claramente en el día a día. Pero imagínate que quieres cuantificar y clasificar objetivamente eso que atribuyes como personalidad, ahí se complican la cosas.

Para empezar, ¿qué es la personalidad? Todos sabemos lo que quiere decir, pero quizá no hemos pensado en el significado. Se puede definir la personalidad como la existencia diferencias consistentes en el comportamiento de un individuo con respecto a otros de su población. Por ejemplo, un animal tímido tiende a manifestar conductas de timidez (como desconfiar, huir, esconderse, etc.), en las mismas situaciones, con mayor frecuencia, intensidad o duración que otro animal que sea más audaz o explorador.

En ciencia no podemos quedarnos con afirmaciones subjetivas, porque podrían ser falsas, por mucho que a la mayoría nos parecieran ciertas (los sentidos nos engañan y no podemos fiarnos de la memoria como algo infalible). Tendríamos conjeturas y anécdotas (observaciones puntuales), pero no pruebas sobre cómo funciona el mundo.

Por eso los etólogos, que se dedican a investigar el comportamiento, realizan experimentos y observaciones rigurosas con los animales, y miden sus respuestas a diferentes situaciones, para después analizar los datos y poder obtener conclusiones objetivas.

Para ello se sirven de la estadística, que, simplificando mucho, puede decirte si lo que esperas encontrar en la realidad es similar a lo que hay en los datos que has tomado o no, y, si lo es, a qué factores se debe esa distribución de los datos medidos. Es decir, si las pautas que encuentras se deben al azar o, por el contrario, los datos están mostrando algo interesante. Como no podemos contabilizar a todos los animales del mundo, los resultados no son 100% seguros, pero sí se acercan mucho a la realidad, y serán tanto más fiables cuantos más estudios independientes vayan confirmando resultados similares. En el estudio de la personalidad en animales ya se siguen bastantes estudios en diferentes grupos que van encontrando los mismos patrones.

Y después de todo este rollo, a mí me queda ha surgido una duda: vale, personalidad sí, pero ¿para qué?, ¿por qué, por ejemplo, unos individuos de la misma población son más audaces y otros más tímidos? Pues bien, por lo que se sabe a día de hoy la razón de que haya individuos con diferentes personalidades sería, como sucede con la mayoría de rasgos de los individuos, que la variabilidad ayuda a que las poblaciones o especies puedan adaptarse a otras condiciones ambientales o ecológicas a lo largo de la evolución. Por ejemplo, si llegasen muchos depredadores a la zona, los pinzones más tímidos tendrían más posibilidades de sobrevivir, mientras que los audaces serían cazados más a menudo. Pero, por el contrario, por ejemplo, si los pinzones han de colonizar nuevos territorios (porque los suyos hayan sido destrozados o porque otra especie les estuviera desplazando el terreno en que vivían), ¿tendrían ventaja los audaces o los tímidos? Es de suponer que los audaces, que para eso son más exploradores. Pues, de forma muy sencilla, esta es una de las maneras en que las especies garantizan su presencia a largo plazo: la diversidad (tener en la población individuos de diferentes tipos), para así poder afrontar diferentes escenarios futuros con éxito. Cabe decir que si queremos criar en cautividad especies en peligro de extinción, como el lince ibérico, mejor es que soltemos animales con rasgos variados, y será más probable que la población sea capaz de tirar para adelante.

¿Y qué tienen que ver los pinzones en todo esto? Son un ejemplo reciente sobre la investigación reciente que están llevando a cabo algunos de los etólogos que nos intentan aclarar todo esto de la personalidad animal al resto de los humanos. Los investigadores utilizaron 102 pinzones cebra, o mandarín diamante (Taeniopygia guttata), 51 hembras y 51 machos.

Los pájaros se habían criado en cautividad, y se colocaron en diferentes jaulas. Primero se les hizo un test exploratorio de personalidad, metiéndoles en cajas en las que había diferentes elementos y anotando cómo reaccionaba cada animal a cada cosa, de forma que al final asignaban a cada animal una categoría de personalidad. Luego, a los machos, se les hizo un test de agresividad: ponerles un espejo delante a ver si se atacaban o no. Esto lo hicieron porque otros etólogos habían relacionado anteriormente la conducta de exploración en los machos con la agresividad, de forma habían visto que los machos más exploradores son también más agresivos en general. En resumen, los investigadores presentaron a cada hembra una pareja de machos, y las engañaron para que pareciera que uno exploraba y el otro se quedaba más parado (tímido). Al final, demostraron que las hembras más exploradoras seleccionaban también a machos que parecía que exploraban, y las menos exploradores no tenían preferencias particulares.

