Vacúnate y Cárdenas

Javier Cárdenas en su programa en Europa FM, «Levántate y Cárdenas» emitido el miércoles 7 de junio de 2017 relacionó las vacunas y el autismo.

No estoy en contra de la ignorancia, todos somos ignorantes en muchas cosas, no es malo. El problema resulta cuando alguien que es ignorante en un tema, piensa que tiene la verdad sobre el mismo y da su opinión. Y si esta persona es un personaje mediático, el daño que provoca es altísimo. La difusión por parte de medios de comunicación de los conocidos hoax es una lacra en nuestra sociedad.

El último caso lo protagoniza el popular presentador de televisión y radio Javier Cárdenas en el que volvió a difundir el bulo de las vacunas y el autismo. A pesar de que corrigieron varias veces y le presentaron estudios, éste se limitó a buscar las noticias y medios que compartían dicha relación, evidentemente las cientos de publicaciones médicas sobre el tema le resultaban papel mojado. Incluso la Confederación Autismo España ha desmentido dicha relación. Hasta el momento, Javier Cárdenas no ha emitido comunicado alguno rectificando su afirmación ni ha retirado el audio donde lo expone, lo que sí hizo fue pedir a la pediatra Lucía Galán que se disculpase con él tras que esta publicase una carta donde le explicaba el asunto y porqué estaba equivocado.

La relación entre los anti-vacunas y las medicinas alternativas es evidente. Parten del supuesto de que hay dos ciencias, una «oficial» manejada por el estado y los grupos de presión con su correspondiente teoría conspiratoria subyacente, y otra «extraoficial» o «alternativa» practicada por naturópatas, homeópatas, maestros de reiki,  acupuntores… En ese segundo grupo, siempre hacen referencia a los estudios presentados en las revistas «oficiales» que han sido retractados como prueba de conspiración y verdad en sus afirmaciones. Aunque nunca llegan a explicar cómo esos artículos que han sido posteriormente retractados llegaron a publicarse en una «revista oficial» si la «ciencia oficial» mantendría controladas las publicaciones. Por norma general se basan en informes y documentos más relacionados con artículos de opinión y que han sido publicados en revistas u organismos de mínimo prestigio ya que estos no aplican revisión de pares.

Autismo y vacunas

Andrew Wakefield publicó en The Lancet, una de las revistas médicas más importantes del mundo, un estudio en el que relacionaba el autismo con la vacuna Triple Vírica que se estaba administrando. Wakefield tenía una patente sobre una variante de la vacuna Triple Vírica que según él no provocaba autismo. Tras descubrir que había falseado los datos de su investigación, The Lancet retractó el artículo y el colegio de médicos le retiró la licencia. Su objetivo era generar miedo sobre la vacuna administrada para vender la suya propia.

Una de las principales y primeras críticas al artículo fue que sabiendo que las técnicas de detección de autismo habían mejorado, el número de personas identificadas con autismo también lo había hecho, pero no tenía que porqué significar que el número de autistas también había crecido. Si Wakefield hubiese tenido razón, el porcentaje de personas identificadas con autismo hubiese aumentado proporcionalmente al porcentaje de población vacunada. Pero los casos de niños identificados con autismo se ha disparado manteniendo la tasa de vacunación constante.

La molécula de tiomersal contiene un átomo de mercurio entre un átomo de azufre y un grupo metilo CH3.

Supongamos por un momento que Wakefield no mentía, que el compuesto tiomersal que evita el crecimiento de bacterias y hongos en los diales fuese el responsable del autismo. El tiomersal hubiese sido sustituido por otro compuesto o a falta de sustituto se hubiese conservado las vacunas en un ambiente aún más estéril y frío.

El argumento reiterativo de los anti-vacunas que podemos encontrar en contra del uso del tiomersal es que contiene mercurio. La Organización Mundial de la Salud ya dejó claro que el mercurio que se usa en vacunación es etilmercurio que se metaboliza rápidamente por el organismo y no se acumula, es decir, es seguro para la salud. El mercurio peligroso para el organismo es el metilmercurio, aún así los anti-vacunas meten todo en la misma bolsa. En este sentido, recomiendo a los anti-vacunas que respiren O3 en vez de O2, a ver si notan la diferencia entre dos moléculas formadas de oxígeno, o que sustituyan el CO2 de su alrededor por CO. Aunque no creo que ninguno se pase por la web contando su experiencia con dichos experimentos.

