¡Qué no son lombrices!

Recuerdo la primera vez que encontré una culebrilla ciega (Blanus cinereus, Vandelli,1797), yo debía tener unos 10 años. Había llovido y la tierra estaba blanda. Atrapé un ejemplar por casualidad, tan solo levanté una piedra al azar y allí estaba, intentando huir a toda velocidad por sus galerías subterráneas. Para los ojos de muchos los Anfisbénidos parecen lombrices, apuesto a que aún teniéndola ante sus ojos no sabrían ver que no lo son, pero por muy raro que os  parezca ¡son reptiles!

Nunca olvidaré cómo a cada segundo tenía más claro que no era una lombriz y fui convenciendo al resto de personas de ello. La dureza de su cuerpo, las escamas, ¡los bocados que me daba!, la capacidad para enredarse entre mis dedos fuertemente, sus pequeños ojos… no había lugar a duda para escépticos, eso no era una lombriz. Hay que rendirse a lo obvio, a las evidencias, una lombriz no tiene esa musculatura, ni escamas, ni muerde.

Desde entonces en variadas ocasiones se ha vuelto a repetir la escena de encontrarme con ejemplares, ya fuera detrás de mi casa, en Cáceres, en Sevilla, etc. Para mi gusto se trata de uno de los animales más peculiares de nuestra fauna, y siempre he tenido que demostrar que es un vertebrado y no un invertebrado. Desde luego se trata de un animal para dejar boquiabierto, para usarlo como abanderado de esa vida apasionante que sucede fuera de nuestro alcance, bajo nuestras pisadas.

El tamaño de estos animales es de 15 cms aproximadamente; los ojos se limitan a dos puntos difíciles de encontrar y todo el cuerpo se encuentra cubierto de duras escamas que forman anillos y brillan. Son de un solo color, que puede ser rojizo o grisáceo. En cuanto a su reproducción hay que recalcar que depositan un único huevo aunque de gran tamaño. Suele preferir suelos húmedos, de ahí que resulte relativamente común hallarlas próximas a la superfie tras las lluvias; pueden estar bajo troncos, piedras u hojarasca, pero lo importante es que sea un suelo suelto, para favorecer sus hábitos de vida. Sus alimentos predilectos son invertebrados subterráneos y larvas. Yo personalmente siempre que he encontrado culebrillas ciegas ha sido cerca de hormigueros, lo cual puede ser un dato científico de interés, además de un dato interesante para naturalistas.

Los Anfisbénidos no son serpientes, como muchos piensan, con esto quiero decir que no son Ofidios. Igualmente no tienen patas, pero las culebrillas ciegas son subterráneas, sin oídos y con los ojos atrofiados. Mayoritariamente viven en África y Sudamérica, y se presupone que a nuestro país dieron el salto desde el norte de África, aunque las especies que hay allí son distintas. Recientes estudios de ADN han demostrado que en nuestro país hay dos linajes separados hace 5.2 millones de años, uno ocuparía el suroeste penínsular y otro el centro, siendo en cualquier caso esta especie un endemismo ibérico.

Debido a su condición de animal subterráneo resulta difícil conocer su biología y distribución, aunque dicen que en Huelva se haya uno de los puntos fuertes de su población por las características del suelo y de temperatura. También por ser difíciles de encontrar no sabemos si están en peligro de extinción o abundan, pero es posible que el ser animales difíciles de ver sea un punto a su favor frente a posibles matanzas o sustracciones (no obstante la incultura humana ha mantenido durante mucho que era un animal venenoso y se las mataba por ello).

Aún recuerdo asombrado a unos biólogos holandeses que nos acompañaron a una serie de estudiantes en unas jornadas de herpetología en la sierra de Sevilla. Digo esto porque lo que para nosotros era un animal relativamente fácil de encontrar para ellos era una ilusión a cumplir, el objetivo que hacía merecer la pena por sí solo el viaje hasta las dehesas andaluzas. Creo recordar que solo uno de ellos pudo cumplir su objetivo de ver este  animal que tan solo nosotros podemos disfrutar a nivel europeo.

No puedo concluir este artículo sin mencionar que originariamente fue publicado hace años en mi blog personal, siendo una de las entradas que más comentarios recibe con cierta regularidad. Todos estos comentarios proceden de personas latinoamericanas que han encontrado alguna en su jardín o casa, y buscan alertados una respuesta a cómo deshacerse de tan incómodo inquilino, acompañando su petición de miedos que no se ajustan a la realidad de males que puedan causar estos animales. Simplemente quería comentarlo porque me llama la atención mucho tanto la procedencia como las similitudes de las peticiones de información que me llegan.