 

 Fuente del esquema: Ferney Yesyd Rodríguez

Todo esto tiene un sentido en la naturaleza, ya que la personalidad agresiva y exploradora de un macho le daría indicaciones a la hembra de cómo ese macho va a ser capaz de buscar alimento y defender el nido, antes de “arriesgarse” a tener progenie con él. Es lo que en evolución se conoce como selección sexual, que es un gran motor en la evolución, ya que las crías portarán con más frecuencia los rasgos seleccionados por los progenitores.

 

Para entender mejor la selección sexual y la evolución en general, sin necesidad de conocimientos previos: http://www.sesbe.org/evosite/evohome.html.

Referencias

Webster, M. M., & Ward, A. J. W (2011). Personality and social context Biological Reviews : 10.1111/j.1469-185X.2010.00169.x

Schuett, W., Godin, J., & Dall, S. (2011). Do Female Zebra Finches, Taeniopygia guttata, Choose Their Mates Based on Their ‘Personality’? Ethology, 117 (10), 908-917 DOI: 10.1111/j.1439-0310.2011.01945.x

Descargarlo en PDF: Personalidad_pinzones

10 Comentarios
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  • paulohernandez
    Publicado el 14:01h, 09 mayo Responder

    Genial, como siempre. Los artículos sobre etología son de mis favoritos.

    • Zaida Ortega
      Publicado el 10:21h, 11 mayo Responder

      Gracias Paulo, pues me alegro un montón, seguiré escribiendo sobre estos temas, que hay cosas muy interesantes al respecto que no son muy conocidas… Saludos!

  • Bitacoras.com
    Publicado el 18:25h, 09 mayo Responder

    Información Bitacoras.com…
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  • Fran
    Publicado el 15:06h, 10 mayo Responder

    Magnífico artículo Zaida, y son varios ya. Da gusto aprender cosa sobre la naturaleza de forma tan agradable y amena. ¿Hay algún caso de alguna especie en la que la hembra prefiera al macho menos explorador, más reservado?

    • Zaida Ortega
      Publicado el 10:33h, 11 mayo Responder

      Gracias Fran, me alegro de que guste, es una motivación para escribir más 🙂
      Hay que tener en cuenta que en esta especie de pinzón «las hembras que eran más reservadas no tuvieron preferencias particulares», esto quiere decir que elegirían un macho reservado (vs. uno explorador) en aproximadamente la mitad de las ocasiones. Yo opino que estas frecuencias pueden variar dependiendo de las condiciones: si realmente la diversidad de personalidades es una adaptación a las condiciones cambiantes del medio, y viéramos que el ser explorador es menos exitoso, por ejemplo, en hábitats en los que hay muchos depredadores, se podría esperar que en una población de pinzones asentada en esos hábitats las hembras seleccionasen con mayor porcentaje global a machos más reservados. Ahora bien, también cabe esperar que en esa población que estoy diciendo, la frecuencia de hembras exploradoras (que son las que eligen sobre todo a los exploradores) estaría más reducida, si la preferencia de las exploradoras por los exploradores se mantuviera, que es lo que parece pasar. Los experimentos con poblaciones que habiten en diferentes condiciones podrían arrojar algo de luz, veremos qué pasa….
      En resumen: que las frecuencias de las diferentes personalidades sufrirían fluctaciones a lo largo de la evolución, dependiendo de qué es más exitoso en cada comento.
      Saludos!

  • Al Gómez
    Publicado el 00:13h, 06 octubre Responder

    Quizá estoy desfasado con respecto al desarrollo del lenguaje, pero hasta donde yo sé solo las personas tienen personalidad. Quizá usted podría decir «la animalidad de los cerdos» y se lo acepto (aunque el término animalidad sea impropio), pero hablar de personalidad de los animales es aplicarle un golpe bajo, muy bajo, al nuestra lengua. En el DRAE, por ejemplo, el término personalidad, en todas sus acepciones, no va aplicado ni a animales ni a las cosas. Si estoy errado en mi observación, le ruego me disculpe. Es posible que en su jerga técnica esto sea perfectamente válido, cosa que desconozco.
    Por lo demás, me parece interesante su entrada.

  • Diamante Mandarin
    Publicado el 20:17h, 02 junio Responder

    Las hembras de diamante mandarín son infieles por genética… Como en muchas especies.

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