¿Y si nos operan despiertos?

El otro día viendo la televisión me encontré con que echaban esta película y tan curioso que soy yo, me puse a buscar información para, cómo no, compartirla con vosotros.

[Link al tráiler: youtu.be/r1RMhlanc18]

Como ya podéis ver el argumento de la película es sencillo: el joven protagonista recibe un trasplante de corazón con el inconveniente de que la anestesia le ha paralizado el cuerpo pero él sigue consciente.

Este fenómeno se denomina «percepción intraoperatoria» y existe de verdad, aunque el porcentaje de casos de éste es mínimo. Tal y como lo explican en la película es casi improbable, pero lo que sí se da más a menudo son casos en que el paciente no siente el dolor de la operación, pero sí conserva el sentido del oído, pudiendo después recordar las conversaciones de los médicos.

Como podréis imaginar, el caso en el que sí se siente el dolor puede llegar a ser una experiencia traumática, ya que conlleva sensaciones como el corte del bisturí en la propia piel, y aun peor es el caso de la película en el que además se efectúa un trasplante de corazón. Pero bueno, hablemos de la parte científica, que es lo que nos interesa.

La anestesia es un elemento tan importante y tan delicado que en todas las intervenciones hay al menos una persona dedicada exclusivamente a estudiar y calcular la anestesia que cada paciente necesita. Para los anestesistas hay cuatro niveles de profundidad anestésica: nivel 1 o percepción consciente sin amnesia, nivel 2 o percepción consciente con amnesia, nivel 3 o percepción subconsciente con amnesia y nivel 4 o no percepción intraoperatoria.  Para asegurarse de que el paciente está en el cuarto nivel, éste es monitorizado para observar si experimenta taquicardia, hipertensión arterial, hiperventilación, etc. Aunque a veces se trata de señales tan extremadamente débiles que pueden pasar desapercibidas y el paciente permanece despierto sin que nadie se de cuenta. Antes se efectuaban unos análisis de la actividad cerebral en los que se daba por seguro si el paciente estaba dormido o no, pero actualmente hay resultados que demuestran que para nada son del todo fiables.

Aun así, cabe decir que la percepción intraoperatoria acompañada de dolor no pasa de 1 caso cada 1000 operaciones y que en el caso en el que sólo se conserva el oído, la operación no supone para nada un trauma posterior, sólo comporta un recuerdo más. Actualmente debido a que sólo ha ocurrido en muy pocos casos aislados, la percepción intraoperatoria con dolor han dado más juego en programas como el de Íker Jiménez que en los hospitales.

— Cristian Ariza

Colaborador Invitado