Sirva este artículo como homenaje a todas aquellas especies que por pequeñas o discretas no tienen el más mínimo grado de publicidad, pese a que como bien comprobé, para otras personas que no las tienen en sus lugares de procedencia suponen una enorme felicidad. Qué cosas, que tengan que venir de lejos a demostrarnos los tesoros naturales que tenemos hasta detrás de casa, y nosotros sin ser capaces de hacerlo valer ni valorarlo con orgullo.

Álvaro Luna

Esta entrada participa en el XV Carnaval de Biología alojado este mes aquí, en Hablando de Ciencia

19 Comentarios
  • Luis Tovar
    Publicado el 09:02h, 24 agosto Responder

    Creo que no estaría de más aclarar que tampoco son «especies». Son individuos. Aunque tengan una semejanza genética entre ellos, en base a la cual hemos inventado el concepto de especie. Ellos no son copias de un supuesto modelo, sino seres autónomos. Del mismo modo que los humanos no somos «especie», sino que cada uno de nosotros es un individuo único y diferente, a pesar de nuestras semejanzas. No deberíamos ver a los humanos ni tampoco a los demás animales como meros ejemplares de un supuesto ente abstracto denominado «especie» (como si fueran las Ideas de Platón) sino como individuos singulares que tienen – tenemos – una personalidad propia.
    Un saludo.

    • Scruz
      Publicado el 11:53h, 24 agosto Responder

      Lo siento Luís por disentir contigo, pero la idea de Especie, como unidad taxonómica, es un concepto abordado por la Zoología y utilizado para la clasificación.
      Y siguiendo ese argumento, cualquier organismo vivo, incluyendo al hombre o a Blanus sp. posee un «cajón» denominado especie al que es adjudicado para facilitar su estudio.
      Es por tanto una cuestión de herramientas, no de entelequias.

      • Luis Tovar
        Publicado el 11:44h, 25 agosto Responder

        No creo que disientas, creo más bien que no has entendido lo que he dicho. Porque yo no he afirmado nada en contra de la validez de usar el concepto de especie dentro del contexto de la ciencia. Lo que he criticado es que confundamos las ficciones con la realidad. El concepto de especie es una ficción clasificatoria muy útil para la ciencia, pero no es la realidad. La realidad son los individuos.
        El concepto de especie es una herramienta, un artificio. No es un hecho real en sí mismo. Es una abstracción teórica inventada para clasificar seres genéticamente muy semejantes. La especie es una idea. Lo verdaderamente real son los individuos únicos y singulares.
        El concepto de especie también se aplica a plantas y bacterias, pero en este contexto me estoy refiriendo exclusivamente a los animales, más concretamente a los animales sintientes (que poseen sistema nervioso).
        Cuando vemos a los demás animales, parece que estamos viendo a meros ejemplares o copias de un ente al que llamamos «especie». No vemos que son individuos. No vemos que cada uno de ellos es diferente y tiene su propia personalidad. Les vemos a través de un prejuicio especista (similar al prejuicio racista, sexista o nacionalista) que anula la individualidad.
        Los demás animales, que no son humanos pero que igualmente sienten, sufren y tienen intereses, merecen que dejemos de verlos como si fueran objetos, como si fueran ejemplares de nuestra coleccion privada de «tesoros». Precisamente por eso, porque sienten, no son objetos. Son seres conscientes.
        Lejos de considerarles como nuestros semejantes o iguales, les consideramos como nuestra propiedad, como seres inferiores que existen para nuestro uso, beneficio y disfrute. Pero esa visión no es esencialmente diferente, por ejemplo, de la creencia que afirma que las mujeres son seres inferiores que existen para uso, beneficio y disfrute de los varones. O que los negros deben estar discriminados y supeditados a los blancos. Es el mismo tipo de mentalidad en todos los casos.
        En la ciencia normalmente se tiende a primar lo genérico o universal por encima de lo particular. Lo cual puede ser relativamente conveniente a efectos prácticos de cálculo, clasifición y estudio. El problema está cuando confundimos esa determinada abstracción acerca de la realidad con la realidad misma. Esto suele ocurrir cuando pensamos que la ciencia es una entidad independiente de presupuestos filosóficos y morales. Nada más lejos de la verdad.
        En todo caso, lo que trato de decir es que los individuos de los que se habla en esta nota son efectivamente individuos. Individuos que sienten. Nosotros los catalogamos dentro de tal o cual categoría, en base a sus características y los agrupamos en especies, por semejanzas genéticas. Pero no son «especies». Son individuos. Ya puestos a corregir un error en su clasifición taxonómica (que es acerca de lo que trata esta nota de blog) no veo de más corregir la confusión entre la categoría en la clasificamos a determinados animales y lo que ellos realmente son.

