Eres casi como una morsa

Recreo de curiosidades: eres casi como una morsa.

Eres casi como una morsa, salvo por alguna cosilla. Sí, tú, yo y todo el mundo. Mis recreistas se han posicionado, o dudaban, o la idea les encantaba. Para despejar dudas, como casi siempre, hemos empezado con una pregunta.

Póster del recreo de curiosidades

¿Eres casi como una morsa?

Si miramos a una morsa, ¿en qué nos parecemos a ella? Podía haber elegido cualquier animalito, pero ¡a quién no le gusta una morsa! Me conocen y saben que siempre hay algo más detrás de una pregunta. 

Nos hemos puesto de acuerdo en que nuestro aspecto y el de una morsa, no tienen mucho que ver. Claro que se trata de una cuestión de perspectiva. Para poder comprobar si nos parecemos o no, hemos hecho un viaje desde fuera hacia dentro. 

En el exterior, ¿qué tenemos en común? Como es lógico, las respuestas se han centrado en lo que nuestros ojos ven, es decir, ojos, cabeza, piel e, incluso, colmillos y, por supuesto, que somos mamíferos. Alguien ha mencionado las branquias, sin embargo, no tenemos.

Las morsas tienen una especie de vesículas en la nariz que les permiten bucear. Una de mis recreistas ha dicho que le recordaban a las pinzas para evitar que entre agua en la nariz en la natación sincronizada. 

Si nos adentramos un poco más y miramos el interior, ¿tenemos algo igual? Claro, nos sale una buena lista: corazón, pulmones, estómago, intestinos, hígado, cerebro, huesos, músculos, cartílagos, tendones y alguna que otra cosa más. No hay duda de que cada especie tiene una distribución de los órganos y un desarrollo distintos y, sin embargo, tenemos los mismos. Necesitamos estos órganos para vivir, ¿no? 

¿Somos casi como una morsa?

Y ¿por dentro eres casi como una morsa?

Alguien ha mencionado el bazo. No sabían qué era, así que, brevemente, he explicado que se trata de un almacén de glóbulos rojos y que nos ayuda a combatir las infecciones. 

El objetivo era llegar al fondo de la cuestión, y nos quedaba sumergirnos un poco más. Las células de la morsa, ¿son como las nuestras o no? Claro que sí, se trata de eucariotas que son comunes a todos los animales. Lo sabían, acababan de estudiar sus tipos y sabían que la distinción entre una procariota y una eucariota está en el núcleo. 

Hemos llegado a la clave del parecido con una morsa. ¿Qué hay dentro del núcleo de la célula? Aquí les he pillado, no lo sabían o no lo recordaban. Tan pronto como lo he dicho han caído en la cuenta: “es el código genético”. Sabían que era importante, pero no tenían muy claro cómo funciona o para qué sirve.

Código genético

Antes de nada, indicarles que es universal y que está en todos los seres vivos del planeta. Les ha sorprendido saber que compartimos el 99.9% del genoma con el resto de las personas, es decir, que somos más iguales de lo que creemos. 

Para que fuera comprensible he usado el símil de la biblioteca. Nuestro código genético es una gran biblioteca en la que está toda la información e instrucciones (ADN) de lo que somos, por dentro y por fuera. Se trata de una biblioteca donde no se pueden sacar los libros al exterior, así que, alguien (ARN) tiene que entrar y hacer una copia de la página del libro con las instrucciones de lo que quiere fabricar. 

En ese momento, han preguntado por los virus. La explicación, no sé si muy ortodoxa, es que los virus entran y dejan en la biblioteca instrucciones para construir más virus. Así que cuando alguien entra a copiar algo, sin querer, copia lo que el virus ha dejado y enfermamos.

De los virus el paso lógico era hacia las vacunas. No había tiempo de explicar cómo funcionan de forma extensa, así que, en breves pinceladas, les he contado que las vacunas nos entrenan para distinguir un libro o unas instrucciones malas de unas buenas. En el caso de que un virus, armado hasta los dientes, entre en la biblioteca, nuestro organismo ya sabe cómo tiene que actuar. 

Mis recreistas, a pesar de ser jóvenes, saben muchas cosas. Tienen claro que, sin vacunas, nuestra vida no sería lo mismo y que, es posible, que no hubiéramos celebrado muchos cumpleaños. 

La biblioteca del código genético

Un fuerte agradecimiento

Ya teníamos claro que sí, que nos parecemos a una morsa y ¿al resto de seres vivos? Más de lo que creemos, aunque sea en lo más profundo de nuestras células. Era momento de rematar el asunto hablando de investigación.

Seguro que a muchas personas pensar que comparten genes con las ratitas y con otros seres vivos no les hace ilusión, pero gracias a ello, podemos usarlos para investigar. 

Gracias a esos parecidos, no en el exterior, sino en el interior, donde está lo que importa, podemos conocer nuestra propia biología, crear fármacos, estudiar enfermedades y vivir mejor.

Mis recreistas conocen la necesidad de usar animales para investigar y que tenemos que agradecerles su aportación evitando sacrificar a muchos. Les he contado que hace unos días se ha puesto en marcha una idea de Javier S. Burgos. Ha tenido la brillantez de crear una página web de intercambio de muestras de tejidos. Son los que sobran de las investigaciones y, para no desperdiciarlos, se mandan a otros centros. De esta manera se evita sacrificar a más animales de los que son estrictamente necesarios.

Tenían exámenes así que, nos hemos despedido rápido, no sin antes recordarles que, aunque por fuera no nos parezcamos, en el fondo tenemos mucho en común con una morsa y con el resto de los seres vivos. ¡Ah! Y que, aunque no les gusten las ratas y los ratones, gracias a ellos y a otros animales nuestra vida es mejor. 

Homenaje a la labor de los animales en la investigación. Instituto de Citología y Genética de Novosibirsk (Rusia)

Hasta aquí el recreo de esta semana, ha sido breve porque tenían exámenes. La semana que viene, por petición popular, CADÁVERES (parte 1)

Os recomiendo leer:

Lo que ha creado Javier S. Burgos

Soy casi como una morsa de @darthscience666

¿Qué animales se parecen más genéticamente a los humanos?

¿Qué es el recreo de curiosidades?

Se trata de una actividad donde estudiantes y docentes nos reunimos para charlar, jugar o hacer algún experimento relacionado con la ciencia, la cultura, el arte o cualquier cosa que nos interese. La idea es fomentar la curiosidad y que esté alejado de la rigidez del aula.

La intención es dar pinceladas sobre temas diversos y poder explicar cosas que no se explican en clase, que motiven y que fomenten las ganas de aprender, pensar y tener un espíritu crítico. 

No se trata de apabullarles con grandes conocimientos y conceptos complejos, no. Son pinceladas que les guíen para buscar más, preguntar, interesarse por diferentes áreas y curiosear.

El recreo de curiosidades se realiza en el colegio El Carmen Indautxu (Bilbao) con la colaboración del Hablando de Ciencia.

En recreos anteriores:

Asociaciones de ideas, pareidolia y sinestesia

Venom, microbiota y trasplante fecal

Vampiros, confusiones y una receta de sangre (especial Halloween )

¿Algo raro en el cielo? OVNI

Apocalipsis Zombi

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