Ningún grupo de investigación pudo replicar sus resultados, y se descubrió que los métodos que había usado Wakefield estaban fuera de la ética médica, por eso se le retiró la licencia. Wakefield se había quedado sin su vacuna, pero el negocio del miedo es muy lucrativo y se convirtió en el referente mundial del movimiento anti-vacunas con sus respectivas conferencias y libros. Y es que, el miedo a las vacunas empezó desde el primer momento en que se desarrollaron.

Como se puede ver la triple vírica (MMR) se ha mantenido sobre el 90% de tasa de vacunación en EEUU desde 1994, aunque tuvo una caída en 1998 coincidiendo con la publicación de Wakefield. Imagen obtenida de Centers for Disease Control and Prevention.


Casos de niños identificados con autismo por cada 1000 niños en EEUU. Se puede comprobar que el número de niños identificados con autismo ha aumentado año a año sin que la tasa de vacunación haya aumentado al mismo ritmo. Imagen obtenida de la Wikipedia.

El miedo

Hemos dejado de ser conscientes del problema de las enfermedades infecciosas. Ya no vemos rostros y cuerpos desfigurados por la viruela, ni personas en pulmones de acero durante el resto de sus vidas por poliomielitis, ni personas que se suicidan antes de que la rabia les vuelva locos. Muchos han dejado de ser conscientes del verdadero peligro y se aferran a un posible problema que no mata. La incorrecta evaluación del peligro está generando estragos.

Y como una imagen vale más que mil palabras, os dejo a continuación un álbum para concienciar un poco más sobre la necesidad de las vacunas.

¿Por qué necesitamos vacunas?

Recorrido histórico

Una de las enfermedades que ha azotado a la humanidad ha sido la viruela. Dependiendo del caso de virulencia en el enfermo este podía sobrevivir con algunas marcas en su rostro, casi desfigurado o terminar muerto. Era tal el miedo a dicha enfermedad que en el siglo XVII en Turquía había gente que se infectaba voluntariamente con el suero de las ampollas de una persona que sufriese un ataque ligero. De esta forma contraían la enfermedad y con suerte sólo les afectaba de forma leve, si había un brote devastador esas personas sobrevivirían. Pero esta técnica era peligrosa y podían morir precisamente evitándolo.

Uno de los primeros intentos en traer dicha práctica a Europa fue de la mano de Lady Mary Montagu en 1718, esposa del embajador británico por aquella época. Ella había pasado la viruela de niña y quedó marcada, su hermano no tuvo tanta suerte y falleció. El miedo a la viruela era tan real que asumió el riesgo e inoculó a sus propios hijos.  Desgraciadamente su fama de extravagante no dio buena publicidad a esta técnica y no caló en la sociedad inglesa.

Unos años más tarde, en 1721, el médico americano Zabdiel Boylston inoculó a 248 personas tras un repunte de la enfermedad en la ciudad de Boston. Seis murieron pero el resto quedó inmunizado y sortearon al brote más virulento.

En 1765 el fraile y médico chileno Pedro Manuel Chaparro inmunizó a 10.000 personas durante 7 años en las que sólo murieron 4. Este es el primer registro en América del Sur.

La belleza de las lecheras

En el siglo XVIII corría la leyenda de que aquellos que se ponían la vacuna para evitar la viruela terminarían con partes de vaca saliendo de sus cuerpos. Algo tan surrealista como pensar que las vacunas provocan autismo.

