Invasión en el Estrecho

Vamos a situarnos en la zona más meridional de España, Tarifa. Aquí encontramos el Estrecho de Gibraltar, separando dos continentes (Europa y África) y donde se produce la unión natural de dos masas de agua, el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.

Fuente: firmm.org

Esos poco más de 14 km son lugar de paso migratorio tanto de fauna marina como de aves que viajan estacionalmente, pero también se dan unas condiciones que conforman un ecosistema único con más de 200 especies inventariadas de macroinvertebrados. Por el Estrecho se puede ver el atún rojo, que pasa en primavera al Mediterráneo para desovar volviendo a finales de verano al Atlántico, especies de delfines como el común, listado y mural, el calderón común, que vive de forma permanente, cachalotes, orcas y la segunda ballena más grande del mundo (después de la azul), el rorcual. 

Pero este ecosistema se puede ver afectado por muchas amenazas que ponen en peligro las especies que en él habitan. El cambio climático, la concentración de plásticos, el tráfico marítimo y las especies invasoras son las principales causas que hacen que los planes de conservación sean estrictamente necesarios en este tipo de zonas. 

Con respecto a las especies invasoras, en los últimos años el Estrecho ha sufrido cuatro invasiones masivas de algas, siendo una especie de macroalga exótica la que ha centrado principalmente la atención en esta zona, Rugulopterix okamurae

Pero antes, ¿qué es una especie invasora? Pues se trata de una especie exótica, por lo que no es nativa de ese ecosistema, cuya introducción causa o puede causar daño económico, ambiental o daños a la salud humana. 

Detalle de Rugulopterix okamurae (Fuente: Seper Tarifa)

Este es el caso de R. okamurae, un alga asiática originaria del pacífico noroccidental (Corea, China y Japón) cuyo nombre común en Japón es FUKURIN-AMIJI «amiga de las redes de pesca», que se prevé incluir en el catálogo español de especies exóticas invasoras antes de 2020, acción imprescindible para activar medidas que permitan actuar frente a las graves consecuencias que está generando. Esta especie ha invadido la costa andaluza desde Málaga a Huelva, y desde Ceuta hasta Tánger en la orilla africana, siendo el Estrecho de Gibraltar la zona más afectada. 

 

¿Y cómo ha llegado esta especie a nuestras costas? 

Esta pariente cercana de nuestra Dyctiota dichotoma, se detectó por primera vez en 2015 y de manera abundante, con la presencia de arribazones en playas de Ceuta y Tarifa, en 2016, aunque su parentesco con la nativa pudo confundir su fecha de aparición, por eso mismo se considera una invasión críptica. En cualquier caso, se trata del primer registro de esta especie en el Atlántico, y del segundo para el Mediterráneo, ya que hay apariciones de esta especie en Francia, en una zona de cultivo de ostras asiáticas, aunque sin llegar a generar los problemas ecológicos y económicos de España. 

Entonces, ¿llegó desde Francia? Pues, aunque su aparición en nuestras costas es un tema aun desconocido o no probado todavía, se cree complicado que fuese por escapes desde Francia. Las hipótesis que actualmente se barajan son, por una parte, que lleguen en las aguas de lastre de barcos procedentes de Asia al puerto de Algeciras y Tánger-MED, o agarradas a la propia estructura de los barcos. Contra esto, el 7 de septiembre de 2017 entró en vigor el Convenio Internacional sobre el Agua de Lastre, un acuerdo que exige que todos los buques apliquen un plan de gestión del agua de lastre y los sedimentos. Además, todos los buques tienen que llevar a bordo un libro registro del agua de lastre y deberán aplicar procedimientos de gestión del agua de lastre de conformidad con una norma determinada. También exige que los buques existentes hagan lo mismo, pero después de un periodo de introducción progresiva, por lo que no se espera que el acuerdo sea plenamente operativo hasta 2024. Y eso sólo si los puertos invierten en la infraestructura necesaria y contratan suficientes inspectores.

Ciclo de las aguas de lastre (Fuente: http://europa-azul.es/convenio-aguas-lastre/)

¿Qué impactos ecológicos y económicos puede producir el alga invasora a la zona?

Comparativa de la pérdida de biodiversidad y sepultación del intermareal, La Caleta (Tarifa), izquierda: noviembre 2015, derecha: agosto 2017 (Fuente: Seper Tarifa)

Debido a que su distribución en zonas concretas del Estrecho se considera explosiva, ocupando más del 80% de las superficies horizontales y de escasa pendiente y en muchos casos superficies verticales bien iluminadas, hace que su capacidad competitiva sea muy elevada. Esta especie se establece fundamentalmente sobre sustrato rocoso natural, en el que muestra su mayor potencialidad competitiva y de afección a las especies bentónicas sésiles, tanto vegetales como animales. Los buzos informan que ya no ven los peces que conocen. La lapa Patella ferruginea y el caracol vermiforme Dendropoma petraeum, ambas especies protegidas por ser endémicas de la costa sur de España, podrían desaparecer. Algas como Laminaria achroleuca y Gelidium Spinosum ya están desapareciendo del Estrecho de Gibraltar.

Pero su capacidad de colonización va más allá, puede desarrollarse en diques portuarios de abrigo, botellas de cristal, de cerámica, de hierro y hasta sobre cubiertas de ruedas de automóviles (aunque estas últimas localizaciones no deberían existir en el mar). Además, es llamativa su adherencia a redes, de lo que le viene su nombre en japonés.

Distribución de R. okamurae (Fuente: Seper Tarifa y EFE/Román Ríos)


Fuente: firmm.org

El impacto ecológico sobre la biodiversidad marina es evidente pero también hay impactos económicos directos. Los pescadores tienen efectos directos y muy visibles, por el empeoramiento de la calidad ecológica del Estrecho, y porque los arribazones flotantes y la colonización del 100% del fondo submarino entre 0 y 45 metros de profundidad provocan que los artes de pesca aparezcan inundados de algas e inservibles. Todo esto convierte al sector pesquero en uno de los más afectados.

Al turismo también le puede afectar de manera directa, ya que los arribazones sobre las playas son muy abundantes y podrían hacer que la calidad de las playas disminuya, aumentando también el coste el coste de limpieza de las mismas. Este es uno de los grandes temores pudiendo hacer que parte de los turistas dejen de venir a la zona por miedo a no poder disfrutar de las costas de Tarifa. Sin embargo, hay que decir que, según los datos de la HORECA en la primera quincena de Julio de 2019, el sector turístico creció 10 puntos porcentuales respecto a 2018. 

Fuente: http://www.lifeinvasaqua.com, EFE/A. Carrasco Ragel

Por todo esto es urgente tomar medidas coordinadas entre las diferentes Administraciones con competencias en la labor pública para gestionar esta catástrofe ecológica, económica y social. Desarrollar un Plan de Acción que contenga: un plan de choque que elimine los arribazones reduciendo así su altísima capacidad de reproducción asexual, que reúna un equipo técnico de seguimiento de la zona, que apoye al sector pesquero cuantificando pérdidas y desarrollando planes de compensación, que se cree un plan de mejora de la costa que asegure la salubridad e imagen natural de nuestras playas y, por último, desarrollar un plan de eliminación por revalorización de estas algas mediante aprovechamiento sostenible de la gran biomasa que se genera, todo unido a una asignación económica que permita llevarlo a cabo.

Si queréis más información podéis consultar: 

http://tarifamardealgas.weebly.com/

http://institutoecg.es/wp-content/uploads/2019/03/Almoraima49-97-114.pdf

http://algasmarinasdelestrecho.blogspot.com/

María de la Luz Cádiz Gurrea

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