El amor entre el mercurio y el aluminio que nada tiene que ver con las vacunas
Hace unos días se ha visto en las redes sociales un vídeo donde daban a entender que el mercurio y el aluminio de las vacunas reaccionan entre ellos. Sin embargo, se trata de un vídeo descontextualizado, ya que, por supuesto, no tiene absolutamente ninguna relación con las vacunas. El vídeo en su contexto original es este:
Se trata de un experimento bien conocido, en el cual el aluminio y el mercurio reaccionan para formar una amalgama (aleación de mercurio con otro metal). Previamente, se debe perforar la pieza de aluminio para eliminar mecánicamente la capa de alúmina (Al₂O₃) que siempre hay sobre el aluminio metálico, porque, si no se elimina, la reacción no tiene lugar. Una vez que comienza a formarse la amalgama, según va progresando, permite crecer los filamentos de alúmina que se ven en el vídeo, eso sí, muy lentamente (esa parte es un time-lapse).
Aunque en ese vídeo hay una explicación escrita, es mucho más completa la que nos ofrece @NileRed en este otro, donde describe todo el proceso, incluyendo las dificultades que encontró para que la reacción tuviera lugar, además de la velocidad de reproducción del time-lapse:
Aluminio y mercurio en las vacunas
Aparte de que se trata de un vídeo con una reacción vistosa, lo que ocurre en él no tiene ninguna relación con las vacunas. El usuario que trataba de relacionarlo con ellas no tuvo en cuenta la diferencia entre un elemento y un compuesto químico. El aluminio que se usa en vacunas es Al(III), es decir, aluminio oxidado en estado de oxidación +3, formando parte de compuestos, mientras que el que usa el vídeo es aluminio metálico, es decir, el elemento. De hecho, los compuestos de aluminio usados en vacunas como adyuvantes son el hidróxido de aluminio y el fosfato de aluminio, cuyas propiedades químicas son muy diferentes a las del aluminio metálico.
Algo similar ocurre con el mercurio, ya que se usaba como conservante un compuesto de Hg(II), el tiomersal, y en el vídeo se usa mercurio metálico, es decir, de nuevo el elemento.
Sí, he dicho que “se usaba”. Desde finales de la década de 1990 se prohibió el uso del tiomersal en vacunas. A pesar de que no se había demostrado que produjera efectos adversos, las presiones de ciertos grupos hicieron que se retirara del mercado. Por lo tanto, ninguna vacuna actual contiene mercurio (ni mercurio(II) ni mercurio metálico por supuesto).
Además, los compuestos de Al(III) que se usan en las vacunas se presentan en tan baja concentración que no tienen ningún efecto adverso. Hay que tener en cuenta, además, que el aluminio es el tercer elemento más abundante de la corteza terrestre, de manera que introducimos continuamente pequeñísimas cantidades de aluminio en nuestro organismo a través de los pulmones (en el polvo del aire que respiramos) y del tracto gastrointestinal. Por ello, podemos decir que de forma natural estamos expuestos a cantidades de aluminio considerablemente superiores a las que contiene una vacuna, o incluso la totalidad de vacunas que nos pondremos en toda nuestra vida.
Así que la reacción entre el aluminio y el mercurio del vídeo es imposible que se produzca en las vacunas.
Para saber más:
- Infografía sobre la composición genérica de las vacunas: compoundchem.com/2015/02/10/vaccines/
- Handbook on the Toxicology of Metals: Capítulos correspondientes al aluminio (doi.org/10.1016/B978-0-444-59453-2.00026-3) y al mercurio (doi.org/10.1016/B978-0-444-59453-2.00046-9)
Profesora de Química Inorgánica en la Universidad de Cádiz. Trabajando sobre óxidos lantánidos, catálisis, superficies y análisis de superficies mediante espectroscopía de fotoelectrones.
Sin comentarios