En el siglo XVIII el romanticismo por la belleza de las lecheras era de sobra conocido. En una época en la que la mayoría de los adultos estaban marcados por la viruela, la tez lisa y sin cicatrices de las lecheras era un rasgo muy hermoso. La gente del campo de la zona de Gloucestershire, Reino Unido, tenían la extraña idea de que aquellas personas que sufrían la «vacuna», enfermedad similar a la viruela que atacaba a las vacas y en extrañas ocasiones a las personas, no padecían viruela. La «vacuna» en humanos dejaba en extrañas ocasiones ampollas y no era ni mucho menos mortal. El médico de la zona, Edward Jenner, decidió tomar en serio dichas historias y fijándose en que era precisamente las lecheras quienes menos marcas de viruela tenían, procedió con sus experimentos. Tras algunas pruebas, parece ser que con su familia, en 1796 procedió a inocular a un niño de 8 años de «vacuna» procedente del suero de una ampolla de la mano de una lechera. Unos meses más tarde, inoculó al mismo niño de viruela. Por suerte para el niño y para el resto de la humanidad, el experimento dio el resultado que se esperaba y el niño no llegó a desarrollar la enfermedad.

Jenner decidió llamar al proceso «vacunación», del latín vaccina, nombre de la enfermedad «vacuna». Al contrario que con los intentos anteriores, Europa adoptó rápidamente esta revolución médica. Aunque apareció cierta oposición al método, y es que nada más apareció la primera vacuna, ya había anti-vacunas esperando.

La Luz cree que viaja más rápido que cualquier otra cosa, pero se equivoca. Da lo mismo lo rápido que pueda viajar, porque al final, la Luz descubre que la Oscuridad ha llegado antes que ella y la está esperando.

Terry Pratchett

22 niños para llevar la vacuna a América

Debido a que los viajes entre Europa eran lentos y no existían medios para refrigerar las muestras, era imposible llevar la vacuna de Jenner a América. El médico Francisco Javier Balmis y Berenguer tuvo una idea, usar 22 niños para realizar las transmisiones del virus de la «vacuna». Convenció al rey Carlos IV de la necesidad de llevar la vacuna a los territorios de ultramar donde la población la estaba sufriendo. La presión de los enclaves y las tragedias que había sufrido la familia real con dicha enfermedad hicieron que el 30 de noviembre de 1803 zarpase desde A Coruña la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna.

Los británicos ya habían intentado llevar la vacunación a América, pero tras 8 años de intentos, se vio que era inviable transportarla fuera de un organismo vivo.

La expedición española llegó en febrero de 1804 a Puerto Rico, posteriormente a Venezuela, Cuba y México. En México la expedición se dividió en dos partes, Balmis llevaría la vacuna a las Islas Filipinas, permitiendo así que se extendiese por Asia, y el médico José Salvany la llevó por América del Sur.

Pasteur y la rabia

Louis Pasteur (1822 – 1895) pionero en la microbiología moderna que proporcionó múltiples avances y desarrolló el método de la pasteurización. Y, sobretodo, desarrolló la vacuna de la rabia. La rabia es probablemente una de las peores enfermedades que haya sufrido la humanidad y muchos animales. Bien conocida desde antaño, el relato de Hércules y el asesinato de su mujer e hijos es un buen ejemplo, nos ha marcado profundamente en la conciencia colectiva. ¿Cuántas películas y series de televisión hay en las que una infección vuelve loco a todo el mundo y corren descontrolados mordiendo y esputando mientras contagian a cada infeliz con el que se encuentran? Si ves a un perro con espuma en la boca y con actitud extraña, te da por correr. La rabia ya no sólo te vuelve loco, sino que evita que bebas agua para mantener concentrado el virus en la saliva, su mortalidad a partir de la fase 2 es del 99.9%.

Pasteur desarrolló la vacuna contra el cólera aviar y el ántrax que eran enfermedades (bacterianas) mediante debilitación de la cepa. Una de las técnicas que usaba era cultivar el ántrax a altas temperaturas produciendo una cepa debilitada que servía para inmunizar. Aunque este proceso no tenía nada que ver con la «vacuna» de Jenner, Pasteur admitió la deuda filosófica y llamó vacuna también a su método.

Pero la hidrofobia, más conocida como rabia, era un virus, igual que la viruela, y para poderlo debilitar era necesario un ser vivo. El proceso que siguió era tomar una muestra de la médula espinal de un conejo infectado, dejarlo madurar, inyectarlo en el cerebro de otro conejo y repetir, así hasta que consiguió un conejo que no enfermase. El preparado de la médula espinal de este último conejo se inyectó a un perro y tras un tiempo le inyecto la rabia, y el perro no enfermó.