        • Scruz
          Publicado el 18:12h, 25 agosto Responder

          Quiero dejar claro que coincido contigo en la horrible manera en que la especie humana tendemos a «utilizar» todo lo que hay en nuestro entorno, sin importar si es un ser vivo o un objeto inanimado por cierto, con una desfachatez y falta de responsabilidad ostentosa.
          Pero a partir de ahí, creo que en este post precisamente se trata de su visión desde el punto de vista científico, sujeta por tanto a la clasificación.
          Comprendo, (o eso creo) tu postura, pero no deja de ser una opinión en este caso ya que aquí se habla del consenso establecido por la ciencia.
          He de admitir que aprecio tu postura, aunque, permíteme que lo diga sin tapujos y sin ningún ánimo de ofender, (entiéndeme, tras las letras se esconde un tono cordial y afable, nada de lo contrario 😀 ), detecto en tus palabras cierta disposición, para mi gusto, un poco extrema. Opinión puramente personal, y de nuevo, sin intención de ofender, ¿eh?.
          Para mí tienen igual de clasificación de especie el Homo sapiens (sapiens) que cualquier otra, al igual que lo tienen de individuales como entes únicos, ni más ni menos. Pero no por ello necesito aclarar el concepto de «especie». No se si explico bien lo que quiero decir 🙂

  • Pingback:¡Qué no son lombrices!
    Publicado el 12:48h, 24 agosto Responder

    […] ¡Qué no son lombrices! http://www.hablandodeciencia.com/articulos/2012/08/24/que-no-son…  por victortagua hace nada […]

  • albertomgandara
    Publicado el 16:28h, 24 agosto Responder

    Me encantan, son muy curiosos y extraños, al igual que sus análogos lisanfibios, las cecilias 🙂
    Un apunte, dices que no son serpientes (y no lo son), pero para dejar claro con quién están emparentados, yo comentaría que sí son escamosos, y que tienen un antepasado común, en teoría, con los lagartos. Pero esto es un apunte personal.
    Y una pregunta, que solo pongan un huevo es una característica del grupo o de Blanus cinereus?

    • Álvaro
      Publicado el 16:51h, 24 agosto Responder

      Pues no había caido en profundizar en la sistemática, pero la verdad es que tienes razón y hubiera quedado muy bien que lo pusiera. Gracias por el apunte, lo tendré en cuenta para futuro escritos.
      Las cecilias son una chulada, yo solo he visto una en mi vida, fugazmente, en mitad de la selva amazónica, y sin duda que me gustaría poder ver más o incluso estudiarlas.
      A la pregunta que haces, no sé la respuesta, pero cuando tenga un ratito me pongo a buscarlo( ahora estoy una semana fuera y sin Internet).

      • Scruz
        Publicado el 18:35h, 24 agosto Responder

        Cecilias, cecilias, cecilias!!

  • Bitacoras.com
    Publicado el 19:07h, 24 agosto Responder

    Información Bitacoras.com…
    Valora en Bitacoras.com: Recuerdo la primera vez que encontré una culebrilla ciega (Blanus cinereus, Vandelli,1797), yo debía tener unos 10 años. Había llovido y la tierra estaba blanda. Atrapé un ejemplar por casualidad, tan solo levanté una piedra …..

  • Pingback:¡Qué no son lombrices!
    Publicado el 20:34h, 24 agosto Responder

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  • josemi
    Publicado el 23:09h, 24 agosto Responder

    Hombre, pues creo que es este bicho que fotografié en el pueblo. Era como una culebra pero muy rara, sobre todo la piel, era como anillos, muy distinta a la textura de una culebra normal. Y el color coincide también. Y ahora que lo dices, aunque movía algo la cabeza, sospecho que no veía mucho por que estuve intentando identificarla un rato (sin tocar, que no soy el idiota de prometheus) y no se inmuto. Prácticamente no se movía, aunque unos minutos despues cuando pase por casa y baje acompañado de un arma ya no estaba.
    https://fbcdn-sphotos-a-a.akamaihd.net/hphotos-ak-prn1/28213_1400881816445_2487921_n.jpg
    En contra:
    * Estaba a plena luz del dia en un sitio pelado, aplanado hace poco por una maquina, sin vegeracion ni piedras.
    * Es en el norte de burgos, fuera de su distribucion teorica. Es un sitio humedo donde nieva casi todos los años.
    * Aunque es dificil calcular en la foto, la recuerdo mas grande de 25 cm, que parece el tamaño maximo. No es que fuera un culebron, pero si que se veia desde lejos. De tamaño de lombriz de tierra nada, si era de esta especir, era un ejemplar anaconda.