En 1885 llegó el primer caso de humano infectado, un niño de nueve años llamado Joseph Meister había sido mordido por un perro rabioso. Pasteur inoculó al chico dosis cada vez menos atenuadas de su vacuna hasta que pasado el periodo de incubación se vio que el joven había desarrollado una resistencia. El chico sobrevivió y se convirtió en el conserje del Instituto Pasteur, desgraciadamente en 1940 los nazis abrieron la tumba de Pasteur sin que Meister lo pudiese evitar. Ese evento sumado a la pérdida de amigos y familiares en la ocupación nazi provocó que se suicidase. En la tumba de Pasteur se encontraba el epitafio siguiente:

Joseph Meister vivió.

Antitoxinas, Emil von Behring, Paul Ehrlich y Gaston Ramón

Como el organismo fabrica sustancias defensivas contra los agentes infecciosos, Emil von Behring supuso que si se extraía dicha defensa de un animal infectado y se inyectaba en el paciente, éste se recuperaría de la enfermedad mientras que la antitoxina, como él llamaba a dicha sustancia defensiva, estuviese en sangre. Tuvo buenos resultados con el tétanos y la difteria en 1890. Su compañero Paul Ehrich fue quien calculó las dosis de antitoxina necesarias y posteriormente descubrió el método para derrotar a la sífilis siguiendo este método.

El problema del método de Behring y Ehrich era que las antitoxinas producidas en animales no eran del todo efectivas en humanos y el efecto desaparecía en poco tiempo. Gaston Ramón tuvo una idea en 1925, si se tomaba la toxina de la difteria o del tétanos y se calentaba o se mezclaba con formaldehído, la toxina cambiaba su estructura y se podía inyectar directamente en el paciente, a esta sustancia se le llamó toxoide. El organismo reaccionaba y producía una antitoxina que duraba más que las de origen animal. Además, con esta técnica se podía inmunizar al paciente reiteradas veces para así mantener activa su inmunidad.

El  27 de junio se cumple un año del fallecimiento de un niño en Olot de difteria que no estaba vacunado. El primer caso desde 1987 de dicha enfermedad. A pesar de todo, los anti-vacunas siguen diciendo que las vacunas son el peligro.

Efecto paraguas y los anti-vacunas

Los anti-vacunas sobreviven gracias al efecto paraguas que ofrece toda la población vacunada. Algunos individuos sin vacunar y físicamente espaciados en un grupo vacunado no suelen sufrir las enfermedades de las que no se vacunan porque el resto de la población hace de muro de contención. Si las vacunas fuesen peligrosas, que no lo son, ellos se estarían aprovechando del riesgo que asume el resto de la población.

Si el número de anti-vacunas sigue creciendo, llegará a una masa crítica para que puedan resurgir enfermedades graves y contagiar a toda esa comunidad en un breve lapso de tiempo. Aquí el problema no es que los anti-vacunas pillen enfermedades, ya son adultos para tomar sus propias decisiones y riesgos, sino que sus hijos, que no tienen culpa de las creencias de sus padres, se verán afectados. Es más, ciudadanos muy mayores que por simple despiste se han olvidado ponerse los recordatorios de vacunas y se encontraban seguros dentro del paraguas de la población vacunada, podrían verse afectados.

Carta a Javier Cárdenas

Estimado Javier Cárdenas,

Si usted ha llegado hasta aquí, le felicito. Sé que no está acostumbrado a leer ciencia ni divulgación científica, o al menos es algo que dejó claro tras los enlaces que dispuso sobre el tema y la ignorancia absoluta sobre todo lo relacionado con The Lancet y Andrew Wakefield en la discusión que tuvo con la pediatra Lucía Galán. No se alarme por esa presión en la sien, significa que ha aumentado el riego sanguíneo para suplir el aumento de la actividad neuronal en el cortéx prefrontal.

Las vacunas, igual que todo en esta vida, puede suponer un riesgo debido a factores propios del paciente que desconocía el médico (por ejemplo alguna alergia no identificada), o a fallos en la producción de la vacuna. Siempre existe el riesgo de que una manofactura salga mal sin que nadie se de cuenta. Se aplican procesos de muestreo estadístico para cualquier posible irregularidad ya que si se encuentra que un producto ha salido mal en este muestreo, es muy probable que alguno de los productos previos y posteriores también hayan salido mal. Muestreando los productos durante toda la línea de producción se pueden detectar fallos, aplicar medidas y retirar los productos defectuosos. Es el pan de cada día de la industria.

Dependiendo del riesgo que supone un fallo en un producto final, los medios de control son más o menos estrictos. Hay pruebas que destruyen la muestra de control y otras que no. Por ejemplo, las ruedas de los aviones deben soportar los aterrizajes a gran velocidad. La rueda está parada justo antes de tocar tierra y el rozamiento del suelo la hace girar, más o menos el avión aterriza a unos 200 km/h así que la aceleración que sufren es increíblemente alta. Si la rueda no soportase dicha aceleración, estallaría y provocaría el accidente del avión, por eso se prueba antes y ninguna compañía aérea se queja de que la rueda no esté nueva. Por eso todas las ruedas pasan por un control estricto simulando un aterrizaje al doble de velocidad.

En cambio hay otras pruebas que destruyen el producto y por ello no puedes evaluar todos los productos que salen. Por ejemplo, si quieres probar si el jamón york cortado y empaquetado está en perfectas condiciones ya no sólo visuales sino microbianas, deberás abrir el paquete y tomar una muestra. Este proceso hace que ese producto en concreto nunca llegue al consumidor, ya que la misma prueba, además de dañar el producto, ha supuesto un riesgo de contaminación microbiológica. En este caso, se toma un o más paquetes de cada lote y realizan todas las pruebas necesarias.

Aunque gran parte de la crítica al tiomersal es que contiene un átomo de mercurio, sin especificar que es etilmercurio y no metilmercurio, existe una crítica por los casos en los que un niño ha tenido una reacción grave a alguna vacuna. Son casos aislados pero en ocasiones ocurren. Algunos se deberán a cuestiones propias del paciente y otros a una vacuna defectuosa, se pueden seguir aplicando medidas y reducir el riesgo, pero jamás habrá riesgo cero.

Querido Javier Cárdenas, entiendo que como periodista le llame la atención las grandes conspiraciones, desvelar un gran secreto, pero a veces no hay secreto ni conspiración que desvelar. Le sugiero que no pierda el tiempo en las siguientes cuestiones:

  • La Tierra Plana
  • La Tierra Hueca (odio mutuo contra los terraplanistas)
  • Los Reptilianos
  • Las abducciones alienígenas o seres de otra dimensión
  • Casi cualquier cosa que cuenta Íker Jimenez o el de History Channel

Y si esta lectura le ha resultado insuficiente y precisa más información, le dejo con 3 vídeos y un cómic sobre el tema de vacunas.

Un saludo y espero que rectifique en su posición.

P. D.: Antes de criticar el artículo basándose en mi formación académica y no en la argumentación, falacia ad hominem, informo que TODOS los artículos publicados en Hablando de Ciencia son revisados previamente por profesionales del campo correspondiente al artículo. En el caso que nos toca, fue revisado por biólogos y farmacólogos.

[embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=WKIHbZvYJD4[/embedyt]
[embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=EfFiW6jKDvc[/embedyt]
[embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=bBosCXSsN80[/embedyt]

Pincha en la imagen para seguir leyendo.


 

Víctor Pascual

Noticias y referencias

http://www.luciamipediatra.com/javier-cardenas-vacunas/

http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2017/06/12/593e7f35e2704e92788b45d4.html

http://www.abc.es/play/television/noticias/abci-organizacion-medica-colegial-espana-responde-javier-cardenas-vacunas-no-causan-autismo-201706121408_noticia.html

https://hipertextual.com/2017/06/javier-cardenas-vacunas-autismo-omc

http://elpais.com/elpais/2017/06/07/hechos/1496855559_006331.html

http://www.eldiario.es/sociedad/Javier-Cardenas-disculpe-pediatra-rebatio_0_652685371.html

http://cadenaser.com/ser/2017/06/07/television/1496862252_052875.html

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