    • Álvaro
      Publicado el 22:21h, 31 agosto Responder

      Hola! No he podido responder hasta ahora al estar fuera por vacaciones. He visto tu foto y leído tu comentario. Al darle mucho zoom a la foto me había parecido una culebra de escalera adulta- por el color marrón y porque me parece adivinarle dos líneas negras que recorren todo su dorso- pero me es imposible a esa distancia. La verdad es que la forma del cuerpo( curvatura y pose) no me parecen de una culebrilla ciega, y me extrañaría que estuviera a plena luz en la superficie así sin más.

      • josemi
        Publicado el 01:13h, 01 septiembre Responder

        Muchas gracias por tu respuesta.
        Es una foto que subi al facebook, asi que hemos perdido resolucion. Intenté localizar las fotos originales en mi coleccion, pero ¡tengo miles! aunque normalmente no encuentro fauna.
        Lo que mas me sorprendio de este bicho era la piel, era como en anillos, aunque puede que fuera un efecto optico. Por el pueblo hay unas cuantas vivoras y suelen tener una textura totalmente distinta.
        Quizas estaba ahi por despiste, ya que hacia muy poco que habian pasado una maquina que habia limpiado el camino totalmente. Hasta unos dias atras, ese camino estaba cubierto de vegetacion.

        • Álvaro
          Publicado el 10:03h, 01 septiembre Responder

          Los animales y plantas pueden aparecer donde menos te lo esperas, en muchas ocasiones más cerca de lo que pensamos. Te sorprendería saber en qué sitios a la vista de todos he visto especies de las más difíciles. Que no te sorprenda tanto que esa serpiente pudiera vivir allí por gusto, de hecho la mayor culebra de escalera que he visto en mi vida fue pegada a una casa rural, en el sitio donde juegan los niños.

          • josemi
            Publicado el 13:20h, 01 septiembre

            He conseguido encontrar la foto original, la hice con un movil en 2007, no estaba con las demas.
            En la foto se aprecia algo mejor lo que te decia, tenia una textura muy rara para ser una culebra, era como segmentada, como un muñeco de michelin. Las rayas trasversales no son coloracion, son division en entre segmentos.
            La foto la tome de pie con mucho cuidado no saliera huyendo, pero luego me di cuenta que estaba como apelelada, a pesar de que estaba cerca ni huyo ni se defendio, si llego a ser un depredador me la meriendo. Si que es verdad que cuando volvi al cabo de un rato ya no estaba, asi que muerta no estaba.
            Posiblemente estaba al sol intentando cojer temperatura, por que las mañanas en el pueblo son frias aun en agosto (es Burgos).
            Una de las razones por las que no veo fauna es por que salgo a unas horas que cualquier animal inteligente ya esta en su refugio, no chupandose el sol de agosto.
            En realidad, si que veo muchas veces a tiro de piedra a los buitres, cosa que en otras partes es excepcional, supongo.

  • Pingback:Resumen del XV Carnaval de Biología | Hablando de Ciencia | Artículos
    Publicado el 19:12h, 31 agosto Responder

    […] inductor de la ovulación es una conocida neurotrofina   Hablando de Ciencia con Álvaro Luna: ¡Que no son lombrices! Vas por el campo y miras al suelo húmedo y ves una lombriz. Pero tiene escamas y muerde. Pues no […]

  • Isaac
    Publicado el 17:39h, 18 septiembre Responder

    Ojalá pudiese poner una foto de semejante animal, en mi casa ya me he encontrado dos muertas en la piscina y la verdad es k no se sí es un gusano o una serpiente, al principio pensaba k era un liso, pero al no verle las patas delanteras me di cuenta k no era.
    Vivo en Sevilla capital

  • Fede
    Publicado el 00:43h, 10 marzo Responder

    Vivo en Resistencia Chaco, litoral argentino, aquí las llamamos «víborita ciega» son muy comunes y muy conocidas. se sabe que no hacen daños y se las cuidas dejándolas que se marchen.

  • Perla
    Publicado el 04:49h, 21 marzo Responder

    Hola encontre una en mi Jardin, salió al piso, es probable que hayan mas bajo una pequeña planta? Porque toda la casa tiene baldosa y las plantas estan en jarrones.

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